Consejos para el cambio personal
Existe una realidad que por mucho que nos cueste aceptar es una ley básica de la autoayuda: antes de cambiar a otras personas, comienza por gestionar tu propia vida. Es decir, antes de centrarte únicamente en aquello que no te gusta de otros, empieza por tener la valentía de mirar en tu interior para intentar identificar con amabilidad y respeto hacia ti mismo, posibles puntos débiles que limitan tu potencial de felicidad, actitudes que te hacen sufrir y puntos negativos que están bloqueando tu vida. Los defectos de los demás no son nuestra amenaza, son nuestros propios defectos, aquellos con los que convivimos a diario, lo que realmente pueden marcar una barrera importante en ese desarrollo de la felicidad dentro de un plan de acción que es totalmente individual.
¿Cuánto tiempo pierdes en quejas negativas que remiten a otros? ¿Cuánto tiempo de tu vida pasas enfocado en aquello que ha hecho otra persona y que te ha herido por algún motivo? Hoy es un buen día para hacer un giro en la actitud, para empezar a tener una mentalidad adulta, responsable y madura.
Existe un fenómeno relativamente habitual. Somos más condescendientes con nuestros defectos que con los de los demás, con quienes nos posicionamos como jueces implacables. En realidad, la vida se vive en primera persona aunque estemos en constante relación con los demás, sin embargo, es conveniente tener la humildad de aprender, mejorar y crecer. Porque este trabajo interior no podemos delegarlo en nadie más. ¿Cómo empezar este plan de desarrollo personal?
Identifica ese punto débil que te hace sufrir. Anótalo por escrito para tomar conciencia y visualizarlo de un modo externo. La escritura nos ayuda a ello. ¿Cuándo y cómo se producen este tipo de situaciones? Si reflexionas sobre tus reacciones es posible que compruebes que existe un patrón de conducta repetido. Un patrón de conducta que puedes modificar ya que tu vida no está marcada por una ley inamovible sino por una libertad que te ofrece infinitas posibilidades de desarrollo personal. Intenta vivir enfocado en lo posible como algo realista.
Y si hay algo posible es tu capacidad de cambiar cuando realmente quieres hacerlo aunque es muy posible que, en muchos momentos, el cambio requiera esfuerzo. En estos casos, tenemos que intentar fijarnos en el motivo por el que nos compensa ese cambio. Y el motivo es la felicidad.
Por tanto, antes de cambiar a los demás empieza contigo para ser tú un referente frente a otros. Es decir, para ser un punto de inspiración ética en un mundo que necesita personas con valores que hagan un elogio al humanismo en su conducta habitual. Y tú puedes ser una de esas personas que cambia la queja por la responsabilidad de construir una felicidad a medida de tus ilusiones presentes y futuras. El objetivo merece la pena ya que tú mismo implicas tu propio corazón en el reto.
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