Para comenzar este artículo, vamos a escribir algunas de las frases que suelen decirnos las personas que consideran la sinceridad como una característica personal:
“Yo soy muy sincero/a” “Digo las cosas a la cara” “Yo siempre digo la verdad” “Yo no soy falso/a, voy de cara”
¿Cuántas veces habéis escuchado frases de este tipo como excusa o antecedente a un comentario que os resulta hiriente? En muchas ocasiones, justificamos estar haciendo uso de la sinceridad cuando realmente estamos practicando el sincericidio.
¿Eso quiere decir que tengo que mentir? No todo es blanco o negro, no estamos ante una dicotomía entre mentir o decir la verdad, sino encontrar el momento y lugar adecuados, así como las palabras para expresar aquello que deseamos comunicar. O incluso reflexionar y analizar si realmente siempre es necesario decir nuestra verdad y en qué forma es dicha.
Pero entonces ¿Cuál es la diferencia entre sinceridad y sincericidio? Veamos en qué consisten estos dos conceptos y sus diferencias.
Concepto de sincericidio
Cuando hablamos de sincericidio hacemos referencia a una sinceridad extrema, a decir la verdad sin filtros, sin tener en cuenta la repercusión que pueden tener nuestras palabras en el otro.Características del sincericidio que lo diferencian de la sinceridad
Se asocia a una forma de comunicación agresiva, caracterizada por la impulsividad a la hora de decir las cosas.
Hay una dificultad en la gestión y expresión de aquellas emociones que se viven de manera desagradable.
Es reflejo de dificultades en las habilidades sociales y de comunicación, así como de una posible baja autoestima.
Falta de empatía: en el discurso sincericida puede observarse una dificultad a la hora de ponerse en el lugar de la otra persona.
En muchas ocasiones se usa como forma de desahogo y liberación de la ira reprimida que hemos ido acumulando.
Arma en situaciones en las que nos sentimos de alguna forma atacados o amenazados.
No tiene en cuenta las consecuencias o el daño que puede estar ocasionando en el otro.
Consecuencias del sincericidio
El sincericidio trae consigo consecuencias negativas, ya no solo para la persona que recibe el mensaje, sino también para quién lo expresa:La comunicación deja de ser productiva.
Conflictos en el entorno: El sincericidio puede percibirse en nuestro entorno como una conducta maleducada que puede acarrear situaciones tensas y conflictos innecesarios.
Autoestima: El discurso sincericida puede herir a la otra persona y generar una herida en su autoestima.
Relaciones interpersonales: Nuestras relaciones interpersonales pueden verse afectadas ya que, en muchas ocasiones, el discurso sincericida va a traer consigo conflictos, enfrentamientos y discusiones que, si no se gestionan de manera adecuada, pueden desembocar en un distanciamiento por parte de las personas que nos rodean.
¿Qué es la sinceridad?
La sinceridad, en cambio, hace referencia a expresar aquello que creemos, pensamos o sentimos teniendo en cuenta al otro, buscando el momento adecuado y encontrando la manera de hacerlo con la intención de no herir a la otra persona.
Implica una conducta reflexiva en la que filtramos la información que vamos a comunicar y buscamos las palabras adecuadas para expresarlo desde la prudencia y sensibilidad, con la intención de que resulte constructiva y de ayuda para la otra persona.
La sinceridad se asocia con un estilo de comunicación asertivo, en el que la empatía constituye un ingrediente fundamental; nos permite entender que nuestra opinión no es la verdad absoluta y que puede haber otros puntos de vista. Ser sincero también es darse cuenta que no siempre hay que decir lo que se piensa.
¿Cómo puedo evitar el sincericidio?
La clave está en adoptar una actitud reflexiva que nos permita analizar la situación, nuestras emociones y el mensaje que queremos transmitir. Desde esta postura, tendremos que:Reflexionar sobre el tipo de información que quiero transmitir (¿es una petición?, ¿una crítica?, ¿un consejo? ).
Cuestionarse la intención y utilidad de la información que quiero transmitir (¿Qué quiero conseguir?, ¿será útil para la otra persona?, ¿me ha pedido esa información?, ¿tendrá algún beneficio?, ¿Cómo me sentaría a mi recibir ese mensaje? ).
Asegurarse de que lo que quiero decir va a aportar algo constructivo a la otra persona o a la relación que tengo con ella.
Adoptar una postura de empatía en la que se tenga en cuenta a la otra persona y se reflexione sobre cómo puede repercutirle el mensaje.
Elegir el momento y lugar adecuado.
Pensar y elaborar el discurso buscando las palabras adecuadas y aplicando las características del estilo de comunicación asertivo.
Si te has sentido identificado con las características del sincericidio y quieres trabajar para aprender a usar la sinceridad desde el respeto, empatía, prudencia y responsabilidad, en PsicoAbreu contamos con psicólogos profesionales que pueden ayudarte a mejorar tu gestión y expresión emocional, así como tus habilidades sociales y de comunicación, para fortalecer el pilar de la comunicación y fomentar el uso de la sinceridad empática en tus relaciones personales.