Existe un gran número de alimentos que, bajo la etiqueta de saludables, esconden ingredientes nada positivos para el organismo. Por eso, si tu intención es cambiar tu ritmo de vida y mejorar tus hábitos alimenticios, te contamos qué alimentos parecen buenos pero no lo son.
Qué debes comer si quieres mantenerte sano
Seguramente esta ya lo sepas, pero lo primero que debes hacer es comprar productos que sean de calidad: verduras ecológicas, harinas integrales, huevos de gallinas de corral… Además, seguro que sabes perfectamente que los embutidos y la bollería industrial no son adecuados para llevar una nutrición adecuada. Las legumbres, las frutas y las hortalizas son una fuente de beneficios para tu salud. Por eso, te contamos algunos trucos para saber si un alimento es o no lo suficientemente saludable.
Huevos. Te aconsejamos que compres huevos de gallina de corral. No es lo mismo una gallina que se cría libremente que aquella que se encuentra enjaulada. Por ello, debes mirar el etiquetado. Debe contener el código “0”. Esto quiere decir que esos huevos proceden de gallinas libres y que han sido alimentadas con piensos ecológicos. El número 1 implica que esas gallinas son camperas, libres y alimentadas con piensos. El número 2 significa que son gallinas que han sido criadas en grandes naves y, por último, el número 3 proviene de gallinas criadas en jaulas verticales, es decir, que no conocen la sensación de pisar el suelo. Además de leer la etiqueta, fíjate en el código. Los más saludables son los de etiquetado 0.
Jamon York. Lo primero que debes saber es que si aparece York en el nombre, es que tiene poco de jamón. Se trata de una combinación de diferentes partes del cerdo.
Extrajugoso. Seguramente más de una vez has ido a comprar un producto y has encontrado su igual, pero en extrajugoso. Debes saber que siempre que leas ese añadido estás ante un producto de menor calidad. Para conseguir un mismo producto, pero con mayor jugosidad, el fabricante lo que hace es añadirle agua. Nada positivo.
Anillas a la romana. Ten cuidado cuando vayas a comprar “calamar” porque te pueden estar vendiendo pota. Son parecidos pero tienen ciertas diferencias. Por ejemplo, los aros de pota son más grandes y más duros. La pota suele pasar por un procso de agua con fosfato para darle un aspecto más blanquecino y tierno. Por ello, es un producto de menor calidad (y más barato).
Carne picada. ¿La carne picada es mala? No. Es un producto bueno, pero evita comprarla ya preparada en bandejas. La OCU asegura que en estas bandejas únicamente entre el 65% y el 90% es carne. El resto del producto está compuesto por espesantes, conservantes, proteína de soja, grasa… Añadidos nada recomendados.
Zumos. El zumo es un producto muy saludable que muchas personas consumen en el desayuno o entre horas. Pero es importante que te leas con atención la etiqueta si vas a tomarlo prefabricado. Muchos de lo que nos venden como “zumos” en realidad son néctares. Esto quiere decir que están elaborados a partir de concentrados y tienen demasiados azúcares. Lo mejor es que compres la fruta y lo hagas tú mismo. ¡No tendrás un zumo más natural!
Por eso, si has decidido dar el paso y llevar un estilo de vida más saludable, apuesta por productos ecológicos y lee atentamente la etiqueta de los productos.