Hoy en la Pregunta de la Semana voy a hablarte del miedo a las críticas, a lo que opinan los demás, a la incomprensión del entorno. En realidad muchos de mis clientes de coaching, así como alumnos del curso MailCoaching que están en procesos de reinvención personal y profesional se enfrentan a este tipo de miedo.
¿Pero qué hay detrás? En realidad, detrás de todo esto nos encontramos con algo muy común, uno de los principales miedos del ser humano: el miedo al rechazo.
¿Qué está detrás del miedo a las críticas y ser juzgados? Uno de nuestros miedos más comunes: el miedo al rechazo
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Por eso decidí grabar un vídeo en el que explico con detalle cómo nosotros mismos generamos este tipo de miedo, utilizando diferentes mecanismos inconscientes. Y cómo podemos cambiar la situación a nuestro favor y desmitificar a ese monstruo invisible llamado gente.
Te recomiendo ver el vídeo, porque es pura práctica. Y también que leas a continuación mis propias situaciones, ejemplos reales de críticas y opiniones ajenas que me llegaron a afectar pero que logré esquivar y seguir trabajando diariamente en mi proyecto. Todas esas personas que un día me quisieron disuadir, me criticaron o no creyeron en mí, están viendo hoy que cuando algo se convierte en tu verdadera pasión, la recompensa siempre llega.
Cuando algo se convierte en tu verdadera pasión, la recompensa siempre llega
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La incomprensión del entorno cercano
Es totalmente normal sentir miedo a las críticas cuando empiezas un nuevo camino, cuando cambias de vida, cuando no sabes hacia dónde te llevará esto. Y muchas veces te encuentras con la incomprensión del entorno. Familia, amigos, conocidos... todos te ven como a alguien que se ha vuelto loco, porque cree que hay otra forma de vivir la vida. Y eso te duele, porque para ti es importante su opinión, porque son personas importantes en tu vida.
Cómo superar la incomprensión del entorno cuando cambias de vida o te reinventas profesionalmente
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Me pasó a mí con familiares muy cercanos y personas en las que confiaba plenamente. Ellos dudaban de que pudiera lograrlo y vivir del coaching. Pero al mismo tiempo, ¿podía culparles? Si en realidad deseaban lo mejor para mí y esa era su forma de protegerme, alejarme de mi sueño, porque no creían en que fuera posible.
Ellos tienen sus creencias, sus propios miedos... y lo proyectan. Todo en la vida es proyección. De hecho, si nos vamos a un plano más profundo, más espiritual, nada de lo que vemos, sentimos o experimentamos existe, todo lo que entendemos por realidad no es más que la proyección de lo que nosotros sentimos, pensamos, tememos.
Y es así de claro: yo misma no confiaba en mí cuando comencé este camino, yo misma no creía que fuera capaz de lograrlo en mi fuero interno. Por eso, el mundo me devolvía eso que estaba sintiendo y temiendo: a personas que tampoco creían en mí.
Pero también ésta era mi prueba. Sólo creyendo en mí, a pesar de un entorno poco propicio, lograría que ellos también lo hicieran.
Como dicen, el camino del héroe es solitario al principio. Si ésta es tu pasión, tu sueño... no lo obtendrás sin más, hay un precio que pagar, hay barreras con las que romper, creencias que cambiar, un pasado que dejar.
O como decía el otro día en una conferencia Laín García Calvo:
Laín García Calvo: Todos sentimos el llamado, pero sólo unos pocos somos los elegidos
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¿Qué quiere decir esto? Que para reinventarte, cambiar de vida, crecer hay mucho que dejar atrás: viejas creencias, antiguo modo de vida, trabajos seguros, aprobación de la familia y amigos.
Sí, algunos incluso llegamos a sentir que nuestro círculo de amigos ya no comparte nuestros valores, nuestra nueva visión de la vida. Duele dejarlos atrás, pero es irremediable. Y no pasa nada, porque más adelante encontraremos a gente nueva que nos entenderá, sintonizará con nosotros y con la que caminaremos juntos en esta nueva aventura.
Ni te imaginas la cantidad de gente interesante, profunda, gente maravillosa, generosa, que he conocido cuando di el paso a una nueva vida. Algunos de países lejanos, clientes o lectores míos, bloggers buenísimos, colaboradores, compañeros de cursos, mentores, profesores... Y esto enriquece muchísimo.
La envidia, la ignorancia y personas mal intencionadas
Pero no siempre es el entorno cercano el que no nos entiende o nos critica. A veces son otros, los que no conocemos o no son precisamente nuestros amigos, los que fomentan nuestro miedo a las críticas, miedo al qué dirán.
Competidores, supuestos amigos, personas que simplemente no son felices y no quieren vernos triunfar.
Sentir envidia es también humano. ¿Quién no la ha sentido alguna vez? Yo la primera.
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La envidia es la sensación de que lo que el otro tiene y yo deseo no lo podré tener. Es, además, de las emociones más destructivas que existen. Porque al envidiar, estás alejando de ti la posibilidad de tener eso que ansías. Porque ya has creado la creencia profunda y limitante de que yo eso no lo puedo tener.
No es en realidad terrible sentir envidia. Pero sí es necesario entenderla, ver qué te quiere decir, qué debes cambiar, qué puedes mejorar de ti, qué aprendes de esta emoción.
La mejor manera de rebajarla es desearle felicidad al otro mentalmente y sustituir tu creencia limitadora por otra más poderosa: algún día yo también lo tendré. Y obviamente no quedarte sentado, sino trazar un plan de acción para llegar a ello.
Pero ¿qué pasa cuando eres tú el blanco de las envidias?
A mí también me ha pasado. Mi curso MailCoaching ha tenido una acogida muy muy positiva, sólo hace falta leer los testimonios de algunas personas que lo han completado en mi web (y ni siquiera están todos). Pero también me pasó algo desagradable muy al principio, en los primeros días del lanzamiento del curso.
No lo conté en su momento pero desde luego fue una lección brutal para mí. Un supuesto coach adquirió MailCoaching y a los minutos de comprarlo empezó a crear polémica en el grupo privado de Facebook cuestionando su fiabilidad y eficacia. Su manera de dirigirse a mí era brusca, de ataque... ¡Y ni siquiera le había dado tiempo a probarlo!
Obviamente, le devolví el dinero al instante, pero también recibí de su parte muchas críticas negativas hacia mi curso, lo cual por supuesto me dolió.
Te puedo asegurar que pasé dos días muy triste, dudando de mí misma. Aunque mi conciencia me decía que no había nada de qué preocuparse, que esa persona simplemente compró el curso para atacarme y desacreditarme, y aprovecharse para obtenerlo gratis (porque al ser un curso online, no puedo recibirlo de vuelta pero el dinero sí lo devuelvo), estuve buscando apoyos en mis antiguos compañeros del master de Coaching, y les envié el curso a todos para pedirles su opinión.
Como ves, cuando empiezas, es tan fácil dudar de ti, que es casi inevitable dejarte llevar por las opiniones ajenas o malintencionadas.
Cuando arrancas es casi inevitable dudar de ti y dejarte llevar por opiniones ajenas
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También recuerdo que me sucedió, incluso antes de empezar mi master de coaching, que un antiguo conocido con el que llevaba años sin hablar de repente me contactó por LinkedIn aplaudiendo por un lado mi valentía de reinventarme a nivel profesional, pero advirtiéndome de los peligros de hacerlo. Me ponía de ejemplo a su hermana a la que le iba mal siendo coach y psicóloga y que éste era un campo muy difícil de entrar y poder vivir de ello. Nadie le había pedido su opinión y tampoco era alguien de confianza, pero por lo que sea pensó que debía advertirme en este sentido.
¿Gente? ¿Quién es la Gente?
Muchas personas con las que trabajo y me hablan de que les da miedo que les critiquen, cuando les pregunto a quién se refieren exactamente, me hablan de la gente. Ese término ambiguo, nada claro, con el que denominamos al demonio que se esconde en esa masa de población indeterminada y a la que vulgarmente llamamos gente.
Y cuando les pregunto a mis clientes de qué gente se trata, a veces me dicen que son esos potenciales clientes que les van a rechazar, o ese grupo de conocidos a los que no les caen muy bien o que no nos cae bien a nosotros.
Aquí hay dos cosas importantes a tener en cuenta.
Primero pregúntate con total sinceridad:
¿Por qué te importa lo que alguien desconocido opine de ti?
¿Por qué le estás otorgando este poder sobre ti, y más si ni siquiera le conoces todavía?
¿Es que pretendes caerle bien a todo el mundo? ¿Te parece realista gustar a todos o es más bien algo utópico?
¿No será que estás usando esta excusa simplemente para no dar el paso, porque en realidad te aterra pasar a la acción?
Y segundo: sí, es verdad, no les vas a caer bien a todo el mundo. Efectivamente algunos te van a criticar. Es inevitable que cuanto más conocida te hagas, más te expongas, más comentarios negativos podrás tener. Eso sí, serán siempre una pequeña proporción frente a la mayoría que aplaudirá tu trabajo.
Es imposible gustar a todos cuando te expones públicamente con un proyecto. Es algo que debes aceptar.
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De 100 comentarios positivos, siempre cae alguno negativo. Especialmente si de lo que hablas es de un tema polémico y donde no hay un consenso.
Te pongo algunos ejemplos personales
Cada cierto tiempo recibo comentarios bien-intencionados que pretenden salvarme de las garras del New Age, terapias alternativas, el demonio del Reiki, etc. para que me de cuenta de sus peligros y abrace la fe católica. No tengo nada en contra de la fe católica ni mucho menos. La respeto profundamente al igual que a todas las demás religiones, pero tampoco necesito ser salvada por nadie.
Todavía, por desgracia, hay demasiada gente con una mente cerrada, dogmática, miedosa, que defiende que lo suyo es lo correcto y lo de los demás no. De ahí tantas guerras que vivimos en el mundo, muchas originadas por el fanatismo religioso. Cuando la verdadera espiritualidad no es la de un Dios en concreto, sino que todo es Dios, todo es Unidad, y no hay religiones buenas ni malas, no hay nada que separar, sino unir, aceptar y amar.
Por supuesto, si no estás de acuerdo con mi percepción de la espiritualidad, no pasa nada. Tienes todo el derecho del mundo a pensar como quieras, pero no tienes que salvarme de nada.
Lo único de lo que debemos salvarnos es de nosotros mismos: de nuestros miedos.
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Críticas hacia la profesión de Coaching
Y también –¡cómo no!– he recibido críticas hacia la profesión de coaching. Muy muy típico. Personas que cuando ofreces tus servicios te sueltan perlas como los coaches sólo os estáis aprovechando del dolor ajeno, cobrar por ayudar es inmoral y cosas por el estilo.
Todavía hay muchas personas en contra de nuestra profesión, aunque también es verdad hay mucho intruso que se denomina coach porque ha ido a un cursillo de fin de semana. Mucha gente ni siquiera entiende qué es el coaching y hay mucho trabajo por hacer, por educar, por divulgar lo que es el coaching bien hecho.
A nivel personal, me entrego a todos mis clientes, suelo dar mucho más de lo que estaba previsto, si veo que no puedo ayudar en algo concreto, busco la manera de hacerlo y me formo, investigo, mantengo el contacto constante con cada cliente. Contacto ya no sólo profesional sino sobre todo humano. Porque para ser coach ante todo tienes que ser humano, saber escuchar, empatizar y amar.
Para ser coach ante todo tienes que ser humano, saber escuchar, empatizar y amar.
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En el vídeo de hoy te comparto algunas claves para cambiar tu percepción de las cosas, para dejar de generar o crear el miedo al rechazo, porque en realidad, somos nosotros que con nuestra mente, nuestras creencias, enfoque e interpretación de los hechos, generamos todas las emociones, incluido el miedo.
Te invito a verlo con tranquilidad. Tomar notas, realizar los ejercicios propuestos y cambiar tu visión de tu miedo a las críticas, basándote en tus creencias y valores.
Bonus
Y para finalizar, te comparto un Ejercicio del Miedo a las Críticas que propuse el otro día a una de mis clientas de coaching (encontrarás este ejercicio también en el vídeo de la Pregunta de la Semana)
Haz una lista del tipo de personas que crees que podrían criticarte (si es posible con nombres, siempre que sean conocidos o cercanos)
¿De quién es la crítica que te dolería más? ¿Alguien que ya conoces, alguien muy cercano, o la gente que ni siquiera sabes quiénes son?
¿Cuántas personas en total tendrían que criticar tu nuevo proyecto para hacerte sentir mal? No me digas que no lo sabes: ¿1, 5, 100? Pon un número aproximado.
¿Qué crees que podrían criticar exactamente? Piensa en todos los casos posibles que se te ocurran y escríbelos. Ejemplo: que escribo mal, que no sé de lo que hablo, que quién soy yo para abrir un blog, que seguro que me irá mal, etc.
¿Qué les podrías decir para rebatir estas críticas una por una? Si no lo sabes, imagina que una buena amiga o alguien cercano a quien quieres mucho se está reinventando en tus mismas circunstancias y le critican, ¿qué le dirías a los que la critican para defenderla?
Y por último, me encantaría escucharte. ¿Tienes algún episodio de críticas bien o malintencionadas que has recibido en relación a tu reinvención profesional? Yo creo que son esos ejemplos reales los que nos ayudan a ver que no estamos solos, que las críticas es algo muy común pero que lo importante es no darles tanta importancia, sino seguir nuestro camino, porque lo que vamos a aportar es infinitamente mayor que las críticas que podamos obtener.
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