A pesar de que no todos los intentos fallidos son exactamente iguales, la gente tiene a fallar por razones sorpresivamente similares, aquí identificaremos 5 tipos de personalidades dañinas pueden o pudieran estar saboteando tu transformación. . Si te reconoces a ti mismo en algunas de estas personificaciones, prepárate; no solo descubrirás donde pudieras estar saboteando tu transformación, también vas a adquirir experiencia para mantenerte alejado de los errores que puedan desemparejar tu antes con un sorprendente después.
¿Tu personalidad está saboteando tu transformación? 5 personalidades dañinas:
1 – El perfeccionista
Para ti, el 90 por ciento no es lo suficientemente bueno. Te trazas metas elevadas y no puedes soportar saltarte un entrenamiento o una comida saludable, poniendo en riesgo todo tu plan con tan solo un mísero error.
Aplasta tus caprichos: Los perfeccionistas necesitan trabajar en un rasgo clave: la habilidad de aceptar resultados promedio, incluyendo pequeños errores y fallas mínimas. De hecho, quedarse corto es frecuentemente un pre requisito para lograr cualquier progreso en todo en la vida, ya que los errores pueden ofrecer muchas lesiones para después crecer y mejorar.
Si eres un perfeccionista te sugiero que te limites a perseguir una sola meta intensa a la vez y después la separes en partes pequeñas y accesibles.
Ponerse un montón de metas elevadas pareciera ser una gran idea, pero cuando te das cuenta de que tanto trabajo y compromiso requiere es cuando empiezan a llegar las excusas. En vez de hacer eso, escoge una meta, pudiera ser perder 15 libras durante una transformación de 3 meses, hazla pública con tus familiares y amigos – te da una responsabilidad de cumplir con lo que te propusiste.
Reportar y registrar los pequeños triunfos puede mantener a los perfeccionistas comprometidos y entusiasmado por que ellos definitivamente no quieren mostrarse incapaces de alcanzar el éxito ante los demás. Más que competidores por naturaleza, los perfeccionistas aman callar bocas y probar que son capaces de cualquier cosa.
2 – El extremista
Caes en un patrón rígido y nunca te desvías – te zambulles directo en un carril, como comer solo pollo, brócoli y batatas en cada comida, o te entrenas de la misma manera cada día. Y después te aburres de todo muy pronto.
Aplasta tus caprichos: El extremista, en muchas formas, se parece bastante al perfeccionista en el hecho de que un solo fracaso en cualquier componente de su régimen puede llevar a un desastre total. La clave aquí es salir un poco de la zona de confort cada día al incorporar pequeñas variantes en tus entrenamientos y en tu alimentación hasta que estos cambios se vuelvan algo normal. Si eres extremista y no lo controlas, terminarás saboteando tu transformación más rápido que los demás.
Es como meterte en una piscina fría – eventualmente, después de haberte expuesto al agua helada, tu cuerpo se va a aclimatar hasta que no te sientas tan frío. Lo mismo va con tu necesidad abrumadora de rigidez en tu enfoque.
Mientras te sacudes intencionalmente tus entrenamientos al introducir ejercicios nuevos, esquemas de repeticiones y manipulación de otras variables – sin mencionar tu dieta al mezclar y combinar diferentes comidas – vas a alcanzar un punto donde te aclimatarás a la idea de que no todo tiene por qué seguir un patrón estricto para dar resultados.
Para los carriles de ejercicio, te aliento a que participes en clases de fitness grupales, o que te alistes a clases especiales. Mezclarte y comprometerte con un grupo puede hacer que el tiempo pase más rápido. No tienes porque que pensar en que vas a hacer luego, y es bueno para aquellos que no gustan ejercitándose solos.
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3 – El socializador
Comienzas con las mejores intenciones, pero terminas saboteando tu transformación por que no puedes decirle no a aquellos amigos que quieren vivir un estilo de vida más social. Pronto comenzarás a saltarte la dieta y luego los entrenamientos.
Aplasta tus caprichos: Para alguien que le guste salir y sea socialmente activo, sugiero que piense en su compromiso los primeros 90 días como manera para ganarse su vuelta a la vida social.
Los entrenamientos deberían ser la prioridad. Si tienes una fiesta un jueves trata de hacer un trato contigo mismo para hacer lo máximo para alcanzar tus metas fitness en los demás días de la semana. Levántate temprano, o usa tus breaks del almuerzo si quieres tener la noche libre.
Se dice que el socializador no puede comprometerse completamente al fitness sin correr un riesgo real de fallar, pero el socializador o la socializadora debería priorizar el fitness.
Desarrolla un plan que te permita disfrutar tu vida social durante los fines de semana. Trata de establecer un plan de dieta donde vayas bajo en carbohidrato de lunes a viernes y los fines de semana puedas ser más flexible con tu régimen para que puedas disfrutar de una buena comida con tus amigos.
A pesar de que tres meses de compromisos sociales pudieran parecer dura al principio, ver los resultados que dan los esfuerzos difíciles puede ayudar a que este tipo de personalidad no termine saboteando tu transformación. Después de tres mese, si lograste mejorar, te encuentras más saludable con un mejor metabolismo y lograste encontrar la manera de seguir siendo social, vas a estar lo suficientemente motivado como para continuar.
4 – El proveedor
La familia es lo primero para ti y el fitness generalmente termina por allá lejos. Eres el padre consciente que considera que es egoísta lograr algo solo para ti.
Aplasta tus caprichos: Para las personas con hijos, mantenerse en el curso de las metas fitness puede parecer abrumador a veces.
El secreto es idear estrategias para ayudar a sobreponer el obstáculo principal, el cual es la administración de tiempo. Por ejemplo, si estás trabajando de noche, pudieras darte cuenta que estás demasiado cansado después de un duro día de trabajo, y después llegas a casa y quieres pasar tiempo de calidad con tu familia. Si eso es típico para ti, te sugiero que te pares bien temprano para que hagas un entrenamiento matutino antes de que salgas al trabajo, quizás antes de que tus hijos se despierten.
Hacer que la sangre empiece a bombear temprano también va a configurar el tono para el resto del día. Y así no corres el riesgo de tener obstáculos en el trabajo que puedan apresurar un almuerzo o una sesión de entrenamiento bien planeada. No importa cuál sea el problema, el punto principal es mantenerte motivado y encontrar la mejor hora para entrenar que funcione para tu agenda de forma que puedas desarrollar una rutina.
Si siempre has soñado con entrenar temprano en la mañana pero se te hace difícil encontrar la energía suficiente, un suplemento de pre entrenamiento pudiera ser lo que te hace falta. Te recomiendo el EAS Myoplex que contienen típicamente cafeína (y otros estimulantes) para mandar tu energía hacia arriba, también tiene ingredientes como el beta alanina para ayudarte a sacar lo mejor de tu rutina.
Tómate tu suplemento 30 minutos antes del entrenamiento – o incluso mientras estés en camino a la sesión.
Incluso con una estrategia sólida, la lucha para este tipo de personalidad para encontrar el tiempo es real. Es normal que no quieras dejar a tus hijos más tiempo del necesario, especialmente si son pequeños. Como solución te sugiero que buques la forma de entrenar cerca de tus hijos. Busca un gimnasio cerca de casa, o instala tu entrenamiento en tu hogar.
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5 – El Velocista
Cortas demasiadas calorías demasiado rápido y haces mucho ejercicio al comienzo de tu transformación, llevando a que te canses rápido. Andas sin control ni ritmo.
Aplasta tus caprichos: Dependiendo de que cuanto tiempos hayas estado siguiendo una dieta restringida en calorías, quizás necesites resetear y poner tu metabolismo al día otra vez. Subir tu ingesta de calorías a corto plazo añadiendo algo de carbohidratos extra puede ayudar a potenciar los niveles hormonales y darte más energía durante los entrenamientos para permitirte seguir progresando con tu pérdida de peso.
En el gimnasio, deberías considerar un concepto llamado microciclo. Si eres popular por entrenar más de lo que te corresponder, comprométete a rotar entre entrenamientos de baja y alta intensidad, mientras adaptas tu dieta apropiadamente. Por ejemplo, en tus días de alta intensidad, vas a consumir más calorías, y en tus días de menos cardio, cortarás carbohidratos.
Para deshacer la necesidad crónica de sobre entrenar, si no entrenas con un entrenador, considera entrar a una clase de alguna disciplina fitness en vez de hacer una sesión elaborada por ti mismo. Las clases grupales de fitness proveen consistencia, son en horarios programados y pueden ser una buena manera de enseñarte a mantener un buen ritmo.
No sigas saboteando tu transformación
Si planeas ir a un campamento de entrenamiento, los cuales generalmente consisten en circuitos de entrenamiento de cuerpo completo, después métete en una clase de levantamiento de pesas que sea menos intensa los otros días. La clave aquí, por supuesto, es no sobre trabajar las clases, o sino tu personalidad seguirá saboteando tu transformación – no hagas más de una clase al día, descansa al menos 1 o 2 días por semana.
Espero que les haya gustado este artículo, no dejen que su personalidad siga saboteando su transformación, venzan a las malas mañas y caprichos, lleguemos a donde queremos llegar y luzcamos como queremos lucir. Hasta luego.
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