Valor terapéutico
La salvia da mucha utilidad en la medicina natural, sobre todo en las siguientes afecciones:
Gástricas: En los casos de mala digestión, el té de salvia caliente, corrige las indisposiciones estomacales, la debilidad de estómago, los vómitos que muchas veces siguen a las comidas copiosas llamadas comunmente como "atracón", las ventosidades gástricas e intestinales, el dolor de cabeza resultante de mala digestión, etc. Para este fin la dosis del té es de 10 g por litro de agua, cuatro o cinco tazas al día.
Boca: Las hojas frescas son buenas para friccionar los dientes, a fin de blanquearlos, refrescan y fortifican las encías inflamadas y flojas. El té de cimas y ápices de las flores, en enjuagues sirve para curar las aftas bucales (pequeñas úlceras o lesiones). La dosis es de 30 g por litro de agua.
Heridas: Las heridas y llagas viejas y rebeldes, las úlceras varicosas u otras lesiones crónicas de la piel, sanan lavándolas con el cocimiento de salvia. La misma cocción utilizada en baños, cura la escrofulosis y el raquitismo, especialmente en niños. La dosis es de 50 g por litro de agua.
Garganta: En gárgaras, el té preparado en infusión de la hojas y flores de salvia, sirve para curar las inflamaciones y mucosidades de la garganta, la amigdalitis y los dolores que dificultan la deglución. La dosis es de 30 g por litro de agua
Picaduras: En casos de picaduras de abejas, avispas, mosquitos, etc. la fricción de la parte afectada, con hojas de salvia frescas y machacadas, proporciona alivio en poco tiempo.
Sudores nocturnos: La salvia es muy recomendable para quitar los sudores nocturnos en la tuberculosis. La dosis es de 10 g de hojas y flores de salvia, por litro de agua, cuatro o cinco tazas diarias.