El ronquido es ese molesto ruido que hacemos al dormir. Se produce cuando el aire fluye en los últimos tejidos relajados de la garganta, provocando que los tejidos vibran al respirar, crean sonidos roncos o fuertes.
Mientras duermes, los músculos de la garganta se relajan, la lengua cae hacia atrás, y tu garganta se estrecha y se ablanda.
Al respirar, las paredes de la garganta comienzan a vibrar, generalmente cuando respiras, pero también, en menor medida, al exhalar. Estas vibraciones conducen al característico sonido del ronquido.
Las causas pueden ser muy variadas. Pueden afectar a las personas que no se cuidan y tienen una mala calidad de vida, hasta enfermedades respiratorias que pueden afectar a la persona desde que una edad temprana.
Sinusitis, alergias y resfriados: Pueden ocasionar ronquidos de forma puntual.
Sobrepeso u obesidad: Son unas de las principales causas de la apnea y el ronquido.
Consumo de Alcohol, tabaco, drogas o ciertos medicamentos: Pueden aumentar la relajación del músculo lo que conlleva a roncar más.
Tono muscular debilitado: El ronquido sucede cuando no se puede mover el aire libremente a través de la nariz y la boca durante el sueño.
Embarazo y menopausia: El aumento de peso o la laxitud de los músculos del cuello son las causas de que se ronque durante estas etapas de la vida de la mujer.
Problemas en las vías respiratorias: Esto se presenta cuando nos encontramos con las amígdalas agrandadas o inflamadas, la garganta más estrecha de lo normal, paladar grueso, lengua más grande que la boca o anomalías en los huesos de la cara.