Según la especialista, la deshidratación puede alterar diversos procesos mentales así como la rapidez perceptiva, produciendo modificaciones significativas en la función cognitiva (percepción, atención, memoria, pensamiento y lenguaje), y en la coordinación motora, tiempo de reacción y discriminación perceptiva. Este estado influye de forma especialmente negativa a la función cerebral de los ancianos. Así que como vemos, es muy importante tener en cuenta este tema y hacer de la hidratación y los nutrientes para la mente algo fundamental.
La experta destaca que “una correcta hidratación puede ayudarnos en la prevención de muchos accidentes laborales y situaciones de bajo rendimiento, así como mejorar la sensación de bienestar”. Por lo cual no podemos dejar del lado jamás la hidratación y los nutrientes para la mente, porque si no lo hacemos, nos afectará negativamente.
Los antioxidantes y las vitaminas son otros de los nutrientes relacionados con el rendimiento mental. Debido a la gran actividad metabólica del cerebro, éste es especialmente vulnerable al daño oxidativo, y los antioxidantes, y la vitamina E en particular, pueden protegerlo del daño causado por mecanismos oxidativos e inflamatorios. A este respecto, existen estudios que muestran un menor riesgo de enfermedad de Alzheimer mediante una ingesta mayor de alimentos ricos en vitamina E, como aceites vegetales, nueces, almendras y semillas.
En cuanto a determinados déficits vitamínicos, la experta señala que “se han asociado a alteraciones neurológicas. Las deficiencias de B12, B6 y Folato conllevan un acúmulo de homocisteína que aumenta el riesgo de enfermedad cerebro-vascular. De hecho, existen evidencias epidemiológicas que relacionan la Enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular con la homocisteína”.
Son ampliamente conocidos los efectos positivos que la cafeína posee sobre el grado de atención y concentración mental. Junto a ellos, diversos estudios han puesto de manifiesto, en la actualidad, que la administración conjunta de cafeína y glucosa tiene efectos beneficiosos sobre la atención y el aprendizaje de las personas, así como sobre la memoria verbal. Además de mejorar el rendimiento en relación a la atención y la memoria de trabajo.
En concreto, la cafeína produce sobre el Sistema Nervioso Central (SNC) activación motriz, despertar y efectos reforzadores. Por lo que un hecho importante dado su potencial terapéutico, es que el consumo de cafeína produce más efectos beneficiosos sobre la capacidad de atención y la memoria cuando éstas presentan alteraciones o disfunciones, bien al aumentar la edad, o cuando existe estrés, fatiga, falta de sueño, etc. También hay indicios de que el consumo moderado de cafeína disminuye el riesgo de enfermedad de Alzheimer.
Otro buen ejemplo de nutrientes con influencia en la capacidad cognitiva, son los ácidos grasos poliinsaturados omega-3, esenciales para la función cerebral, especialmente el ácido docosahexaenoico (DHA). En este sentido, se han realizado múltiples estudios sobre la suplementación con omega-3 en niños con diversos grados de déficit cognitivos, encontrándose en general un aumento del rendimiento escolar. Por ello, el consumo regular de pescado, especialmente de pescado azul, se asocia con un 60% de reducción en el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
¿Conocías todos estos beneficios?