Tanto si estás preocupado por tu salud, por la discusión que tuviste el mes pasado con tu hermana, como por cómo pagarás la factura del coche el próximo mes o el colegio de los niños en septiembre, tu vida está en un estrés permanente “en modo supervivencia” y si esto es habitual, al final, la mente utiliza este “modo” de forma continua, creando una adicción al estrés.
La respuesta de estrés es la manera innata del cuerpo de responder a lo que le hacer perder el equilibrio y a lo que hace para recuperarlo.
Si estás gastando toda tu energía por algún problema externo, te quedará muy poca para tu mundo interior y por tanto tu sistema inmunológico, digestivo y otros, se verán afectados y acabarás enfermando.
Si eres como la mayoría de gente que se pasa parte de su tiempo preocupándose con pensamientos y sentimientos negativos, hazte una pregunta: ¿La mayoría de cosas que te ocurren, son negativas? ¡No, verdad! Tienes esa actitud negativa porque vives anticipándote al estrés (en un futuro) y reviviendo momentos estresantes que has vivido (en el pasado).
Cómo eliminar el estrés y disfrutar del presente
Si quieres eliminar el estrés de tu cuerpo y empezar a disfrutar de tu presente, debes pasar página del pasado y no preocuparte del futuro.
Empieza a cambiar la forma de ver el mundo, “tu mundo”, a valorar lo que tienes, las personas que te quieren y quieres, tus amigos, compañeros, tus mascotas, etc.
Aprovecha cada momento que pasas con cada uno de ellos:
Cuando estás sentado/a con tu pareja disfrutando de un buen vino en el sofá o conversando, mirándonos, tocando su mano, su brazo, saboreando el momento.
Cuando sales el domingo con los amigos de visita a un pueblecito costero, sus casitas blancas, sus playas, su gente.
Cuando coges el coche y valoras lo que te costó ahorrar para comprarlo y ¡ya lo tienes! Estás orgulloso de él, lo bien que va, lo bonito que es...
Cuando ves a tus hijos crecer... olvida por un momento que hay que darles la comida, cambiarles, etc. Sólo cinco minutos para valorar la suerte que has tenido con ellos, son guapísimos, inteligentes, buenos (un poco traviesos, eso sí) y lo sanos que están y lo que te hacen sentir.
Esa fantástica casa/piso donde vives con tu familia, si, aún es del banco pero cuando la acabemos de pagar será toda nuestra. Bien situada, grande, luminosa, cómoda... nuestro hogar.
¿Y las visitas de mamá? Es posible que a veces sea un poco pesada (por la edad) pero y ¿cómo te quiere? Ella te dio el ser y aún después de tantos años, sabes que está allí para lo que necesites. Es buena, generosa y quiere a tus hijos con locura.
El libro que estás leyendo. No lo leas con rapidez, sino despacio, saboreando las palabras, te gusta el tema, te hace reflexionar, te entretiene, te da conocimientos o te divierte, te evade y te llena... ¿qué más quieres? ¡DISFRÚTALO!
O simplemente cuando sales por la mañana dirección al trabajo y ves el sol brillando e iluminando el cielo, las nubes, las montañas (si es que tienes la suerte de verlas desde tu camino) o sino, fíjate en las personas de tu alrededor, sus caras, su ropa, su forma de andar. Piensa en cómo debe ser su vida. ¿estará casado, soltero, separado, se le ve estresado? Esa mujer, cuántos años tendrá, aparenta mediana edad, pero si la miro de cerca parece más mayor... y que cara de tranquilidad tiene... etc.
Ves como con cualquier cosa puedes ser feliz, solo debes poner atención en ella y valorarla. Mientras estás con este “Mindfulness Personalizado” te olvidarás del pasado y del futuro y vivirás el presente, centrándote en lo que de verdad importa, el momento.
Cuando acabes de realizar esa acción, te encontrarás más feliz, porque realmente la habrás aprovechado y habrás visto la parte positiva de ello y sobretodo estarás “aquí y ahora”.
Cuando no lo haces así es cuando los días pasan rápidamente sin darte cuenta, y cuando necesitas hacer más y más actividades para llenarlos. Por tanto:
Deja de acumular días a tu vida y dale vida a tus días.
Ya tendrás tiempo de pensar en las facturas y de cómo solucionar el problema con tu hermana, pero para eso, debes crear un momento. Por ejemplo, cada noche antes de acostarte, con papel y lápiz escribe todo lo que debes mejorar, cambiar o hacer durante la semana y dedícale 15 o 30 minutos según lo que necesites. Así de esta forma, sabes que cuando esos pensamientos negativos o de estrés te aborden, podrás desplazarlos con un “Ahora no, gracias, pensaré en ello por la noche”, y tendrás el resto del día para disfrutar del aquí y ahora o el Mindfulness como se dice ahora.
Al final del día y en la misma libreta donde apuntes lo que debes mejorar o cambiar, puedes escribir las cosas que has valorado hoy, para reconocer cómo cada día vas valorando más cosas y cómo cada día estás más satisfecho con tu vida.
Espero que estas pautas te ayuden y recuerda:
Allí donde pones la atención, pones la energía. Cuanto más observas, más consciente te vuelves, de tu mente inconsciente. Y el objetivo de la autoconsciencia es evitar que se dé de manera automática cualquier pensamiento, acto o emoción que ya no desees experimentar (pensamientos y emociones negativas por ejemplo).
¡Agradezco tus comentarios!