Cómo fomentar el sentido del humor
1. En primer lugar, intenta poner toda tu atención en el lado positivo de tu trabajo. De hecho, quéjate menos porque las etapas de desempleo son una auténtica lección que nos hacen tomar conciencia de que lo verdaderamente duro es cada día marcado por la incertidumbre de no tener una estabilidad económica.
2. No aspires a tener el mismo nivel de confianza con todos tus compañeros. Sin embargo, seguro que con aquellos compañeros de trabajo con los que sí tienes mayor nivel de afinidad, puedes compartir alguna broma, siempre en aquellos momentos que no son de máxima urgencia.
3. No hagas bromas con tu jefe. No te permitas estas confianzas. Es importante que recuerdes cuál es su puesto y que él es una autoridad ante ti.
4. Si todavía no lo has logrado, te propongo marcarte el reto de desconectar completamente de los asuntos de trabajo cada día, nada más salir por la puerta de la oficina. Imagina que te quitas de encima un peso de toneladas enteras que quedan allí. Es decir, mañana cuando vuelvas a entrar por la puerta, retomarás con otro descanso algunos asuntos que han quedado pendientes. Pero hoy no. No hables de trabajo con tu familia y amigos hasta que no hayas aprendido a separar entre ambos planos. Así comenzarás a concentrarte en tu vida personal.
5. ¿Has metido la pata y no te lo perdonas? Ríete de ello, todos nos hemos sentido protagonistas en algún momento de situaciones que si las miramos por el lado adecuado, son muy cómicas. Por tanto, deja de lado la tragedia y busca otro guión para esa historia.
6. Si te apetece divertirte con una película que tiene mucho humor, también en el contexto profesional, te recomiendo ver “Bienvenidos al norte”, una historia francesa que triunfó en taquilla.
El sentido del humor es salud. No dejes que nada te arruine el día. Y pon en tus días grises, una buena carcajada de felicidad. Sin duda, así también elevas tu sueldo emocional en la oficina.
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