En el mundo de las adicciones, la más frecuente es aquella relacionada con el abuso de drogas, pero lo cierto es que el impacto que tienen sobre la persona y su entorno, son similares a las adicciones a comportamientos, como pueden ser el abuso de Internet, el abuso del sexo, la comida, el ejercicio físico o el juego. En definitiva, los mismos rasgos de comportamiento compulsivo que terminan generando una obsesión y descontrolan el estilo de vida del afectado y su entorno.
¿Se puede hablar de diferentes tipos de adicciones?
Los expertos sostienen que en realidad, no existen distintos tipos de adicción en sí, pero hay diferentes formas de manifestar el comportamiento adictivo. Una persona puede ser adicta al alcohol, mientras que otra es adicta a las drogas legales o a las drogas ilegales. Otras personas manifiestan sus adicciones en comportamientos compulsivos, como el juego o el uso de Internet. Lo que todas las adicciones tienen en común es una dinámica de funcionamiento.Hay una relación de consumo o comportamiento que termina alterando el estado de ánimo del individuo. Además, es sabido que las personas que abandonan una adicción, siempre están en riesgo de desarrollar adicciones alternativas. Por eso el seguimiento y el trabajo continuado son muy importantes.
Algunas personas tienen una relación que coexiste entre adicciones a diferentes sustancias o comportamientos. En estos casos, vemos pacientes que tienen problemas tanto con el alcohol como con el consumo de cocaína, por ejemplo. Las personas que se automedican, a veces desarrollan adicciones a esas drogas y comportamientos compulsivos, como pueden ser el adicto al sexo o el adicto a las apuestas.
Las múltiples variantes y combinaciones hacen que el tratamiento de las adicciones sea un tema complejo y muy abarcador. Si bien muchas consecuencias dañinas de las adicciones son comunes, algunos daños son más específicos de un tipo de consumo o adicción de comportamiento en particular. Por ejemplo, las personas que son adictas al alcohol tienen síntomas físicos y mentales propios que son diferentes a los que tienen una adicción al juego, al sexo o a la cocaína. De todas formas, el criterio de diagnóstico que se utiliza para determinar adicciones es el mismo.
Es muy importante el énfasis en la posibilidad de que las adicciones pueden causar daños mentales, pero también puede que sea un daño mental previo el que genere la adicción. Por eso, el tratamiento para cada caso debe ser personalizado, atendiendo a cada paciente por sus propias dolencias y manifestaciones.
En gran parte de los casos, los síntomas de una salud mental deficiente pueden ser revertidos cuando se comienza con un tratamiento adecuado de recuperación. En los casos donde no hay recuperación de la salud mental, se deben poner en marcha otros mecanismos de cuidado pensados para garantizar la salud del paciente y su entorno.