Algunos medios se han volcado en la información “no fiable” de lo que podría representar “teóricamente” un eminente peligro para la población mundial. Y la verdad es que nadie sabe realmente qué está pasando y de donde ha aparecido el famoso coronavirus.
Nadie se pone de acuerdo, ni siquiera se conoce el período de incubación de la infección causada por el COVID-19. Oficialmente consideran un período de incubación de 14 días, pero un experto en salud británico considera que podrían ser 24 días, y los expertos en guerra biológica de Corea del Norte consideran que podrían ser 30 días.
Lo cierto es que, este problema no se originó en un caldo de murciélago infectado, y que existe una verdad oculta sobre esta pandemia del Coronavirus.
El 21 de diciembre de 2019 se informa del primer caso, en Wuhan. Los síntomas incluyen fiebre, dificultad para respirar, tos severa, neumonía, que en casos más graves pueden resultar en un deterioro de la función renal, así como insuficiencia hepática y renal.
Según el experto en armas biológicas Francis Boyle, la evidencia sugiere que el COVID-19 podría ser un patógeno diseñado como arma biológica, proveniente de la instalación nivel de bioseguridad 4, localizada en la ciudad de Wuhan, China, que fue establecida específicamente para investigar el SARS.
Estas instalaciones, cuentan con el nivel más alto de seguridad conocido por el gobierno chino, que lo ha encubierto desde el primer momento, hasta que lo informó a finales de diciembre pasado a la OMS.
Francis Boyle fue quien solicitó en 1972 la creación de regulaciones sobre la guerra biológica en la Convención sobre Armas Biológicas; en 1989, redactó la Ley Antiterrorista de Armas Biológicas aprobada por unanimidad por ambas cámaras del Congreso y promulgada por George Bush.
Según Boyle, el COVID-19 es una quimera. El resultado de un experimento basado en el SARS, (un coronavirus creado como arma biológica) junto con material genético del VIH y posiblemente virus de la gripe.
Otros han sugerido que el COVID-19 podría contener prevotella, una bacteria conocida por causar infecciones del tracto respiratorio, y que esto podría explicar algunos de los síntomas observados y cómo puede propagarse por medio de las heces. Esta segunda sugerencia, se desprende de los datos de secuenciación del ARN en Wuhan, que demuestran la presencia de millones de proteínas de prevotella entre algunos pocos miles de virus COVID-19. También, en Hong Kong se encontró la bacteria prevotella en seis pacientes con COVID-19, todos ellos pertenecientes a la misma familia.
Desde la OMS hasta el más pequeño de los laboratorios, buscan "la vacuna", y posiblemente mirando al frente no ven que la solución pueden encontrarla a sus pies. Productos como el MMS, DMSO o suplementos que se consideran útiles en la prevención de la infección por coronavirus como: NAC, baya del saúco, espirulina, beta-glucano, glucosamina, selenio, zinc, ácido lipoico, sulforafano, resveratrol, vitamina D, probióticos con las cepas Bifidobacterium bifidum y probióticos de esporas.
El 4 de febrero de 2020, los investigadores del Hospital Zhongnan en China anunciaron que estudiarían la efectividad de una infusión de vitamina C como tratamiento contra la neumonía grave con infección causada por COVID-19. Aparentemente, muchas de las muertes relacionadas con esta neumonía viral podrían deberse a un shock séptico, y los estudios sugieren que las dosis altas de infusiones de vitamina C podrían mejorar los resultados en casos de sepsis e infecciones respiratorias.
Aunque no es claro cuál es el tratamiento exacto más efectivo, sería bueno comenzar por el protocolo de vitamina C por vía intravenosa para la sepsis del Dr. Paul Marik, ya que al parecer la sepsis es lo que mata a las personas que adquieren una infección grave por COVID-19. Pero las grandes inversiones van encaminadas en conseguir una vacuna, lo que verdaderamente les llena sus arcas
Mientras que el COVID-19 continúa haciendo estragos, la mejor estrategia y más prudente es fortalecer nuestro sistema inmunológico, nuestra principal defensa contra todo tipo de infecciones, tanto virales como bacterianas, y los nutracéuticos antes citados que pueden ser de mucha utilidad.
Nota: El artículo ha sido publicado originalmente en Saludterapia.