El hígado es un órgano que debemos mimar, ya que realiza funciones tan variadas e importantes como síntesis de proteínas, almacén de vitaminas y depuración de la sangre, eliminando de ella tanto sustancias tóxicas como los glóbulos blancos y rojos viejos, ayudando así a mejorar la salud y funcionamiento de todo nuestro organismo.
El hígado graso es la enfermedad más común que afecta a este órgano, y suele estar estrechamente relacionada con el sobrepeso. Se caracteriza por la acumulación excesiva de ácidos grasos y triglicéridos en las células hepáticas y, aunque no en todos los casos, suele venir acompañada de pesadez después de las comidas, dolor abdominal, mal aliento y fatiga crónica. Controlar nuestro peso, hacer ejercicio y llevar una dieta equilibrada se torna imprescindible para tratar la enfermedad y reducir sus síntomas.
Un incorrecto funcionamiento hepático debido a la saturación de trabajo y toxinas de nuestro cuerpo también pueden estar provocando la aparición de síntomas similares a los del hígado graso, sin ser necesariamente esta enfermedad la causante de ellos, por lo que es importante que además de cuidar nuestra alimentación, cada cierto tiempo ayudemos a nuestro organismo a depurar el hígado y eliminar las toxinas que frenan su capacidad funcional, contribuyendo así a reforzar nuestra salud. Hoy vamos a aprender a elaborar varias infusiones que nos ayudarán a ello:
Cómo limpiar naturalmente el hígado
Infusión de alcachofa
Además de nutritiva, la alcachofa es rica en dos principios activos, cinarina y lutelina, que contribuyen a digerir mejor las grasas, reduciendo así la carga de trabajo de nuestro hígado y preservando su salud.
Puedes comerla en guisos, sopas o preparar una infusión con media alcachofa: ponla en agua, déjala hervir durante 3 minutos, 10 más de reposo y lista para tomar. Le puedes añadir manzanilla y endulzar al gusto, preferiblemente con miel natural. Tómala diariamente durante 5 días seguidos, una vez al mes.
Infusión de salvia
Una planta muy común y con grandes propiedades depurativas, ideal para limpiar el hígado y eliminar toxinas de nuestro organismo.
Coloca agua en un recipiente y cuando comience a hervir añade un puñado de hojas de salvia. Deja reposar durante 10 o 15 minutos, cuela la infusión y endúlzala al gusto.
Cardo mariano
El cardo mariano es rico en flavonoides, sustancias antioxidantes que contribuyen a digerir las grasas y favorecen la regeneración hepática.
La opción más recomendable en este caso es tomarlo en cápsulas o comprimidos, que podemos encontrar en cualquier tienda natural y en muchos supermecados, ya que la silimarina, uno de sus principios activos más importantes, no solubiliza por completo en agua, perdiendo así gran parte de sus propiedades.
Infusión de boldo
Esta planta, que puedes encontrar fácilmente en cualquier tienda natural, posee grandes propiedades digestivas, curativas y protectoras, tanto para el estómago como el hígado y los intestinos.
Está contraindicada en caso de enfermedades hepáticas severas, embarazadas y niños. Por otro lado, es importante no abusar de ella, ya que en grandes cantidades, puede ser contraproducente.
Coloca una taza de agua al fuego y cuando comience a hervir añade una cucharada de hojas secas de boldo. Deja reposar durante 10 minutos, cuela, endulza y tómala al momento. Puedes tomarla a días alternos durante 3 días, una vez al mes.
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