Ser más humano. Ser mejor persona. Ofrecer la mejor versión de uno mismo. Iluminar nuestra familia, el trabajo y el mundo con la máxima luz. Fantástico propósito, ¿no?
Dejar huella por donde pasas y sentirte satisfecho porque tus acciones tienen como fin aportar esperanza, poniendo el alma y el corazón para mejorar el mundo y hacerlo más humano.
El mundo pasa muy deprisa y casi no te da tiempo para pararte a pensar, pero en tu caminar vas dejando semillas importantes que son como ese pequeño grano de mostaza que cuando crece llega a ser la más alta de las hortalizas.
Y es cierto que no nos damos cuenta de nuestros actos y la influencia que ejercen en nuestra pareja, nuestros hijos, nuestros compañeros, nuestros trabajadores, nuestros amigos y en todos esos caminos y senderos por donde vamos dando los pasos de nuestra vida.
Es fantástico sentir en tu interior —después del paso de los años—, cuando un compañero te dice que has sido un referente para él; o cuando tus hijos reconocen tu papel de padre y se sienten orgullosos por tu quehacer con ellos. Y así, otros muchos ejemplos que cada uno podría contar. Tú piensas que no has hecho nada, que solo has sido tú mismo; pero está claro que tus acciones, tu forma de actuar, tu forma de hablar, ha aportado unos valores que no han caído en saco roto, tal y como muchas veces podrías haber llegado a pensar.
Y a propósito de todo esto quería contaros una grata experiencia. Hace unos meses fui invitado por la Fundación mashumano al XIV Congreso máshumano. Yo conocía la fundación, había leído algo sobre ella, pero para mí fue una gran satisfacción poder asistir y conocer de cerca su labor, siendo mi primer asombro la gran asistencia al evento.
Este congreso estaba organizado por el área de empresa de la fundación con el título: Horizonte 2020. "Organizaciones más humanas que generan valor", en la que además de las fantásticas ponencias, me sorprendió gratamente el coloquio sobre: "La felicidad como modelo de negocio" Empresas que laten por sus personas. Algo que yo vengo defendiendo, provocando un doble interés para mí la asistencia al congreso porque estaba a punto de publicar mi libro: "Líder 007 con licencia para mandar".
Fue como una señal para lanzar mi libro al comprobar la labor de esta fundación por crear un entorno más humano en la empresa, viendo la cantidad de empresas importantes que se sumaban al reto de "humanizar la empresa y la sociedad, siendo motores de cambio y apostando por una nueva generación de líderes".
Pero mi experiencia no acababa aquí. En diciembre volví a ser invitado por la fundación al XII Premio Jóvenes máshumano. Volví a descubrir con asombro su labor, apostando por lograr una generación de jóvenes que impulsen la humanización de las empresas y la sociedad, ya que ellos son los directivos y empresarios del futuro y juegan un papel crucial en la construcción de los nuevos modelos sociales y empresariales. Curiosamente muy relacionado también con mi libro "Cierra el paraguas y mójate".
Me alegra haber conocido esta fundación que apuesta por un mundo más humano dentro de los pilares básicos de la sociedad (la familia, los jóvenes, la empresa y el área social) para mejorar el mundo. Porque solo tocando esos pilares, en los que tienen que ver directamente las personas, en los que se tiene intención de mejorar su crecimiento personal, potenciar los valores, apoyar el talento, ayudar a organizaciones sociales y procurar el voluntariado corporativo, seremos mejores personas, mostraremos nuestra mejor versión, descubriremos lo que esconde cada uno en su interior y seremos mucho más humanos.
Porque ser mas humano deja huella, una huella que conduce a un mundo mejor.
Pero, tal vez pueda hacerte comprender más y mejor dónde está esa huella que conduce a un mundo mejor, este mensaje que casualmente me acaba de enviar una buena amiga:
Dice un cuento israelita que un joven fue a visitar a un sabio consejero y le contó sobre las dudas que tenía acerca de sus sentimientos por su familia. El sabio lo escuchó, lo miró a los ojos y le dijo sólo una cosa:
—Ámala.
Y luego se calló.
El muchacho dijo:
—Pero, todavía tengo dudas ...
—Ámala, le dijo de nuevo el sabio.
Y, ante el desconsuelo del joven, después de un breve silencio, le dijo lo siguiente:
—Hijo, amar es una decisión, no un sentimiento. Amar es dedicación y entrega. Amar es un verbo y el fruto de esa acción es el amor. El amor es un ejercicio de jardinería. Arranca lo que hace mal, prepara el terreno, siembra, sé paciente, riega y cuida. Estate preparado porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvias, pero no por eso abandones tu jardín. Ama, es decir, acepta, valora, respeta, da afecto, ternura, admira y comprende. Simplemente, ama.
¿Sabes por qué?
Porque la inteligencia, sin amor, te hace perverso.
La justicia, sin amor, te hace implacable.
La diplomacia, sin amor, te hace hipócrita.
El éxito, sin amor, te hace arrogante.
La riqueza, sin amor, te hace avaricioso.
La docilidad, sin amor, te hace servil.
La pobreza, sin amor, te hace orgulloso.
La belleza, sin amor, te hace ridículo.
La autoridad, sin amor, te hace tirano.
El trabajo, sin amor, te hace esclavo.
Y LA VIDA SIN AMOR, NO TIENE SENTIDO.
Mi aplauso y felicitación para la Fundación máshumano y todas aquellas personas que con su generosidad dejan su huella para mejorar el mundo. Un equipo que parece aplicar en sus acciones la frase de San Teresa de Calcuta: "No dejes que nadie se acerque a ti sin que al irse se sienta mejor y más feliz". Personas que tampoco olvidan el libro de los Proverbios (4,23): «Con todo cuidado vigila tu corazón, porque de él brotan las fuentes de la vida».
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Muchas gracias por estar aquí y compartirlo.
"Solo podemos iluminar el mundo si transmitimos luz"
"Solo podemos dejar huella con nuestra acción continua"