Esta situación es muy posible, de hecho, cada vez es más frecuente en la sociedad actual dado que estudiar una carrera no es garantía de estudiar en ese campo. De hecho, incluso trabajando en un sector que te gusta, puede que en algún momento tus preferencias cambien y ya no te sientas tan identificado con las tareas de siempre. ¿Cómo ser feliz en un trabajo que no te gusta?
1. ¿Qué es lo que no te gusta?
Tendemos a hablar de forma general pero la generalidad no describe la realidad. Es decir, más allá de la afirmación de que ese trabajo no te gusta, intenta concretar qué es lo que te disgusta. Por ejemplo, el horario, el ambiente laboral, alguna tarea en concreto Cuanto más acotes la realidad mejor, porque así te darás cuenta de que aunque haya aspectos mejorables, otros son motivo de gratitud. De hecho, recuerda que aunque este trabajo no te encante hasta el infinito, es muy posible que si cambias de empleo también te encuentres con algún aspecto que no te fascina en tu nuevo puesto. ¡Bienvenido al mundo laboral y a la vida! Por tanto, empieza a disfrutar más de aquello que sí te gusta.
2. Pluriempleo
Cada vez más personas combinan la realidad del pluriempleo. Es decir, tienen dos contratos laborales diferentes con distintas empresas dentro de un mismo régimen de cotización de la Seguridad Social. Tener dos trabajos puede ser una fórmula no solo para obtener más ingresos, sino también, para romper la rutina laboral cuando un puesto no te encanta.
3. Estabilidad económica
Puede que tu trabajo no te guste, sin embargo, cuando llega el inicio de mes y recibes tu sueldo en el banco, observas de forma visible que todo el esfuerzo del mes ha dado un resultado material que es fundamental para tu estabilidad económica. Gracias a ese trabajo que no te gusta puedes pagar tus facturas. Y este ya es un motivo importante para empezar a observar ese empleo con otros ojos.
¿Quiere esto decir que debes resignarte a un trabajo que no te gusta? No. Sino que debes intentar luchar por tus metas de trabajo, pero siempre desde la prudencia de no tirar por la borda aquello que ya tienes. Además, no te centres únicamente en tu situación presente. Piensa que es peor no tener trabajo y vivir la ansiedad de no saber en qué momento va a cambiar esa suerte profesional.
4. Sigue estudiando
Estudiar no solo significa la posibilidad de volver a la universidad. En realidad, la formación está allí donde pones tu atención con ganas de aprender de forma autodidacta: lectura de libros, asistencia a conferencias, participación en grupos de networking, realización de cursos de formación, asistencia a los Cursos de Verano de la universidad… La formación es vital porque la insatisfacción laboral afecta a la mente, y el conocimiento es un alimento del espíritu. Por tanto, te sentirás mejor contigo mismo.