Un placer que no es pecado!
Ingredientes para 16 unidades:
1 aguacate
40 g de cacao puro sin azúcar
2 cucharadas soperas de tagatosa
semillas chía para rebozar
té matcha para espolvorear
Elaboración:
Pelar el aguacate y aplastarlo con un tenedor, hasta obtener una pasta.
Mezclar con el cacao y finalmente con la tagatosa, hasta que quede una mezcla homogénea.
Formar bolitas, tomando la medida con una cucharilla repleta y terminando con las manos. Resulta algo pegajoso, así que hay que trabajar rápido y aclararse las manos de vez en cuando, pero no importa que no queden perfectas en este punto, puesto que después las vamos a rebozar.
Tostar ligeramente las semillas en una sartén, colocarlas en un plato hondo y rebozar en ellas las trufas dándoles, ahora sí, una forma regular.
Con una hora de congelador adquieren la textura ideal. En cualquier caso, hay que tomarlas bien frías.
Servir con té matcha espolvoreado por encima.
Las semillas les dan un toque exquisito. Y claro que pueden ser también de sésamo o de amapola, o alternarlas. Y si en lugar de semillas utilizáis los clásicos fideos de chocolate, no las distinguiréis de unas trufas convencionales! Eso sí, no serán tan especiales. Si no encontráis tagatosa (edulcorante natural proveniente de la lactosa), podéis utilizar otro siempre que la textura sea en polvo, similar a la del azúcar glas (estevia, siropes vegetales en polvo) En ese caso deberéis ajustar las medidas, según endulcen más o menos en comparación con el azúcar, teniendo en cuenta que de éste pondríamos sólo una cucharada para esta receta. Las podéis acompañar con una infusión de té matxa, el té de los monasterios budistas japoneses, con un sabor muy especial, “supervegetal” diría yo. Y a disfrutar!