En lo que se refiere a la gripe, la vacuna es efectiva entre el 65% de la población sana y a pesar de su mala fama, resulta útil para evitar las complicaciones de la gripe, que en muchas ocasiones pueden llegar a ser de gran seriedad. Esta mala fama tiene su origen en la falsa creencia de que al vacunarnos ya no vamos a coger la gripe pero hemos de tener en cuenta que existen tres tipos de gripe y que no afecta igual a todas las personas. Es decir, depende de las características de la persona a la que se administra, en si la combinación de virus que contempla la vacuna corresponden con los que hay en circulación, pero de todas formas, aún contrayendo la enfermedad, la vacuna consigue que los síntomas de la gripe sean más leves reduciendo al mismo tiempo, los ingresos hospitalarios.
En cuanto a los resfriados, existen más de 200 virus que causan síntomas similares a los de la gripe. Su duración es de 7 días normalmente, con medicación o sin, lo único que podemos hacer recurriendo a fármacos o remedios naturales es paliar los síntomas pero nunca deshacernos de la enfermedad. Los caldos de pollo, los cítricos, zumos vegetales, ajo, cebolla, miel, própolis… son algunos de los alimentos que nos pueden ayudar a hacer sus síntomas más leves.
Existe la falsa creencia de que la vitamina C previene los resfriados, una creencia erronea. La vitamina C sólo nos será útil para mejorar los síntomas y acortar la duración pero nunca para prevenirlos.
Así que, prevenir los resfriados y gripes es muy complicado pero siempre podemos tomar unas medidas de seguridad para no ponérselo tan fácil a tanto virus y al mismo tiempo, evitaremos contagiar a nuestro entorno.
Medidas de prevención de contagio de resfriados y gripes
Taparse la boca y nariz al toser y estornudar utilizando un pañuelo de papel.
No guardar los pañuelos de papel, tirarlos inmediatamente a la basura después de su uso.
Intentar no toser, ni estornudar sobre las manos.
Evitar tocarse con las manos ojos, nariz o boca.
Evitar saludos con besos y manos.
No compartir objetos personales de higiene como las toallas, ni compartir vasos, cubiertos, etc..
Lavarse las manos con frecuencia, con agua y jabón, o con algún gel antibacterial. Tener en cuenta que los geles antibacteriales hay que utilizarlos con moderación. Tenéis las razones en este post.
Ventilar cada día nuestra casa, sobretodo la habitación y los espacios comunes.
La higiene en el hogar también es importante. Hay que limpiar con frecuencia sobretodo los objetos de uso común como ropa, el baño, lña cocina, pomos de las puertas y armarios, juguetes de los niños, teléfonos, etc..
Evitar cambios bruscos de temperatura.
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