Síndrome de uso excesivo: ¿por qué se lesiona un tendón?

Cuando una persona utiliza mucho un segmento de su cuerpo, bien sea en una o en múltiples actividades, puede llegar a presentar un Síndrome de Uso Excesivo (SUE), un Trastorno Traumático Acumulativo (TTA) o una Lesión por Desgarro Repetido (LDR), tres nombres diferentes que hacen referencia a lo que ocurre cuando se usa excesivamente una parte del cuerpo.

Este tipo de lesión es lo que ocurre en el caso de una ama de casa cuando tiende la ropa para que se seque después de lavarla, es el caso de una persona que realiza trabajo de oficina y debe almacenar documentos en un sitio alto subiendo sus brazos por encima de la cabeza, o incluso es el caso de un pitcher después de una temporada de entrenamientos fuertes.

Estas tres personas tienen algo en común, y es que realizan actividades que implican el exceso de uso de sus hombros, lo que a mediano o largo plazo podrá causarles dolor en los mismos.



¿Qué es un Síndrome de uso excesivo, un trastorno traumático acumulativo o una lesión por desgarro repetido?

Si bien los SUE, los TTA o las LDR no se restringen únicamente a los hombros, sino que ocurren en todas las partes del cuerpo, coloqué los tres ejemplos anteriores para que fuera posible apreciar que ninguna persona está exenta de presentar una lesión de este tipo; una ama de casa, una oficinista y un deportista pueden presentar la misma lesión y a los tres puede costarles mucho tiempo recuperarse debido a la poca posibilidad de guardar reposo.

Los SUE, TTA o LDR se clasifican de acuerdo al tipo de tejido donde se presentan, en tal sentido encontramos: las lesiones articulares, las del tejido óseo y las del tejido blando (cápsulas articulares, tendones, ligamentos, bursas, fascia, meniscos y músculos).

Son consideradas lesiones del tejido blando: las distensiones, los esguinces, las luxaciones, subluxaciones, las roturas o desgarros musculares/tendinosos, las lesiones tendinosas (tendinopatías), las sinovitis, los gangliones (también conocidos como goma), las bursitis, contusiones y finalmente, los SUE, TTA o las LDR.

Entonces, un SUE, un TTA o una LDR ocurre gracias a la sobrecarga submáxima reiterada o al desgaste por fricción de un músculo o de un tendón, que tiene como resultado inflamación y dolor siendo el objeto de estudio de este artículo las lesiones tendinosas o tendinopatías.

Lesión tendinosa o tendinopatía

Una lesión tendinosa o tendinopatía es la que ocurre en un tendón por un SUE, un TTA, LDR o por un traumatismo directo. En este caso estudiaremos las tendinopatías por SUE.

Según la estructura dañada, estas pueden ser de cuatro tipos:

Tenosinovitis: es la inflamación de la membrana sinovial que recubre el tendón.

Tendinitis: es la inflamación de un tendón, la cual puede resultar con cicatrices o depósitos de calcio.

Tenovaginitis: es la inflamación y el engrosamiento de la vaina del tendón.

Tendinosis: es la degeneración de un tendón debido a la repetición de un microtraumatismo.

Posibles afecciones de los tendones

Las manifestaciones clínicas que resultan de las causas de tendinopatías enumeradas anteriormente son:

Disfunciones: se refiere a la pérdida de la función normal de un tendón por un acortamiento adaptativo o adherencias.

Adherencias: es cuando las fibras de colágeno que conforman el tendón o el tejido circundante, cicatrizan desordenadamente durante la inmovilización tras un traumatismo, cirugía o un SUE, restringiendo el deslizamiento y la elasticidad normal del mismo.

Rotura: puede ser parcial o total y depende del tiempo que se tenga la disfunción, también puede presentarse como una avulsión (desprendimiento de la inserción del tendón, con o sin fragmento óseo).

Gravedad de la lesión de un tendón

La gravedad de la lesión de cualquier tejido blando se mide de la siguiente manera:

Grado 1: en las lesiones de primer grado encontraremos dolor leve inmediatamente o dentro de las primeras 24 horas, edema leve (aumento del volumen de la zona lesionada), dolor a la palpación  y cuando se exije el movimiento propio del tejido afectado.

Grado 2: en las lesiones de segundo grado el dolor que se presentará será moderado, requiriendo la interrupción de la actividad; la palpación y el esfuerzo del tejido aumentarán el dolor y si además se está en presencia de desgarro de las fibras de un (os) ligamento (s), habrá hipermovilidad articular.

Grado 3: rotura o avulsión completa o casi completa del tendón. El estrés del tejido es en general indoloro y si además se desgarra completamente algún ligamento –o varios- habrá inestabilidad articular.

Etapas de recuperación de un tendón

Tras cualquier daño a un tejido conectivo, causado por una lesión mecánica (incluyendo la cirugía) o por un irritante químico, la respuesta celular y vascular es la misma. El resultado de estas respuestas es la irritabilidad o la sensibilidad del tejido, que usualmente se divide en tres etapas:

Etapa Aguda o de Reacción Inflamatoria: en esta etapa estarán presentes los signos de inflamación –edema, enrojecimiento, calor, dolor en reposo y pérdida de la función- dolor al movimiento -incluso antes de completarlo o sin llegar a completarlo-, apreciándose una reacción de defensa al mismo. El dolor y movimiento deficiente se deben a un estado químico alterado que irrita los terminales nerviosos, a un aumento de la tensión de los tejidos producto del edema o derrame articular y a la presencia de defensa muscular con la que el organismo inmoviliza un área dolorosa. Esta fase dura usualmente entre cuatro a seis días, a no ser que se perpetúe la lesión.

Etapa Subaguda o de Reparación y Curación: aquí los signos de inflamación disminuyen progresivamente y pueden desaparecer. Cuando se evalúa el movimiento puede haber dolor en los últimos grados y aparecer sólo cuando el nuevo tejido en desarrollo recibe una carga mayor a la tolerable. Los músculos pueden estar débiles y por tanto la función limitada. Esta fase suele durar de 10 a 17 días –después de la fase inflamatoria-, o 14 a 21 días después de la lesión y se puede extender hasta seis semanas en los tendones, debido a su riego sanguíneo limitado.

Etapa Crónica o de Maduración y Remodelación: durante la etapa crónica no hay signos de inflamación. Puede haber contracturas, adherencias o debilidad que limiten el movimiento y la función normal. Los tendones, ligamentos y cápsulas articulares continuarán fortaleciéndose y remodelándose. Puede haber dolor al estiramiento, escaza resistencia muscular y limitado control neuromuscular. Esta fase puede durar entre seis meses y un año, según el tejido involucrado y la magnitud del daño.

El Síndrome de uso excesivo y el dolor crónico  

Siempre que estemos en presencia de un SUE lo sabremos porque la fase inflamatoria se prolongará más de lo normal (inflamación crónica). Se producirá dolor, edema y defensa muscular que durará varias horas tras la actividad, con sensación de rigidez tras el reposo, pérdida de la amplitud del movimiento 24 horas después de la actividad y rigidez en aumento progresivo mientras persista la irritación, particularmente cuando el daño es de tendones.

El microtraumatismo o desgarro repetido, con el tiempo resulta en debilidad e interrupción del tejido conectivo, con lesión e inflamación de los enlaces cruzados de las fibras de colágeno, dando como resultado una cicatriz. Este tejido cicatrizal no es tan distensible como el tejido sano circundante y cuando la cicatriz antigua se lesiona repetidamente se adhiere a los tejidos que tiene alrededor y no se alinea en forma correcta, se produce una alteración en la transmisión de la fuerza y de la absorción de la energía, siendo esta región más vulnerable ante un esfuerzo que un tejido sano.

¿Por qué la fase inflamatoria puede prolongarse en las lesiones de tendones?

La respuesta viene dada por la poca vascularización o riego sanguíneo que poseen los mismos, lo que favorece la acumulación de los líquidos que promueven la curación de los tejidos por un tiempo mayor al necesario, la formación de adherencias y la compresión de los vasos sanguíneos presentes.

Además, existen factores predisponentes que perpetúan las lesiones del tejido blando, en especial en los tendones, por lo que no sólo se debe identificar el tejido con fallas y el estadio de la patología, sino que también es necesario definir la causa mecánica del traumatismo repetido que pudiera mantener la irritación. Estas son:

Desequilibrios entre la longitud y la fuerza de los músculos alrededor de las articulaciones, lo que produce mecanismos articulares defectuosos o fuerzas anormales en los músculos.

Demanda excéntrica rápida repetitiva o excesiva sobre músculos que no están preparados para soportar la carga. Este punto se refiere al retorno controlado de un movimiento.

Debilidad muscular o falta de capacidad para responder a demandas excesivas de fuerza, dando como resultado la fatiga muscular.

Mala alineación ósea o soporte estructural débil que provoca una mecánica articular con transmisión defectuosa de la fuerza a través de las articulaciones, haciéndolas menos estables.

Cambios en la intensidad o en la demanda usual de una actividad, como en el caso de aumento o cambio en un ejercicio o rutina de entrenamiento o modificaciones en la demanda de un trabajo.

Regreso precoz a una actividad tras la lesión, cuando la unidad músculo tendón se encuentra debilitada y no está lista para soportar el esfuerzo de la actividad.

Posturas o movimientos extraños permanentes, con colocación de partes del cuerpo en desventaja mecánica.

Factores ambientales, entre ellos, un puesto de trabajo carente de diseño ergonómico, frío excesivo, vibración continua, superficie inadecuada para estar de pie, caminando o corriendo, la cual puede contribuir a cualquiera de los factores anteriores.

Factores relacionados con la edad, como el intento de realizar una actividad que ya no se puede ejecutar, debido a que los tejidos ya no se encuentran en condiciones de soportarla.

Errores de entrenamiento, como el uso inapropiado de métodos, intensidad, cantidad, equipamiento, o condición de la persona, que puede conducir a esfuerzos anormales.

Una combinación de varios factores predisponentes, que con frecuencia, suele ser la principal causa de los síntomas.

En general, las lesiones en los tendones son muy comunes en todo tipo de personas y siempre nos dan dolores de cabeza a los Fisioterapeutas y médicos, sobre todo en el caso de las personas que no tienen la posibilidad de guardar reposo por uno u otro motivo, lo cual es bastante común.

Tratamientos de fisioterapia para las lesiones de tendones

Para conocer algunos medios de tratamiento fisioterapéutico que alivian las lesiones tendinosas, te sugiero consultar los siguientes artículos:

Electrólisis percutánea intratisular (EPI) y Técnica Cyriax ¿En qué consiste?

Espero que esta información te haya permitido entender las causas y fases por las que pasa un tendón cuando se lesiona, así como también los procesos que le permiten curarse. Además, me gustaría que el conocer sobre este tema facilitara de alguna manera tu pronta recuperación.

Ahora bien, coméntame ¿has tenido o tienes actualmente una lesión de tendón? Recuerda regalarle un like a este artículo si te ha resultado útil.
 

Antonieta Larez Rojas
 

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