Cuando lo hice sentí una gran liberación, pero lo que vino después no fue nada sencillo.
A pesar de haberme deshecho de ese trabajo en el que me estaba dejando la vida, tuve que superar bastantes dificultades.
El principal problema era que no sabía a qué dedicar mi vida, algo que más tarde descubrí que era un mal común entre los que buscan reinventarse profesionalmente.
Hoy te cuento en esta entrada cómo descubrí a qué dedicar mi vida y todos los bloqueos que tuve que ir superando.
¿Me acompañas?
URGENCIA POR DEJAR DE ESTAR PARADO
Bueno, en realidad jamás he estado parado
Al haber presentado mi baja voluntaria no tenía derecho a finiquito ni a la prestación por desempleo. Es decir, me tocaba tirar de mis ahorros hasta que pudiera dedicarme a algo con lo que ganarme la vida.
Pero con lo de parado no me refería únicamente a mi condición de desempleado. Nunca lo he estado porque por alguna razón siempre he necesitado estar haciendo algo.
Como ya te conté, una serie de acontecimientos me impulsaron a presentar mi dimisión antes de lo que tenía pensado, por lo que no me dio tiempo a planificar mi reinvención profesional como es debido.
No obstante, sí que había hecho mis números y sabía que contaba con ahorros para poder mantener el mínimo confort que deseaba en mi vida durante al menos dos años.
A pesar de tener un colchón que me permitía parar un tiempo, tenía una sensación urgente de encontrar aquello a lo que dedicar mi vida.
Es decir, había dejado mi trabajo y todas las fuentes de estrés que a él estaban asociadas, y en menos de una semana ya me había creado una nueva preocupación.
Pues bien, si vives con esa sensación de urgencia te propongo que pares y observes tu situación actual:
¿te falta algo importante en este preciso instante de tu vida?
¿tienes algún problema de salud?
¿tus seres queridos tienen algún problema?
Si la respuesta a todas ellas es NO, deja de crearte preocupaciones y disfruta de lo que tienes: tu proceso de reinvención lo acometes porque quieres, no te lo impongas como algo obligatorio.
SI DEJO DE SER INGENIERO, ¿QUÉ NARICES SOY?
Una de las pocas cosas que tenía claras era que quería quedarme en Estambul y que no quería un trabajo como el que había tenido hasta entonces.
Lo primero que hice fue empezar a explorar cómo podía dedicarme al coaching en Estambul.
Era algo que me atraía mucho, me había formado y después de hacer algunas prácticas presentía que podía ser una buena opción para dedicar mi vida.
Así que me puse en contacto con varios coachs locales para que me dieran sus consejos, con los que tuve conversaciones de lo más interesantes.
Con ilusión y la ayuda de un tutorial creé mi web profesional www.istanbulcoach.com en la que ofrecía mis servicios como coach en Estambul.
La realidad es que no estaba preparado para algo así, no por falta de formación en coaching, sino porque no tenía ni puñetera idea de emprendimiento.
Cuando uno trabaja por cuenta ajena no necesita buscar clientes de forma activa a no ser que su actividad sea comercial y eso, sin duda, es un hándicap a la hora de dar el salto al trabajo como freelance.
Observándolo con perspectiva creo que fue más una necesidad de justificar ante los demás y ante mí mismo que estaba activo.
Era un modo de expresar: mirad tengo una profesión, o haber dejado mi trabajo no me convierte en Don Nadie.
La pregunta ¿A qué te dedicas ahora? me resultaba enormemente molesta, y dar como respuesta a descubrir qué voy a hacer con mi vida era algo que mi ego no soportaba.
La realidad es que tenía una profesión que me había auto impuesto, pero no tenía ni un cliente.
El principal problema era que esperaba que los clientes vinieran a encontrarme a través de mi nueva y flamante web, algo que como ya te conté en los errores que no has de cometer para reinventarte con éxito, es una equivocación bastante común de los emprendedores novatos.
Uno de los principales problemas a la hora de reinventarse es identificarse con la profesión.
Todos, al dejar una profesión por otra, tienen que superar un proceso de des-identificación al que yo denomino salir del armario.
Si te encuentras en una situación así, te animo a leer el artículo Cómo desnudarse del ego
INGRESOS PASIVOS
Más allá de crear el blog y fingir que podía ganarme la vida como coach, desde hacía tiempo tenía claro que la clave era crear ingresos pasivos.
Sin duda, era mi principal objetivo. Y sigue siéndolo, ya que aspiro a alcanzar mi total libertad financiera.
Por entonces tenía unos buenos ahorros. Trabajar de sol a sol tuvo una cosa buena: no me dio tiempo a gastar. : D
Así pues, decidí sacar parte de ese dinero del banco y meterlo en algún activo que me diera ingresos de forma recurrente sin trabajar demasiado.
Desde que abrí los ojos tras leer el Código del Dinero, me estuve formando en varias materias para aprender a rentabilizar mis ahorros.
Probé la inversión en bolsa, pero sinceramente me parecía un auténtico tostón, y al final fue mi padre el que acabó gestionando mis cuentas.
También me formé en inversión en inmobiliario, algo que me resultó mucho más atractivo.
Durante más de 2 años venía observando ese mercado, y ahora por fin había llegado el momento.
La crisis en España había sacudido de forma importante el sector de la construcción y el precio de la vivienda, en especial el de segunda mano, parecía estar a punto de tocar fondo.
Aproveché la oportunidad para comprar un apartamento con vistas al mar por menos de la mitad de lo que costaba tan sólo 3 años antes.
Antes de que acabara el 2013 recibía a los primeros huéspedes a través de la conocida plataforma AIRBNB. (Puedes ver aquí el anuncio)
Misión cumplida, ¡había puesto mi dinero a mi servicio para generar más dinero!
Con esa fuente de ingresos recurrentes podía empezar a relajarme y empecé a planificar un viaje vital.
Contar con diferentes fuentes de ingresos pasivos que lleven dinero a tu cuenta de forma recurrente y casi automática es ideal en un proceso de reinvención.
Quizás pienses que tú no tienes dinero para eso, pero eso es porque desconoces las múltiples posibilidades que hay de generar ingresos pasivos.
MI VIAJE A LA INDIA
Habían transcurrido ya 3 meses desde que dejara mi trabajo y mi sensación de urgencia había disminuido.
Entonces, decidí que era el momento de cumplir un sueño que había tenido durante muchos años: viajar a lo largo y ancho de India en solitario.
En enero de 2014 planifiqué el viaje con billete de ida, pero no de vuelta, con intención de visitar algunos lugares y sin planificación alguna.
Así, a principios de febrero llegué a Trivandrum para empezar mi recorrido por India, de Sur a Norte.
Me puse como condición que el viaje fuera lo más minimalista posible, hasta el punto de decidir no llevarme mi cámara de fotos (y soy un apasionado de la fotografía).
Lo que dio de sí ya te lo conté en una serie de dos entradas que puedes leer aquí.
5 Experiencias vitales de mi viaje a la India
El resumen del viaje se puede expresar de modo breve pero elocuente: ha sido el viaje de mi vida.
No dejes pendiente ningún sueño que tengas, o lo lamentarás los últimos días de tu vida.
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Una vez que volví de India empecé a plantearme mi futuro profesional.
BUSCANDO MI CAMINO
Tras aquel viaje decidí que debía empezar a tomarme en serio qué carajo iba a hacer para ganarme la vida.
El alquiler de la vivienda estaba muy bien, pero eso sólo era una fuente de ingresos, y obviamente no podía depender únicamente de ella.
Hacerlo hubiera sido tan ridículo, como seguir ganando dinero únicamente a través de un sueldo por cuenta ajena.
Seguía con la idea de dedicarme al Desarrollo Personal, pero tenía ya claro por entonces que en Estambul iba a tener pocas posibilidades de ganarme la vida como coach.
Mi mejor amigo tenía una idea de negocio que sonaba bastante bien, que era montar una tienda online especializada.
Movido por la amistad y porque no tenía mucho más que hacer, decidí probar aquello.
Enseguida asumimos que yo tendría el rol técnico y de gestión; el talento de mi amigo sin duda está en la venta.
Con la convicción de que aquello era un buen negocio, me puse a hacer una plataforma de comercio online para vender los productos.
Esto fue, sin duda, un gran error porque para cuando tuve preparado el plan de negocio, la plataforma ya estaba prácticamente hecha, y los cálculos nos generaban muchas dudas.
Tras evaluar cómo llevar a cabo la logística y los costes asociados, descubrimos que para conseguir el resultado mínimo viable, había que vender mucho volumen.
Esto significaba que tendríamos que llegar a muchísima gente para poder conseguir ventas, o lo que es lo mismo, era necesario invertir en tiempo y dinero.
La falta de confianza nos llevó a no invertir ni en una cosa ni en la otra, y poco a poco el negocio se fue enfriando hasta que decidimos aparcarlo.
Una idea de negocio es una idea, y no es negocio hasta que empieza a dar beneficios.
Si tienes una idea, llévala cuanto antes a números, prepara un modelo de negocio y trata de validarla antes de empezar a trabajar en ella.
DISPERSIÓN PROFESIONAL
Mientras tanto, me salieron otras oportunidades, como la venta de una viagra natural en Turquía.
Sí ríete, pero el negocio en España está dando una auténtica pasta. wink
En cierta manera era trasladar un negocio que ya funcionaba bien en España al mercado turco.
La idea era crear una sociedad con el responsable de la empresa en España. Él pondría el conocimiento y yo haría las gestiones para la implantación en Turquía.
¿Qué me atraía de esta idea? Pues que era un modelo de ingresos pasivos extraordinario.
La barrera con la que nos encontramos fue que, al no pertenecer Turquía a la Comunidad Económica Europea, los certificados del producto para su comercialización no eran válidos, y el proceso de certificación era muy costoso para un incierto resultado.
También me surgió la oportunidad de hacer de intermediario en la venta de yates.
Conocía al dueño de un astillero en Turquía y, a través de un conocido, me llegó el interés de un tipo que tenía una empresa de comercialización de barcos en Sudamérica.
Durante un año estuvimos negociando, y aunque desde el principio tuvimos la sensación de que el tipo era un impresentable, seguimos movidos por la posibilidad de conseguir un buen pellizco en la operación.
Obviamente, como no podía acabar de otro modo, aquello fracasó.
Al mismo tiempo se me ocurría la posibilidad de exportar productos de Turquía a España, y otro tipo de negocios de oportunidades que iban surgiendo.
Como te he contado anteriormente no quería moverme de Turquía, porque en Estambul tenía todas mis cosas además de la previsión de casarme con la que hoy es mi mujer. smile
Esto era un gran hándicap si tenemos en cuenta que yo no quería volver a un trabajo corporativo en el único sector en el que, en esos momentos, era un profesional valorado.
No obstante, haber explorado todo esto me permitió darme cuenta de qué me motivaba internamente y qué lo hacía externamente.
Todas estas ideas me parecían atractivas principalmente por ser una buena oportunidad de negocio, no porque tuvieran que ver nada conmigo.
Si tienes muchas ideas, reflexiona sobre cuál es el motivo que te empuja a trabajar en ellas.
Si ese motivo es únicamente económico con mucha probabilidad esa idea acabará desapareciendo en cuanto no ofrezca resultados. Y lo que es peor, a la larga puede atraparte en un negocio que no tiene nada que ver contigo.
EN EL TRABAJO CON PERSONAS ESTÁ MI TALENTO
En mi época de Universidad y posteriormente como voluntario en una ONG, trabajé a menudo como profesor, siendo esta una actividad con la que siempre he disfrutado enormemente.
Sin embargo, aquello era algo que durante más de una década parecía haber olvidado; me había enfundado el traje de ejecutivo y todo aquello quedó enterrado debajo.
Durante mi proceso de introspección personal empecé a recordar lo mucho que me gusta ayudar a otras personas a alcanzar sus objetivos.
Siempre me ha interesado la labor social y de ayuda a los demás, mucho más que lo corporativo y lo industrial.
Entendí que el Desarrollo Personal era mi pasión, pero dedicarme a ello en Estambul era algo que se me antojaba imposible, ya que, a pesar de hablar turco, no dominaba el idioma lo suficiente como para poder encontrar clientes como coach.
Me faltaba experiencia y relevancia como profesional, y eso alimentó todas las dudas que me llevaron a la dispersión que te he contado anteriormente.
Y cuando uno duda sobre su pasión, se lanza directamente a buscar fórmulas que le proporcionen seguridad, o lo que es lo mismo, oportunidades de ganar pasta.
A día de hoy todo lo demás está a un lado, aposté por mi carrera en el desarrollo de personas y profesionales y, actualmente, es mi ocupación y principal fuente de ingresos.
La razón de no haberlo hecho desde el principio fue esa inseguridad de la que te hablaba y que hoy reconozco en la gran mayoría de mis clientes.
Por suerte, a pesar de dedicarme a otras muchas cosas, nunca abandoné la idea de conseguirlo, y poco a poco fui encontrando la fórmula de hacer de mi talento y mi pasión mi profesión.
Si te cuesta tener claro a qué puedes dedicar tu vida, te animo a realizar un trabajo de introspección.
Es probable que como en mi caso, hayas enterrado tu verdadero talento, y sólo podrás conectar con él si trabajas para descubrirlo.
Si ya sabes cuál es, no lo desatiendas y pon tu foco en él a pesar de la incertidumbre. Si contradices a tu intuición es probable que a la larga acabes lamentándote por ello.
En unas semanas te contaré cómo conseguí pasar de ser un coach desconocido a todo un referente en reinvención profesional y ganarme la vida haciendo lo que me gusta.
Hasta entonces, me gustaría que compartieras con nosotros, todos tus aprendizajes en tu camino de reinvención, o si aún no has empezado, cuáles son tus principales miedos.
¡Un fuerte abrazo!
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