Sin añadir culpas a las que cargamos por educación y herencia, vamos a examinar en qué punto estamos respecto a la conciliación de la vida familiar y profesional para averiguar si podemos mejorarla o incluso transformarla.
Es un hecho que en nuestro país se ha extendido mucho, en las últimas décadas, la jornada laboral. Eso conlleva a trabajar a tiempo parcial o a delegar en otros el cuidado de los hijos. Por regla general, nos vemos obligados a trabajar durante extenuantes jornadas, fuera de casa.
El teletrabajo y empresas que instauran horarios flexibles son todavía pocas. A menudo se acuerda, dentro de la pareja, que las esposas se ocupen de los niños a costa de una reducción de jornada y sueldo (también se reduce la carrera profesional que queda frenada). Esto en el mejor de los casos, porque en la mayoría de ellos deben trabajar ambos durante todo el día y por tanto delegar en abuelos, cuidadoras e incluso en dejar a los niños solos durante una buena parte de la tarde.
Estas circunstancias, mantenidas durante mucho tiempo, son los motivos por los que empiezan los desequilibrios y problemas en las familias. El padre suele salir temprano y volver tarde, sin ganas a su vuelta, de interactuar con su familia. La mujer trabaja fuera y dentro en una doble jornada que agota sus fuerzas y le restan ilusión por dedicarse a ella. ¿Qué os voy a contar que no sepáis? Llegan las frustraciones, discusiones, estallidos de ira, tristeza, estados depresivos y de ansiedad La antesala del divorcio.
Es obvio que el sistema determina, en gran parte, nuestra vivencia al respecto. Tenemos el derecho y el deber, como ciudadanos, de luchar por mejores leyes en el ámbito laboral y social. Con todo, y esto ya es “harina de nuestro costal” tenemos que averiguar cómo no ser absorbidos por esta centrífuga que nos lleva a malograr una de las grandes apuestas de nuestras vidas. Porque la familia sigue siendo, en mayor o menor medida, ese espacio en el que nos desarrollamos y crecemos a lo largo de muchos años. En el que vivenciamos experiencias de vital importancia, en el que nos expresamos, entregamos y recibimos a niveles muy profundos y determinantes.
El Coaching estratégico ofrece soluciones a esta problemática. Propone una buena gestión del tiempo, analiza tus necesidades humanas prioritarias y los vehículos que utilizas para cubrirlas. Ayuda a plantearte la pregunta primaria desde la que comprender qué es lo que realmente quieres priorizar y/o transformar para obtener una vida más feliz. Te indica cómo obtener el enfoque más adecuado y los estados mentales/emocionales idóneos para afrontar un cambio de vida.
Imagina llegar a tu casa a una hora razonable, tener energía para jugar con tus hijos y charlar con tu cónyuge. Visualiza esos momentos de ternura con tus padres que te sabrán a “gloria” y no digamos a ellos.
Si realmente necesitas transformar tu estado actual de cosas y llegar a uno que te proporcione salud y bienestar a la par que plenitud, ten en cuenta que existen técnicas y aprendizajes con los que trabajar para lograr tus objetivos.
Durante un proceso de Coaching de intervención estratégica, te conocerás mucho mejor, reconocerás tus debilidades y fortalezas, sabrás cómo entrenarte para ser un “jugador de élite” en tu propia vida.
Para un buen entrenamiento, lo primero es un buen entrenador. Axioma básico que a veces olvidamos, creyendo que sabemos todo y repitiéndonos que casi nada tiene remedio. No entres en estos bucles de desactivación de tus potenciales y capacidades.
Contáctanos, tenemos ese traje a la medida con el que sueñas. Te tomamos las medidas y confeccionamos juntos uno nuevo para que estés, seas y compartas belleza. Coaching, PNL y Mindfulness, entre otros, a tu disposición.
http://www.imagenycoaching.com/
También puedes entrenar y formarte con nosotras en Madrid