Piensa en la glándula tiroides como en una dinamo que genera enormes cantidades de energía eléctrica del agua que fluye a través de una presa.
En esta analogía, las glándulas suprarrenales sería el interruptor que permite que a la electricidad bajar por los cables para ser utilizada en las viviendas vecinas.
Las hormonas tiroideas dan energía al cuerpo, lo que le permite quemar combustible y trabajo.
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Esta energía también es necesaria para la reparación de los tejidos, de la piel, cabello y uñas.
Cuando se carece de esta energía, la persona se siente cansada.
También podría sentir menos agudeza mentalmente, sentirse hasta deprimida, o desmotivada.
Cuando no se puede quemar el combustible que alimenta al cuerpo, se almacena como grasa.
Así, tenemos un doble problema: Aumento peso y cansancio al mismo tiempo.
Pensarías que almacenar energía te haría sentir con más energía, pero lo contrario es cierto.
Es el signo físico de que tu cuerpo no está quemando correctamente la energía y está almacenando demasiada.
Al ser las hormonas tiroideas tan poderosas, el cuerpo tiene muchas formas de regularlas.
La forma principal es regular cuánta hormona sale de la glándula tiroides y entra en la circulación.
Esto se llama centro de control de las hormonas tiroideas.
La forma secundaria de regulación se denomina control periférico, y comprende todo lo que suceden en tu cuerpo después que las hormonas han sido liberadas.
De todos los pasos de control periférico, las más poderosas, son las hormonas suprarrenales, especialmente el cortisol.
Cada parte del cuerpo se compone de células individuales.
Esto incluye el cabello, cerebro, piel, huesos, músculos, nervios, órganos y uñas. En otras palabras: Todo el organismo.
Todas estas células necesitan la cantidad correcta de hormonas tiroideas para funcionar de forma óptima.
Las células están rodeadas de membrana celular, algo así como las paredes y las puertas de una casa.
Al igual que una puerta, estas membranas controlan lo que puede entrar y/0 salir de la célula, además lo que se mantiene dentro.
Para poder abrir las puertas y permitir que las hormonas tiroideas logren acceder al interior de la célula, el cortisol tiene que golpear la membrana de una forma especial.
Una especie de santo y seña.
Cuando la persona esta sana, la cantidad de cortisol disponible para las células es más elevada por la mañana.
De tal forma que el cuerpo puede estar alerta y activo cuando las células están absorbiendo toda la hormona de la tiroide disponible.
Al caer el día, este proceso se invierte y el cortisol se reduce de forma notoria.
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Esta reducción del cortisol nos permite poder dormir profundamente, reparar todas las molestias y dolores, al mismo tiempo que prepara al cuerpo para otro día productivo.
Cuando estas dos glándulas, la tiroides y las suprarrenales, trabajan de forma armoniosa, el cuerpo produce energía abundante a lo largo del día.
Serás capaz de mantener el esfuerzo, así como también un peso corporal saludable, sin grasa y sin tener que estar controlando cada bocado que consumes.
¿Qué cosa fácil puedes hacer hoy para ayudar a la tiroides y a las glándulas suprarrenales para que te dan mucha energía y el metabolismo funcione de forma idónea?
Mejorando las suprarrenales y las tiroides
Consumir cafeína de forma estratégica!
Los alimentos que contienen cafeína tienen además unos pigmentos llamados antocianinas que son antioxidantes muy fuertes, e intervienen en la curación.
Por esta razón ha habido muchas noticias de salud ensalzando los beneficios de las bebidas con cafeína.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que los beneficios provienen de las antocianinas y no de la cafeína.
La gente tiene diferencias muy significativas respecto a la tolerancia de la cafeína.
También es cierto que todos somos más sensibles a la cafeína una vez pasamos los primeros 25 años.
Específicamente, necesitamos más tiempo para procesar la cafeína a través de nuestro hígado a medida que envejecemos.
Si ya estás en los 40’s, podrías ser capaz de eliminar hasta 100 mg de cafeína en el transcurso del día.
Imagina lo que ocurriría si consumieras 120 mg cada día.
En lugar de empezar a contar de nuevo, tendrías un retraso de 20 mg que provienen de la víspera.
El problema es que al final tienes tanta cafeína en el torrente sanguíneo durante todo el día incluso si sólo consumes en la mañana.
La exposición continuada a la cafeína impide reducir la producción de cortisol por la noche.
A muchas personas le puede provocar mala calidad del sueño, mayores dificultades a la hora de dormir y aún más difícil permanecer dormido.
Puede también impedir que el cuerpo responda a las hormonas de la tiroides en la mañana, se sienta más cansado y queme menos grasa.
Si consumes de forma regular cafeína, puedes adoptar algunas maneras estrategias para su consumo:
Tener al menos un día a la semana sin consumo de cafeína.
Así evitaras que se acumula el retraso. En muchas personas, dos días funciona aún mejor, especialmente cuando son consecutivos.
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Entonces, los días que consumas cafeína, podrás disfrutar más y obtener un impulso de energía extra que no obtienes cuando consumes a diario.
Si eres más sensibles a la cafeína que otros, puede ser mejor consumir bebidas como café o té descafeinados.
Algunas personas son tan sensibles que lo mejor es evitar incluso bebidas descafeinadas a diario.
Descafeinado no significa libre de cafeína.
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