La conjuntiva es una membrana fina que reviste el interior de los párpados y que cubre la parte blanca de los ojos. La conjuntivitis es la inflamación, enrojecimiento e hinchazón de esta capa finita. Esta enfermedad es una de las causas más frecuentes de las consultas en atención primaria. La conjuntivitis se propaga fácilmente, en especial entre los niños en la guardería y en la escuela.
¿Cuáles son las causas de esta enfermedad?
La conjuntivitis puede ser infecciosa o no infecciosa.
La mayoría de los veces, la conjuntivitis está causada por diferentes virus, muchos de los cuales están asociados a infecciones de las vías respiratorias superiores, resfriados o dolor de garganta. Algunas bacterias también son agentes patógenos causantes de las conjuntivitis.
Las Clamidias, que son microorganismos que se transmiten por contacto sexual, originan conjuntivitis en las piscinas o también las madres pueden transmitir las bacterias durante el parto. Raramente la inflamación de la conjuntiva es la consecuencia de una infección de hongos o algunos parásitos.
Las conjuntivitis provocadas por parásitos como los gusanos o las larvas de insectos son propios de las zonas tropicales de África o de Sudamérica.
Entre las conjuntivitis no infecciosas hay que destacar la conjuntivitis alérgica, tóxica, la inflamación de la conjuntiva en el curso de enfermedades sistémicas y las consecuencias de un trauma.
Algunas enfermedades autoinmunes pueden afectar a los ojos, así puede aparecer conjuntivitis en el caso de artritis reumatoide, lupus eritematoso sistémico, esclerodermia, tiroiditis de Hashimoto, espondilo artropatías seronegativas, síndrome de Sjögren, penfigoide cicatricial, síndrome de Steven-Johnson, etc.
¿Qué caracteriza a los diferentes tipos de conjuntivitis?
Las tres conjuntivitis más frecuentes son la conjuntivitis bacteriana, viral y alérgica. ¿Cómo podemos diferenciarlas?
La conjuntivitis de origen vírico es la más frecuente, sobre todo en los meses de otoño e invierno. Las conjuntivitis causadas por adenovirus son las más contagiosas que suelen cursar con fiebre. Los virus del herpes generan una infección más leve. En ocasiones se ve afectada la piel que rodea al ojo.
Las conjuntivitis de origen bacterianas son menos frecuentes, caracterizadas por secreción abundante y amarillenta y formación de papilas en la conjuntiva palpebral. Entre las bacterias que causan conjuntivitis destacan los gonococos, los neumococos, el Haemophilus influenzae, los estafilococos y las clamidias. La transmisión de los gonococos se produce por las relaciones sexuales, aunque los recién nacidos también pueden contagiarse de gonococos en el momento del parto por una transmisión entre la madre y el hijo. La enfermedad se caracteriza por una fuerte secreción purulenta en los ojos y acumulación de lágrimas en el párpado inferior.
Una conjuntivitis producida por neumococos puede provocar una úlcera en la córnea. El Haemophylus influenzae genera conjuntivitis con secreciones oculares acuosas en niños.
El estafilococo provoca una abundante secreción mucosa.
Las clamidias, como los gonococos, son microorganismos de transmisión sexual y producen conjuntivitis en los recién nacidos durante el parto.
La conjuntivitis alérgica es generalmente bilateral y se asocia con síntomas de vías respiratorias como estornudos, rinitis y asma. El alérgeno puede ser polvo, plumas o polen. Las conjuntivitis alérgicas son estacionales. Los síntomas pueden abarcar picazón intensa o ardor en los ojos, ojos rojos, lagrimeo, dilatación de los vasos, secreción viscosa y párpados abundantes.
La conjuntivitis irritativa o tóxica es consecuencia de la exposición a unos agentes tóxicos como al cloro de las piscinas, al aire acondicionado, al trabajo con ordenador, a colirios con conservantes, etc. El uso inadecuado de las lentes de contacto puede producir conjuntivitis severa.
La conjuntivitis causada por los rayos ultravioletas provoca un cuadro agudo de dolor ocular, sensación de arena o cuerpo extraño y fotofobia intensa.
Los traumas y los cuerpos extraños también generan inflamación en la conjuntiva. Estos casos deberán ser remitidos al especialista.
Los síntomas de la conjuntivitis
Los síntomas de la conjuntivitis dependen del factor causante, pero en general podemos decir que los pacientes con conjuntivitis tienen:
Picazón, irritación o ardor
Color rosado o rojo en la parte blanca del ojo
Aumento del lagrimeo
Inflamación de los párpados y de la conjuntiva
Secreción de pus, en particular amarillo verdoso
Costras en los párpados o en las pestañas
Sensación de tener un cuerpo extraño en los ojos
Sensibilidad a la luz brillante
Aumento de ganglios linfáticos delante de las orejas
Tratamiento de la conjuntivitis
El tratamiento de la conjuntivitis depende del factor causante.
El tratamiento de la conjuntivitis vírica es sintomático. La infección puede durar entre una y dos semanas y se debe resolver por sí sola. Se pueden usar lágrimas artificiales y bolsas frías para aliviar la sequedad y la inflamación. El médico puede recetar medicamentos antivirales en casos más graves. Los antibióticos no mejoran la conjuntivitis viral, pero evitan la sobreinfección.
En el caso de una conjuntivitis bacteriana simple se pueden administrar colirios, geles o pomadas antibióticos, se deben aplicar en ambos ojos, aunque uno solo sea el afectado. Las gotas se administran entre 4 o 6 veces diarias y la pomada o el gel entre 2 o 3 veces al día. A los recién nacidos se les aplican unas gotas para prevenir los contagios por gérmenes durante el parto. Si el bebé nace con el lagrimal obstruido éste también puede causar una inflamación de la conjuntiva. En el caso de que el problema persista entre los 6 y 12 meses, deberá lavarse el conducto con una sonda fina.
Si la conjuntivitis es alérgica, los antihistamínicos y las gotas oculares con corticosteroides mejorarán el estado del paciente. Las gotas de corticosteroides nunca deberán utilizarse en el caso de que la infección se haya producido por herpes, ya que estos medicamentos empeoran la infección.
Entre los remedios caseros podemos destacar:
La manzanilla con efectos antiinflamatorios y antisépticos. Preparamos una infusión durante 15 minutos de una cucharada de flores secas en una taza de agua. Mojamos una gasa y aplicamos sobre los ojos. No deberíamos utilizar la manzanilla en el caso de conjuntivitis alérgica.
Las compresas de caléndula también se aplican sobre los ojos hinchados o párpados inflamados por su efecto antinflamatorio y antiséptico.
La Eufrasia (planta medicinal) evita el lagrimeo y reduce las inflamaciones de los ojos.
La hamamelis (planta medicinal) reduce la inflamación y relaja los ojos. El tratamiento consiste en aplicar agua de hamamelis sobre los ojos afectados por conjuntivitis.
Un buen truco para relajar los ojos y prevenir el enrojecimiento causado por la conjuntivitis consiste en aplicar la misma bolsa de la infusión de té encima de los ojos cerrados durante 10 minutos.
El arándano, por sus propiedades bactericidas, es muy interesante en el tratamiento externo de la conjuntivitis. Preparamos una infusión con una cucharada de hojas secas por litro de agua y realizamos un lavado ocular con este líquido.
La aplicación de un par de rodajas recién cortadas de pepinos sobre los párpados, resulta un buen colirio natural y por su efecto anti edematoso rebaja la hinchazón después de una jornada de mucho trabajo o de una larga noche de fiesta.
En el caso de traumas y cuerpos extraños acude a la consulta de un especialista.
Prevención de la conjuntivitis
La conjuntivitis puede ser muy contagiosa, por ello es muy importante:
Lavarse bien las manos con jabón antiséptico y utilizar toallas de papel.
Evitar tocarte o restregarte los ojos.
Limpiar toda la secreción alrededor de los ojos varias veces al día.
No utilizar la misma botella de las gotas para los ojos infectados y para los sanos.
Lavarse las manos después de aplicarse gotas o pomadas para los ojos.
Lavar las fundas de las almohadas, las toallas, sábanas, paños, gafas con agua caliente y detergente.
No compartir maquillaje.
No meterse en la piscina.
Tirar a la basura las lentes de contacto desechables y los envases que se usaron cuando los ojos estaban infectados.
Tirar el maquillaje que hayas usado durante este tiempo.
Limpiar las lentes de contacto de uso prolongado de la manera más adecuada.
Durante la infección, no usar lentes de contacto, sino gafas hasta que los síntomas hayan pasado.
Si estás en contacto con una persona con conjuntivitis infecciosa evita el contacto directo.
Lavarse las manos frecuentemente con agua tibia y jabón o con limpiadores a base de alcohol.
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