¿Alguna vez alguien te ha pedido algo y has dicho “sí” cuando estas pensando “no”? esto ¿te resulta familiar?, nos ha pasado a todas, sin saber cómo nos dejamos enredar y al final cargamos con algo que ni nos va ni nos viene, haciendo cosas que corresponden a otros y encima enfadadas con nosotras mismas, por habernos dejado enredar
Son muchas las personas que intentan aprovecharse de otros, compañero, amigos, un jefe que abusa de su posición, incluso familiares que nos usan para su propio beneficio. Lo más grande es que los vemos venir, y nos decimos a nosotros mismos “esta vez no” pero caemos de nuevo, así una y otra vez .
Nos cuesta muchísimo decir no y marcar unos límites, pero debemos aprender, es totalmente necesario que aprendamos a decir no. Si no ponemos nosotras los limites, los demás no nos respetaran, y lo que es peor, no nos respetaremos a nosotras mismas, y nuestra autoestima estará por los suelos, y esto sí que es grave.
Todo el mundo nos sentimos mejor tratando con personas amables, de carácter alegre pero … Amig@s mías ¡aquí está el peligro! ¿tú tienes siempre el mismo estado de ánimo? Desconfía de este tipo de personas, pues debajo de esa amabilidad suele esconderse con una persona con baja autoestima, envidiosa, y dispuesta a chuparte hasta la sangre, para sentirse superior.
La mayoría de la gente, interpretan la educación, la humildad, la prudencia y la amabilidad con una falta de carácter. En nuestra mano está el demostrarles lo equivocados que están.
Existen personas que ellas solas se crean unas expectativas,(a tu costa claro), que cuando por fin te decides y dices no, se sienten como engañadas, heridas en su ego. Impotentes, ante una situación que daban por hecho, incluso rabiosas, y su única salida es volverse contra ti.
Aprendamos a decir no de una vez por todas, no dejemos que nos hagan chantaje emocional, ni nos dejemos presionar, por una situación que no hemos propiciado nosotras.
Al principio la tendencia es sentirnos mal, pero si somos persistentes y mantenemos nuestra posición, poco a poco esa sensación de culpabilidad ira desapareciendo, para dar entrada, a la sensación de respeto hacia nosotras mismas.
No nos dejemos chantajear ni presionar, Si queremos hacer algo por alguien, que salga de nosotras, y aunque nos cueste aprendamos que esta es una guerra que si o si, debemos ganar.
Y sobre todo desconfiemos de las personas “demasiado amables”, pues su amabilidad nos puede llegar a destruir.
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Un saludo
Mari Carmen
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