El objetivo de la sesión será trabajar con la parte motora y la parte significativa, a través de la creación de un relato de indios y una aventura que invite al alumnado a participar. El profesor o profesora debe animar a los más pequeños a través de una primera parte en forma de relato, invitando a convertir a los alumnos en indios con nombres que serán respetados durante toda la jornada, por ejemplo: Toro Sentado o Kapac. Una vez elegidos los nombres, vamos en fila india y en silencio hacia un punto determinado de la escuela. Una vez allí, hacemos el saludo de los indios festejando con alegría.
El siguiente paso es jugar a encontrar alimento, así que nos apoyaremos en el suelo para escuchar el mensaje de la tierra y encontrar conejos para cazar. Luego iremos en busca de nuestros caballos, trotando primero y corriendo luego, cruzamos el río en canoa entrenando los brazos, nadamos un poco y finalmente nos secamos al fuego, donde realizaremos una danza. En total, la sesión contará con dos danzas diferentes, ayudando a jugar con el cuerpo, liberar las extremidades y darle un aspecto lúdico y divertido al juego y a la educación física. Después de la danza Maketu metu me papa, dividiremos la clase en dos grupos, Azules (incas) y Rojos (aztecas) y jugaremos un rato a perseguirnos. Una suerte de mancha entre los dos grupos. Por último, y luego de la mancha, nos reunimos en ronda alrededor del fuego y hacemos la danza de la lluvia todos juntos y cantamos la canción india, practicando allí las letras vocales: A-E-I-O-U.
El objetivo de esta clase, pensada para niños en 1º y 2º grado de escuela primaria, está centrado en activar la imaginación, el juego y la actividad física de los más pequeños. La idea es que todos puedan participar y dar sus ideas, ir creando una historia o aventura de indios, jugando a arrastrarnos, a correr, saltar, nadar y trotar como si estuviéramos en medio de un día típico de las antiguas tribus que habitaban el territorio de América.
Este tipo de sesiones de aprendizaje en primaria también ayudan para ir introduciendo, de a poco, reglas y limitaciones. Al ser indios, los alumnos y alumnas habrá algunas cosas que no pueden hacer, y otras que sí. La clave está en ir desarrollando el trabajo mental y físico que les permite reconocer esos roles, representarlos adecuadamente y sentirse parte. Las danzas son momentos para superar la vergüenza, jugar y dejarse llevar por los ritmos y prácticas ancestrales. En niños y niñas pequeñas, este tipo de sesiones terminan resultando memorables porque les permiten jugar a ser otras personas dentro del ámbito escolar.