Durante mucho tiempo se ha estado recomendando no comer entre horas, sino limitar la alimentación a unos horarios determinados y no ingerir ningún alimento fuera de esos horarios si se quería conservar una buena línea. Sin embargo, recientes estudios sobre nutrición indican que lo óptimo es comer a menudo, aunque en pequeñas cantidades, sobre todo, para aquellas personas que estén sometidas a una abundante actividad, ya sea física o intelectual.
Esta forma de alimentación está basada principalmente en la ingestión habitual de hidratos de carbono que reducen la posibilidad de sufrir futuros problemas musculares y metabólicos y proporcionan la cantidad de energía necesaria para afrontar las situaciones de estrés de la vida diaria.
La importancia de los hidratos de carbono
Las actividades profesionales que se realizan en la actualidad consumen rápidamente las energías de muchas personas. Además, es frecuente complementar la actividad diaria con algún tipo de ejercicio físico ya que, hoy en día, se han establecido unos cánones de belleza en los cuales mantener la línea es uno de los problemas básicos. Para llevar un ritmo perfecto en estas actividades, los expertos recomiendan la ingestión habitual de productos ricos en hidratos de carbono que, a su vez, mantengan una proporción correcta de grasas y proteínas.
Estos elementos nutritivos proporcionan al organismo la cantidad de energía necesaria para poder enfrentarse con fuerza a la vida diaria sin sentir una excesiva cantidad de fatiga física o intelectual. Con el fin de que los depósitos que proporcionan energía al hombre nunca queden vacíos, es recomendable tomar estos alimentos mientras se está llevando a cabo la actividad, aunque cuando ésto no sea posible se debe realizar tras ésta.
Los hidratos de carbono tienen tres velocidades distintas de absorción y combustión como son: glucosa, lactosa y almidones, que proporciona una eliminación de la energía de forma secuencial, lo que significa la utilización extendida de ésta sin dar lugar a la escasez en ningún momento.
Consejos para deportistas
A pesar de ser aconsejable la ingestión de alimentos equilibrados durante la realización de actividades físicas, lo cierto es que es un tanto difícil, ya que algunos deportes requieren concentración y actividad ininterrumpida durante un determinado periodo de tiempo. Por ese motivo se debe emplazar la alimentación a los periodos de descanso o al momento en que se haya finalizado el ejercicio. Y es que los expertos insisten en la importancia de saciar el hambre que provoca el deporte con el fin de responder a las demandas energéticas que éste provoca en el organismo. En la actualidad, se han comercializado numerosos productos que facilitan esta tarea, ya que suelen ser líquidos ricos en los elementos nutricionales que consume el ejercicio, además de equilibrados y fáciles de consumir.
La realización de abundante ejercicio físico hace que el organismo consuma, en primer lugar, la glucosa que almacenan los músculos y que pasa a situarse en el hígado. Por eso, el deporte excesivo da lugar a una situación de agotamiento y acidosis láctica, que es la que provoca las odiadas y molestas agujetas. Si se sufren estos síntomas es porque el cuerpo no está preparado ni entrenado correctamente para realizar esa cantidad de ejercicio. La correcta alimentación durante y tras el ejercicio es uno de los puntos más importantes a la hora de preparar al organismo para estas tareas. Así, está demostrado que la ingestión de alimentos equilibrados y ricos en hidratos de carbono aumentan notablemente el rendimiento, sobre todo, en algunos deportes como el ciclismo o el tenis, que son actividades de gran consumo energético.
Alimentos adecuados
Lo óptimo es que las personas sometidas a una actividad diaria abundante consuman alimentos cuya composición proporcione energía de forma extendida durante todo el tiempo, gracias a la lenta absorción y la liberación de ésta a medida que se haga necesario. Precisamente por estos motivos, los cereales constituyen el tipo de alimento más adecuado para estos fines ya que, además, mantiene un nivel correcto de las reservas para que no haya que realizar una recuperación posterior demasiado agresiva. Si a esto se le añade que el cereal en forma de grano suministra al organismo la cantidad de fibra necesaria que regula el tránsito intestinal y reduce el nivel de colesterol, se concluye que los cereales constituyen la mejor forma de nutrición complemetaria, es decir, destinada a la alimentación entre horas.
En cuanto a la ingestión de calorías, es necesario saber que no sólo son imprescindibles si se realiza deporte sino que los expertos aconsejan ciertas cantidades para realizar algunas de las tareas más cotidianas. Por ejemplo, si se está escribiendo con el ordenador durante media hora el organismo requiere 30 calorías, mientras que si se realizan actividades de limpieza como aspirar o fregar el suelo la cantidad es de 88 en el mismo periodo de tiempo. También es recomendable la administración de calorías si se friegan los platos a mano (76 cada 30 minutos) o si se hace la colada (150 en media hora).
Y es que aunque no se esté realizando ejercicio, el organismo va consumiendo las energías que aportan estas calorías, por lo que sólo conviene no ingerirlas durante las horas de sueño. Para la realización de deportes la cantidad de calorías en un periodo de media hora casi siempre supera el valor de 200.
Cómo mantener la línea
Si se analiza todo lo dicho anteriormente se concluye que mantener la línea no consiste en eliminar de la dieta determinados productos o en limitarse a comer durante determinadas horas al día, ya que, aunque eso es lo más frecuente, a menudo da lugar a una deficiencia energética importante que puede hacer adelgazar pero que no reúne las codiciones necesarias para enfrentarse al día a día.La mejor forma de mantenerse en forma es, sin duda, la realización habitual de algún tipo de ejercicio físico. Esta actividad complementada con una correcta alimentación rica en hidratos de carbono y suministrada a menudo en pequeñas cantidades constituye la mejor manera de mantener un buen equilibrio en alimentación y buen aspecto físico. El sedentarismo no es favorable al organismo, en ningún caso.
Además de comer entre horas para renovar las energías del cuerpo, toda persona adulta debe realizar las cinco comidas diarias imprescindibles que son: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena, siempre teniendo en cuenta que las comidas de la mañana deben ser más abundantes para hacer frente al día de forma óptima, mientras que las de la tarde y noche no deben ser demasiado pesadas ni ricas en grasas que en las horas de sueño no se eliminarán.
Finalmente, hay que señalar que para adelgazar no conviene pasar hambre, sino comer lo necesario para que el cuerpo obtenga la energía necesaria para la actividad diaria y siempre manteniendo un correcto equilibrio nutricional, no descuidando algunos componentes y excediéndose en otros. Por ello, siempre que se quiera perder peso conviene acudir a un especialista en alimentación y dietas para que indique la forma más correcta de hacerlo, aunque no siempre sea la más rápida.