No sé si a vosotros os pasa, per por alguna “extraña” razón la Fisioterapia siempre la he relacionado con cosas buenas… ayudar a los demás, preocuparse más por la salud del prójimo que por su dinero, aspirar a mejorar dedicando tiempo ilimitado al aprendizaje, ética profesional… Supongo que eso no es más (y ya es mucho) que lo que la palabra “vocacional” lleva consigo.
Por desgracia, no todo es color de rosa y hay cosas que no me cuadran. No soy amigo de conflictos, pero sí de tratar de abrir los ojos a los que no lo ven (o no lo quieren ver) y poder despertar el Pepito Grillo (conciencia) de los que están metidos en el asunto.
Sí, estoy muy cansado o, más que cansado, decepcionado. Soy de los que piensan que todo el mundo actúa de la mejor de las maneras, en función de lo que saben, pero una cosa es tratar de ver lo positivo y otra estar ciego a los hechos.
En Fisioterapia (y hablo sólo de Fisioterapia porque es la que me toca) hay una FALTA DE ÉTICA tremenda. Seguro que ya sabes de lo que estoy hablando. ¡Acertaste!…cursos. Cursos a miles, vendiendo lo que no es. Podría entender, como pasaba hace unos años, que con buena fe impartieran cursos de lo que creíamos “funcionaba” (antes de meternos en el tema de la investigación). Pero organizar cursos sabiendo que lo que están vendiendo no tiene fundamento alguno, eso no.
No creo que dar ejemplos sea necesario, porque por todos es sabido la cantidad de cursos que nos venden y que tienen una calidad más que cuestionable.
Pero, ¿sabes lo peor de todo? No es que organicen los cursos sabiendo de su pobre calidad (si alguna), es que los imparten aprovechando que los asistentes a dichos cursos, por una u otra razón, desconocen lo que reciben (no saben que lo que van a aprender tiene una validez más que cuestionable). Esto lo asemejo con aquello del “no hay más cobarde que el que ataca al débil, porque es al único que sería capaz de derrotar”. Estos cursos de los que os hablo incluso cruzan fronteras en busca de “víctimas”, cuando ven que en nuestro territorio la debilidad ha tornado a fortaleza.
¿Es culpa del que imparte el curso o del que lo recibe? Yo simplemente veo triste que tengamos que preocuparnos porque nos puedan engañar, bastante tiene uno con ahorrar el dinero para poder formarse. Es por ello que siempre he creído que debe haber alguien que filtre qué es de calidad y qué no.
El otro día comentaba esto con un profesor de universidad y ya lo comenté anteriormente hablando con los dirigentes de un colegio de fisios de España… todos los cursos deberían pasar una criba de calidad (sin amiguismos), un filtro que a los que se quieran formar les dé la confianza de que lo que están estudiando cumple con unos requisitos mínimos.
¿Cómo queremos que se nos tome en serio si seguimos haciendo cosas que no van acorde con la calidad en nuestro sector? Sinceramente, comprendo que desde otras profesiones sanitarias se nos tome, a veces, poco en serio, porque el hecho del que te estoy escribiendo hoy nos aleja de ser una profesión con credibilidad.
A parte de que muchos cursos de los que hacemos distan mucho de seguir la evidencia científica actual, tenemos esos otros cursos que además de no tener la calidad necesaria, hablan de cosas que están fuera de nuestras competencias profesionales (por ejemplo, nutrición) ¿Qué necesidad tenemos de aprender cosas que no nos competen, si nos queda tanto por aprender de lo que nos compete? ¿Con qué cara podemos denunciar el intrusismo profesional si nosotros mismos somos intrusos profesionales?
Antes de hablar de los demás deberíamos mirar lo que hacemos en casa. Por supuesto, yo me incluyo. Hay veces que en ciertas situaciones me digo a mi mismo “eso que criticas no es más que lo mismo que haces tú”. Ese es el momento en el que me toca callarme y tratar de cambiar para ser coherente con mis palabras.
¿Todo esto significa que no hay cursos que merezcan la pena? Ni mucho menos, haberlos haylos, y muy buenos. Esto son a los que deberíamos darle el valor que se merecen.
Aquí lo dejo. Ahora es el momento de que dejes tu opinión en forma de comentario, si lo creyeras oportuno.
La imagen de cabecera es una adaptación d eun dominio público de Pixabay.
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