Hace ya unos meses os hablamos de esta plataforma, y en este tiempo hemos tenido oportunidad de probar el servicio en varias ocasiones y de ver cómo pasito a pasito van creciendo.
Recordamos que el principal objetivo de esta plataforma es proporcionar al usuario un contacto on-line directamente con el productor, evitando así intermediarios, lo que beneficia sobremanera la economía familiar al permitirnos ahorrar hasta un 40%.
En este tiempo hemos podido comprobar de forma reiterada que la calidad de la carne es muy buena, a la hora de elaborar los platos queda jugosa y no pierde agua ni mengua como ocurre en ciertas ocasiones, e incluso al congelar se conserva bastante bien y al descongelar no pierde tanta agua.
Aunque la empresa tiene como punto fuerte la carne, ya está a disposición del consumidor productos de la huerta con frutas y verduras de temporada, productos ecológicos e incluso una sección de hierbas aromáticas.
Para terminar, recordaros que un 2% de la compra realizada se destina a diversas fundaciones y proyectos de ayuda humanitaria, a elegir por el usuarioal formalizar el pedido. Esto es algo que merece la pena destacar y un valor añadido para esta plataforma de compra on-line.
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Ahora pasamos a la cocina a preparar una receta un poco elaborada y quizá para cocineros un poco más experimentados, aunque seguro que los más atrevidos se animan a prepararla, os animamos a todos a poneros manos a la obra y preparar un rico Solomillo Wellington
Ingredientes
1,2 kg de solomillo de ternera
1 cebolla mediana (si utilizamos chalota el sabor quedará más dulce y suave)
200 gr de champiñones
1 lámina de hojaldre
1 vaso de vino blanco
125 gr de mousse de pato
80 gr foie-gras de pato fresco
Tomillo
Unas hojas de laurel
Aceite de oliva
1 huevoPreparación
Ponemos una sartén al fuego con un poco de aceite de oliva. Pelamos y picamos la cebolla finamente, si queréis podéis hacerlo con la picadora, y la ponemos a pochar en la sartén. Mientras se pocha, picamos finamente los champiñones, limpios y secos. Cuando la cebolla empiece a tomar color, incorporamos los champiñones, salpimentamos al gusto, espolvoreamos con un poco de tomillo y dejamos que se cocine lentamente.
Cuando esté todo sofrito, regamos con el vino y dejamos cocer a fuego lento hasta que se evapore. Por último, incorporamos la mousse de pato y removemos bien para que se integren todos los ingredientes. Dejamos cocinar hasta obtener una pasta. Retiramos del fuego a un papel absorbente y dejamos templar. Metemos en el frigorífico y reservamos.
Por otra parte, limpiamos el solomillo de la grasa visible y lo secamos bien. Ponemos una sartén al fuego con una gota de aceite de oliva, salpimentamos el solomillo, lo atamos con hilo y unas hojas de laurel y, cuando la sartén esté muy caliente, sellamos la carne por todas sus caras, 1 minuto por cada lado o hasta que esté doradito. Retiramos a un plato con papel absorbente y también lo metemos en el frigorífico.
Es importante retirar el exceso de caldo y jugo de la carne y las verduras sofritas ya que de lo contrario, el hojaldre se quedaría húmedo y a la hora de meterlo en el horno, no quedaría crujiente o incluso se rompería. También es importante que los ingredientes estén bien fríos antes de ponerlos en el hojaldre, por la misma razón, si se calienta demasiado el hojaldre, se romperá y será difícil manejarlo.
Precalentamos el horno a 180oC.
Extendemos la lámina de hojaldre y, si fuera necesario, recortamos dejándola un poco más larga que el solomillo, teniendo margen para que cierre por los lados. En mi caso no ha sido necesario ya que era una pieza grande. Reservamos las tiras para adornar, de no habernos sobrado nada de hojaldre, hay dos opciones, utilizar un poco más de otra lámina de hojaldre o utilizar un cuchillo y hacer formas superficiales. En el centro del hojaldre colocamos la pasta de champiñones. Por encima ponemos el solomillo, al que le habremos quitado el hilo y el laurel y, por último, untamos el solomillo con el foie-gras de pato; si no podemos untarlo, basta con ir cortándolo y extendiéndolo por encima.
Doblamos los extremos del hojaldre para cerrarlo, cerrando bien los extremos. Repetimos con el otro lado y lo colocamos sobre una fuente de horno, con la junta hacia abajo. Decoramos con las tiritas que hemos reservado. Lo volvemos a meter al frigorífico para que el hojaldre se refresque ya que tras manipularlo coge temperatura y tiene más peligro de romperse o desmontarse.
Pasados unos 10-15 minutos lo sacamos de la nevera, lo pintamos con huevo batido y lo metemos al horno durante 20 minutos aproximadamente o hasta que el hojaldre esté dorado, ya sabéis que cada horno es distinto. Servimos acompañado de una ensalada, unas verduritas asadas o unas patatas.
Los champiñones se pueden sustituir por otra verdura de nuestro gusto: puerro, zanahoria, etc., o incluso podéis añadir jamón, panceta, queso... creo que casi cualquier ingrediente va bien con esta receta. Otra opción es acompañarlo de una salsa de setas, pero siempre teniendo claro que el protagonista principal es el solomillo.
Realizado por Tamara Valencia Dueñas y Cristina Vallespín Escalada
Fuentes
Organizados.es