Es por esto que las personas que son hipertensas, es decir, que cuentan con el diagnóstico de hipertensión arterial, deben llevar una dieta equilibrada y actividades físicas que les ayuden, junto con su tratamiento médico, a controlar su presión.
La dieta de mucha gente suele tener más cantidades de sodio de las que debería contener, comenzando con el abuso de la sal o el consumo excesivo de alimentos como embutidos, tocino, pescados en conserva (sardina o el atún entre otros). La sal ocasiona que se retengan líquidos en el organismo lo que a su vez provoca que exista una presión sobre las arterias llevando así a la hipertensión.
Al aumento en el consumo de sodio se le suma una dieta deficiente en potasio, la cual también nos va a provocar aumentos en la presión arterial, pues el potasio relaja las paredes de las arterias, provocando que la presión de éstas baje.
Generalmente uno de los alimentos que relacionamos con el potasio es la banana (plátano), por eso se tiene la idea de que si la comemos diariamente nos ayudará a regular nuestra tensión arterial; concepto no totalmente falso. Pero antes de ponerlo en práctica, y para que funcione, debemos saber adecuadamente el requerimiento de potasio de nuestro cuerpo para estar en equilibrio en cuanto a la tensión arterial se refiere.
Se ha demostrado que comer por lo menos 3,500 mg de potasio por día reduce la presión arterial si se combina con la reducción de sodio de nuestra dieta. En concreto, en el caso de las bananas debemos considerar que una de tamaño regular que pese 150g contiene aproximadamente 600mg de potasio, por lo que deberíamos estar consumiendo aproximadamente 6 piezas diariamente para cumplir los requerimientos del organismo. Pero difícilmente le apetece a alguien comer tal cantidad de plátanos en una jornada, además de que no es la única fuente de potasio que tendremos en nuestro cuerpo durante 24 horas.
Entonces lo mejor sería consumir una banana diariamente y aportar potasio con otros alimentos como el jitomate, el aguacate, papas, nueces, avellanas o frijoles, entre otros, y disminuir nuestro consumo de sal (sodio) en nuestra alimentación diaria, para así reducir el riesgo de llegar a padecer hipertensión arterial.
Pero la dieta no lo es todo, recuerda siempre realizar alguna actividad física periódicamente y consultar a tu médico para que te sugiera una adecuada alimentación para ti.
(Dr. Omar Lujan es Médico Cirujano y Homeópata.)
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