En todo momento hacemos lo mejor que podemos con el entendimiento, la conciencia y el conocimiento que tenemos. A medida que tengamos más conocimiento, más conciencia y más entendimiento iremos haciendo las cosas de otra manera.
En el artículo "pie plano como origen de problemas biomecánicos" (http://www.fisioterapia-online.com/articulos/pie-plano-como-origen-de-problemas-biomecanicos) conocimos que la morfología de los pies pueden repercutir en la función de algunas estructuras más superiores. Por lo tanto, habrá que valorar toda la extremidad inferior y pensar si la forma del pie puede estar afectando o no a nuestras dolencias.
Al igual que un pie cavo es un factor de riesgo para sufrir problemas en la región lateral del tobillo, cuando la altura del arco del pie cae, ocasionando que toda la superficie de la planta tenga contacto con el suelo, es la rodilla y la región interna del tobillo las estructuras que más se alteran.
El primer objetivo en el tratamiento se basa en usar medidas que alivien la sensación de dolor en el paciente. No hay que olvidar que el principal motivo por el que se acude a la consulta es el dolor. Por tanto, el primer propósito es conectar con el dolor y con los síntomas e intentar disminuirlos.
Quizás con un masaje funcional de la musculatura afectada, el estiramiento de los músculos acortados y técnicas analgésicas como la electroterapia, la acupuntura, las movilizaciones articulares, el frío o el calor valgan para aliviar los síntomas a corto plazo. Sin embargo, en ocasiones la morfología del pie hace que una y otra vez suframos los mismos síntomas. Por lo tanto, un tratamiento superficial ya no será suficiente y debamos implantar un tratamiento curativo. Enfocarnos en la causa que creemos responsable de la patología e intentar restaurar la función.
Existen dos formas de tratamiento. Están los tratamientos superficiales y los tratamientos curativos. Si un antibiótico se toma el tiempo suficiente, cura porque elimina las bacterias invasoras. Al término del tratamiento, la enfermedad no reaparece porque los patógenos han muerto. Del mismo modo, si un pie plano genera una tracción continua del pie y acaba desencadenando una fascitis plantar, podemos tratar la fascia plantar (tratamiento superficial) o podemos corregir la morfología del pie (tratamiento curativo). Imagina que te pillas el dedo con una puerta y mientras sigue tu dedo atrapado te proponen dos tratamientos: uno superficial (tomarte un paracetamol) y otro curativo (abrir la puerta). ¿Cuál elegirías?
Tratamiento curativo para los síntomas generados por un pie plano:
Ejercicios de equilibrio en carga (a una pierna), activando el arco medial y manteniendo una postura correcta del pie.
Potenciar los rotadores externos de la cadera que conlleva la rotación interna de la tibia.
Reeducación de la marcha.
Seguir tratando los síntomas superficiales relajando y estirando la musculatura acortada, potenciando la musculatura hipotónica y ganando amplitud articular si ésta estuviera disminuida.
En el caso de un pie plano verdadero, es aconsejable la valoración de un podólogo para que evalúe si es necesario el uso de plantillas que estimulen un arco plantar lo más funcional y fisiológico posible. En los siguientes vídeos te mostramos de forma más específica el tratamiento de una fascitis plantar (y como un pie plano puede ser el origen) y el de una tendinopatía rotuliana.
Jose Cortes Fernandez