Gabriel nos escribe confiándonos que en los últimos tiempos ha notado que tiene un exceso de gases y flatulencias, y se pregunta cuál puede ser la causa y qué remedios puede haber. A pesar de suponer un problema de imagen para nosotros y de confortabilidad para los demás, el aumento de flatulencias no es un trastorno en sí, sino síntoma de que algo va mal en nuestro aparato digestivo, sobre todo a nivel intestinal.
Pero ello no necesariamente tiene que indicar un trastorno grave, sino que puede deberse a problemas de dieta, de ritmo de vida, etc. Si bien dicho esto, en otros casos, sobre todo si las flatulencias frecuentes de cronifican, sí deberemos acudir a un especialista en el aparato digestivo, puesto que seguramente estaremos frente a una enfermedad, que en ocasiones puede ser grave e incluso muy grave.
El estrés es en muchos casos un responsable del aumento de gases intestinales. En primer lugar porque muchas veces nos hace comer deprisa, y ello nos lleva a tragar aire al ingerir, un aire que terminará pasando al estómago, desde donde puede llegar al intestino, aunque lo más frecuente es que salga en forma de eructo.
También el ritmo de vida actual, que muchas veces nos lleva a comer de pie y sin pausas o bien comer solos y con prisas, provoca un aumento de la ingesta de gases y con ello hinchazón de estómago que puede derivar en un aumento de las flatulencias y los comprometedores pedos. Adicionalmente, el nerviosismo por una situación estresante también puede jugarnos una mala pasada.
El estrés da lugar a procesos inflamatorios por secreción de un exceso de cortisol que dificultan la buena transición intestinal, propiciando una suerte de estreñimiento nervioso con dificultad para evacuar. Esto se traduce en fermentaciones paralelas de las heces que quedan bloqueadas en el intestino que generan gran número de gases, muchas veces dolorosos.
Para terminar, el estrés puede producir cambios en la flora intestinal -las bacterias que habitan en nuestra tripa y nos ayudan a digerir los alimentos- que propicien una mala gestión de las heces, favoreciendo diarreas y fermentaciones gaseosas donde debería haber una correcta absorción del agua de las mismas.
Una alimentación con excesivos hidratos de carbono y poca fibra vegetal propiciará un estreñimiento pertinaz con resultados iguales a los descritos para el estreñimiento nervioso. Para combatirlo deberemos tener en cuenta qué alimentos lo propician y cuáles lo aminoran, y en consecuencia modificar nuestra dieta. En esencia deberemos aumentar la proporción de fibra vegetal.
Pero paradójicamente, un exceso de esta misma fibra puede favorecer el aumento de flatulencias, incluso hasta provocarnos dolor. El motivo es que la fibra vegetal está considerada un prebiótico, es decir un alimento para la flora intestinal, que la fermenta para obtener energía. Así que aunque en este caso los gases son algo positivo, pueden terminar siendo molestos.
El remedio consiste en reducir su proporción en una dieta equilibrada con proteína y grasas, además de hidratos naturales, de productos integrales. En el caso de las legumbres, muy ricas en fibra y otros elementos que generan procesos gaseosos, hay ciertos trucos a la hora de cocinarlas. En ocasiones se recomienda reducir la fibra y aumentar las pectinas y la fibra insoluble.
También la intolerancia a la lactosa, al gluten, a la fructosa y la celiaquía suelen tener como síntomas un exceso de gases. Así que a Gabriel tal vez le sirva para descubrir algún tipo de intolerancia. Para ello se recomienda practicar la llamada dieta de eliminación, hasta dar con los alimentos que le provocan los gases.
Ya en el rango de enfermedades, conviene señalar, sobre todo en personas mayores de 60 años y con dietas con baja proporción de fibra, así como en personas obesas, que los gases frecuentes crónicos pueden ser síntoma de una diverticulitis. Esto es la fusión de dos puntos del intestino delgado dejando dejando un tramo semiciego.
Esta especie de meandro que se forma -utilizando el símil fluvial- puede acumular restos de heces que fermentan e incluso puede infectarse, dando lugar a una sepsis que puede llegar a ser grave. Por esta causa las diverticulitis, que también pueden ser muy dolorosas, deben operarse.
Enfermedades como el colon irritable, la enfermedad de Crohn o el síndrome de la evacuación gástrica rápida, todas ellas con un fuerte componente autoinmune, tienen como uno de los síntomas más evidentes el exceso de flatulencias cronificado.
Es decir que si dichas flatulencias se acompañan de problemas de contención y de consistencia de las heces deberemos consultar a un especialista, ya que a la postre puede dar lugar a episodios graves, especialmente en mayores de 65 años y niños y adolescentes en edad de crecimiento.
En especial en los casos de colon en hombres y de ovarios en mujeres se producen fenómenos de retención de heces y de disfunción en la absorción intestinal que, entre otros efectos, tienen como resultado un aumento anormal de las flatulencias.
Es por ello que si no tenemos controlados estos dos tipos de riesgos y notamos adicionalmente alteraciones en nuestra función evacuatoria, acompañadas de un aumento significativo de las flatulencias, deberemos ponernos en manos de un especialista para descartar posibles tumores.
Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines
Original:Ultimamente tengo muchos gases: ¿es indicio de enfermedades graves?
Tags: bienestar