Sin embargo, las molestias que esto ocasiona pueden o no asociarse a la intolerancia. Es decir, una persona puede absorber mal, pero tolerar la lactosa, sobre todo cuando se consume en pequeñas cantidades.
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Por tanto, la intolerancia no sólo está condicionada a la mala digestión de lactosa (azúcar de la leche), sino a los otros contenidos que pueda tener la leche.
De acuerdo con el doctor Luis Federico Uscanga Domínguez, jefe del departamento de Gastroentología del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ), la intolerancia es una molestia que se le atribuye a un producto, mientras que la “absorción deficiente” se refiere a la capacidad que se tiene para poder absorberlo.
“Pero hay que tener cuidado, la insuficiencia de lactasa comúnmente se asocia a otras enfermedades. Ser absorbedores deficientes de lactosa no nos exime de tener un cáncer de colon, úlcera duodenal, una enfermedad por reflujo, una colitis ulcerativa, una colitis inflamatoria o infecciosa”, refirió Uscanga Domínguez, quien también es profesor de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM.
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