Principales causas
Aunque no se ha determinado la causa del asma en la infancia, los estudios actuales señalan a una combinación de exposiciones ambientales y vulnerabilidades biológicas y génicas inherentes .
Las exposiciones respiratorias en este ambiente causal son los aeroalergenos, las infecciones respiratorias víricas y los contaminantes químicos y biológicos como el humo ambiental del tabaco. En el anfitrión predispuesto, las respuestas inmunitarias a estas exposiciones comunes pueden ser un estímulo para una inflamación prolongada y patogénica y una reparación aberrante de los tejidos respiratorios lesionados. Surge la disfunción pulmonar (es decir, la HRB y el flujo de aire reducido). Estos procesos patogénicos en el pulmón en crecimiento durante las primeras fases de la vida influyen de manera adversa en el crecimiento y diferenciación de las vías respiratorias, lo que conduce a una alteración de las vías respiratorias en edades maduras. Una vez que el asma ha aparecido, parece que la exposición continua la empeora, induciendo la persistencia de la enfermedad y aumentando el riesgo de exacerbaciones graves.
Genética
Al asma en la infancia se han ligado más de 22 locus en 15 cromosomas autosómicos. Aunque los ligamientos génicos al asma han diferido a veces entre diferentes cohortes, el asma en la infancia se ha ligado de forma constante a locus que contienen genes proinflamatorios y proalérgicos (el grupo génico de la interleucina [IL] 4 en el cromosoma 5).
Ambiente
Los episodios recidivantes de sibilancias al principio de la infancia se asocian a virus respiratorios comunes, como el virus sincitial respiratorio, el rinovirus, el virus de la gripe, el virus de la parainfluenza y el metapneumovirus humano. Esto implica que características del anfitrión que influyen en las defensas inmunitarias, la inflamación y la extensión de la lesión en la vía respiratoria producida por virus patógenos ubicuos son la base de la proclividad a presentar sibilancias recidivantes al principio de la infancia.
Además, las infecciones víricas lesivas de las vías respiratorias que se manifiestan en forma de neumonía o bronquiolitis que exigen hospitalización son factores de riesgo de la persistencia del asma en la infancia. Otras exposiciones de la vía respiratoria pueden exacerbar también la inflamación activa de la vía respiratoria, aumentar la gravedad de la enfermedad y perpetuar el asma.
La exposición a alérgenos de interior y exterior en los sujetos sensibilizados puede iniciar la inflamación de las vías respiratorias y la hipersensibilidad a otros irritantes, y está fuertemente ligada a la gravedad y la persistencia de la enfermedad. En consecuencia, la eliminación del alergeno(s) ofensivo puede resolver los síntomas de asma y a veces curarlo.
El humo ambiental de tabaco y los contaminantes del aire (ozono, dióxido de azufre) agravan la inflamación de las vías respiratorias y aumentan la gravedad del asma en la infancia. El aire frío y los olores fuertes pueden desencadenar la broncoconstricción cuando las vías respiratorias están irritadas, pero no empeoran la inflamación ni la hiperreactividad en ellas.
Otros factores de riesgo de asma en la infancia persistente
Alergia
Dermatitis atópica
Rinitis alérgica
Alergia a alimentos
Sensibilización a aeroalergenos
Sensibilización a alérgenos alimentarios
Infección respiratoria inferior grave
Neumonía
Bronquiolitis que exige hospitalización
Sibilancias independientes de los catarros
Genero masculino
Peso bajo al nacer
Exposición al humo ambiental de tabaco.
Desencadenantes del asma
Aeroalergenos en asmáticos sensibilizados
Epitelio de animales
Alérgenos de interior
Ácaros del polvo
Cucarachas
Hongos
Aeroalergenos estacionales
Pólenes (arboles, gramineas, malezas)
Hongos estacionales
Humo ambiental de tabaco
Contaminantes del aire
Ozono
Dióxido de azufre
Partículas
Humo de quemar madera o carbón
Endotoxina, micotoxinas
Polvo
Olores o humos fuertes o nocivos
Perfumes, lacas
Limpiadores
Exposición ocupacional
Exposición a granjas y establos
Formaldehidos, cedro, vapor de pinturas
Aire frio, aire seco
Ejercicio
Llanto, risa, hiperventilacion
Trastornos asociados
Rinitis
Sinusitis
Reflujo gastroesofágico Signos y síntomas
La tos seca y las sibilancias espiratorias intermitentes son los síntomas crónicos más comunes del asma. Los niños mayores y los adultos referirán sensación de respiración insuficiente y opresión torácica; los niños pequeños es más probable que refieran «dolor» torácico intermitente no focalizado. Los síntomas respiratorios pueden empeorar por la noche
Los síntomas diurnos, ligados a menudo a actividades físicas o al juego, los refieren con mayor frecuencia los niños. Otros síntomas de asma en los niños pueden ser sutiles e inespecíficos, como la limitación impuesta por ellos mismos en las actividades físicas, el cansancio general (posiblemente debido a trastornos del sueño) y la dificultad para mantener el nivel de los compañeros en las actividades físicas.
Preguntar sobre experiencias previas con los medicamentos para el asma (broncodilatadores) puede proporcionar el antecedente de la mejora de los síntomas con el tratamiento que apoya el diagnóstico de asma. La falta de mejora con el tratamiento broncodilatador y corticoideo es incompatible con un asma subyacente y debe llevar a considerar con más fuerza trastornos que simulan el asma en la infancia. Los síntomas de asma en la infancia pueden desencadenarlos numerosos acontecimientos o exposiciones comunes: ejercicio físico e hiperventilación (risa), el aire seco o frío y los irritantes de la vía respiratoria .
Las exposiciones que inducen inflamación de la vía respiratoria, como las infecciones (virus sincitial respiratorio, metapneumovirus, torquetenovirus, rinovirus, virus de la parainfluenza, adenovirus, Mycoplasma pneumoniae,Chlamydia pneumoniae) y aeroalergenos, también aumentan la HRB a las exposiciones a irritantes. Numerosas exposiciones ocupacionales incitan el asma en algunos adultos.
De forma análoga, algunos niños proclives podrían estar expuestos de forma continua a estos mismos tóxicos de la vía respiratoria en su casa o en el colegio, lo que llevaría a un asma de tipo «ocupacional» en los niños. Según esto, los antecedentes ambientales son fundamentales para un diagnóstico y tratamiento óptimos del asma.
La presencia de factores de riesgo, como el antecedente de otros trastornos alérgicos (rinitis alérgica, conjuntivitis alérgica, dermatitis atópica, alergias alimentarias), asma en los padres o síntomas aparte de los catarros, apoya el diagnóstico de asma.
Componentes para el tratamiento optimo del asma
Chequeos del asma
Cada 2-4 semanas hasta conseguir un buen control
2-4 por ano para mantener un buen control
Medida de la función pulmonar
Eliminar o reducir exposiciones ambientales problemáticas
Tratar trastornos asociados: rinitis, sinusitis, reflujo gastroesofágico
Medicamentos para control a largo plazo frente a alivio rápido
Clasificación de la gravedad del asma para la farmacoterapia antiinflamatoria
Enfoque escalonado ascendente y descendente
Tratamiento de la exacerbación del asma
Proporcionar un plan de asistencia con dos partes
Tratamiento diario
Plan de acción para las exacerbaciones del asma Educación sanitaria
Se cree que elementos educativos específicos en la asistencia clínica de los niños con asma marcan una diferencia importante en el tratamiento domiciliario y en el cumplimiento por parte de las familias de un plan de asistencia óptimo.
Con la educación, el niño y la familia se convierten en socios esenciales en el proceso terapéutico del asma, ya que el tratamiento óptimo clave depende de sus evaluaciones diarias y de la ejecución de cualquier plan de tratamiento. En las visitas iniciales del paciente, un conocimiento básico de la patogenia del asma (inflamación crónica e HRB subyacentes a una presentación clínica intermitente) puede ayudar a los niños con asma y a sus padres a comprender la importancia de las recomendaciones encaminadas a reducir la inflamación de la vía respiratoria. Deben especificarse las expectativas en cuanto a un buen control del asma resultado de un tratamiento óptimo del asma en la infancia.
A los niños con asma y a sus familias les resulta beneficioso un plan escrito de tratamiento del asma con 2 componentes principales: 1) un plan terapéutico diario «habitual» que describa el uso de los medicamentos para el asma y otras medidas para mantenerla controlada, y 2) un plan de acción para las exacerbaciones del asma, que describa las acciones a tomar cuando el asma empeore, incluidos qué medicamentos tomar y cuándo contactar con el médico habitual u obtener ayuda urgente. Las visitas de seguimiento periódicas pueden ayudar a mantener un control óptimo del asma.
Además de evaluar la gravedad de la enfermedad y, en función de ello, revisar los planes terapéuticos para el tratamiento diario y el de las exacerbaciones, las visitas de seguimiento deben usarse para animar una comunicación abierta de las preocupaciones relacionadas con las recomendaciones terapéuticas del asma en la infancia (administración diaria de medicamento controlador).
Reevaluar el papel de diferentes medicamentos en el tratamiento del asma y la técnica usada con los medicamentos inhalados puede ser útil y ayudar a guiar la educación para mejorar el cumplimiento de un plan terapéutico que podría no haberse ejecutado de la forma adecuada o apropiada.
Prevención
Aunque la inflamación crónica de la vía respiratoria puede dar lugar a una reestructuración de las vías respiratorias, en la actualidad carecemos de datos que apoyen que las intervenciones antiinflamatorias tradicionales (la piedra angular del control del asma) en los niños pequeños con sibilancias recidivantes ayuden a los niños a superar el asma en la infancia.
Los estudios sobre los factores ambientales y el estilo de vida responsables de la menor prevalencia de asma infantil en las zonas rurales y comunidades granjeras indican que la intervención moduladora inmunitaria temprana podría evitar la aparición del asma.
Una hipótesis de la higiene» propone que las exposiciones naturales a los microbios al principio de la vida alejarían el desarrollo inmunitario temprano de la sensibilización alérgica, la inflamación persistente de la vía respiratoria y la reestructuración.
Si estas exposiciones naturales tienen realmente un efecto protector frente al asma, sin consecuencias adversas significativas sobre la salud, entonces estas observaciones podrían fomentar nuevas estrategias para la prevención del asma en la infancia.
Varias medidas no farmacológicas con numerosos atributos positivos sobre la salud: evitación del humo del tabaco (desde antes del nacimiento), lactancia materna prolongada (>4 meses), un estilo de vida activo y una dieta saludable, podrían reducir la probabilidad de sufrir asma.
En la actualidad no se considera que las vacunaciones aumenten la probabilidad de presentar asma en la infancia. Por tanto, se recomiendan todas las vacunaciones infantiles estándar en los niños con asma, incluidas las vacunas de la varicela y la anual de la gripe
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