No sabes bien cómo enfocar las cosas. Sientes confusión. Dudas.
¿Tienes la sensación de estar al límite a punto de explotar?
Entonces descubre a continuación si sabes o no gestionar bien tus emociones.
¿Cómo saber si no estás gestionando bien tus emociones?
Bueno, ya has leído algunos de los indicadores que nos estarían diciendo que algo va mal dentro de ti.
Sin embargo, vamos a entrar en más detalles para que puedas tomar más consciencia de hasta qué punto estás gestionando mal las emociones:
Gestionas mal las emociones si te sientes…
Al borde de estallar en gritos o a llorar. Sobretodo si te pasa varios días seguidos.
Sientes apatía. No te sientes bien, pero tampoco sabes lo que te pasa.
Ocultas tus emociones. Sobretodo a los demás.
Te sientes irritable. Te molestan más cosas que de costumbre. Te enfadas más.
La das más importancia de lo que tienen las cosas. Lo pasas mal, pero tú mismo sabes que no es para tanto. Que no sabes por qué motivo, pero tu mente está exagerando. ¿Verdad?
Lloras en seguida, y no por alegría. Llorar es sano cuando se necesita. Pero lo que no es saludable es que te sientas mal cada vez que estás llorando. Si hay angustia al llorar, en vez de alivio, también es una señal de malestar.
Estos son algunos síntomas personales que te están avisando de que algo no va bien.
Sin embargo. El impacto de tus emociones desbordadas, no solo te afecta a ti. También lo hace sobre tu familia.
El impacto de las emociones en tu familia
Cada vez que tu estás mal. Tu entorno recibe esta señal.
¿Cómo transmites el malestar?
¿Lo expresas directamente? ¿Callas? ¿Lo sacas con la comida o algún otro vicio?
Si tienes hijos, no hace falta decir que ellos son una esponja que chupan todo lo que hay en su entorno. Especialmente lo que irradian sus padres. Lo bueno, y lo malo.
Pero a nivel sentimental el impacto puede llegar a ser agotador si se repiten emociones y hábitos negativos durante largos periodos de tiempo.
Me refiero a…
No hablar de tus emociones. No expresar en tu familia cómo te sientes con los demás, y cómo te sientes contigo.
Si te pasa esto, ten cuidado de convertirte en un zombie emocional.
Hablar demasiadas veces de lo mismo. Los monotemas, con el mismo enfoque, especialmente no constructivo. Quema.
Proyectar el cabreo sobre la otra persona. Pagarlo con quién más quieres por la impotencia de no hablar en el momento con la persona adecuada.
Esperar que te salven. ¿Por qué pides a tu familia lo que tú no puedes hacer por ti mismo? ¿Por qué no te amas más? ¿Por qué no aprender a motivarte por el simple hecho de estar vivo?
Y muchas otras dinámicas extrañas que pueden incorporarse en tu hogar si no te responsabilizas de tus propias emociones.
Siento ser dura. Pero este es un artículo que llama a la consciencia con el único propósito de arrojar luz sobre tu actual habilidad de gestionar las emociones.
¿Seguimos?
¿Hasta qué punto te afecta el trabajo?
Los ámbitos que más se resienten cuando no gestionas tus emociones son: tú mismo, y luego, tu familia.
Sin embargo. No quiere decir que estés mal contigo o con tus seres queridos. También cabe la posibilidad de que tu principal fuente de estrés se sitúe en el ámbito laboral.
Ya sea porque…
Tienes una sobrecarga de trabajo. Realmente estás haciendo más de lo que podrías hacer bien y con salud.
Vives mal el trabajo. Tal vez el trabajo está bien, pero tu forma de vivírlo te genera malestar. Tal vez la forma de organizarte, tu autoexigencia, tus expectativas, tus deseos y propósitos reales…
Hay mala relación con tus compañeros. O jefe, o clientes… Sea como sea, hay personas mientras trabajas que “te estresan”, ¿Verdad?
Si… Todos estos factores personales, familiares y profesionales pueden hacer nacer en ti un volcán de emociones. Intero o externo. Según tu forma de afrontarlo.
¿Te identificas con alguno de estos puntos?
Si todavía no sabes si gestionas bien o mal tus emociones, tenemos una última pista. El feedback que te dicen los demás sobre ti.
¿Qué te dicen los demás sobre tus emociones?
Los comentarios inocentes, más o menos apropiados que te dice la gente dice oro de ti.
No quiere decir, que es correcto todo lo que te dicen. Lo que quiero decirte es que aprendemos muchísimo mediante estos comentarios y reacciones que tienen tus familiares y amigos delante de ti.
Voy a plantearte una serie de preguntas para hacerte reflexionar sobre este aspecto…
¿Crees que tus amigos te ven como una persona seria o irresponsable?
¿Piensan que eres una persona cercana y fría?
¿Se acercan a contarte sus problemas o no te cuentan las cosas importantes?
¿Te dicen cosas cariñosas o los notas fríos contigo?
¿Comentan directamente si expresas demasiado o poco tus emociones?
Probablemente has sacado algunas conclusiones, ¿Verdad?
No te creas todo lo que los demás dicen de ti. Pero escucha todo lo que dicen de ti porque sí que los demás nos están dando mensajes (ocultos o invisibles) valiosos.
Lo importante es que estás aquí, tomando consciencia sobre qué puntos concretos necesitas mejorar tú.
Ejercicio para empezar a gestionar tus emociones
Así que antes de despedirme. Ya que has llegado hasta el final del artículo (gracias). Me gustaría que tomaras un papel y un boli, y apuntaras…
¿Qué puntos de este artículo crees que te ocurren a ti? Es decir, en qué aspectos crees que no estás, todavía, gestionando bien tus emociones.
Cuéntamelo en el hilo de comentarios, de esta forma podré ayudarte mejor a empezar a gestionarlas.
Un gran abrazo,