- Cumplir el tratamiento recomendado por el médico, sobre todo en el caso de los asmáticos.
- Evitar la exposición a las sustancias a las que sabe que es sensible y a las que le resultan irritantes.
Teniendo en cuenta este último punto:
- Evitar la exposición a irritantes (humos, polvos, olores fuertes, aire frío y seco, “sprays”, gases y vapores), así como a los cambios bruscos de temperatura.
- Evitar salidas al campo o a zonas con abundante vegetación durante la primavera. En caso de encontrase en estos lugares, permanecer el mayor tiempo posible en locales cerrados, sobre todo los días de viento. Además, si se viaja en coche, hacerlo con las ventanillas subidas. Evitar viajar en motocicleta en las épocas de polinización.
- Realizar la limpieza de la casa con aspirador, retirar el polvo con una bayeta húmeda y procurar que estas actividades no se realicen en presencia del paciente alérgico a los ácaros del polvo. En estos casos, deberá hacerse una buena ventilación de la casa, intentando que la humedad relativa del ambiente doméstico no sea elevada. Evitar objetos que puedan almacenar polvo (estanterías repletas de libros, alfombras, tapices, etc.). La ropa de cama se debe lavar semanalmente a una temperatura en torno a los 55°C.
- Mantener las ventanas cerradas durante las estaciones de elevada producción de hongos.
- Evitar la humedad en las habitaciones y, en lo posible, en los cuartos de baño.
- Evitar actividades que aumenten la exposición a pólenes y a hongos, como segar césped.
- Retirar del ambiente doméstico los animales a los que se sea sensible y evitar el contacto con animales de la misma especie en cualquier otro lugar.
¿Qué otros consejos podéis apuntar?