Una citología vaginal, o prueba de Papanicolaou, es una prueba médica en la que se evalúan microscópicamente las células tomadas por raspado de la abertura del cuello uterino en las revisiones ginecológicas de las mujeres.
¿En qué consiste la citología vaginal?
Son muchas las mujeres que tienen miedo a este examen médico, sobre todo aquellas mujeres jóvenes que asisten al ginecólogo por primera vez, como consecuencia de la poca información que tienen sobre él o porque la poca que tienen es errónea.
Durante la citología vaginal la mujer se deberá recostar sobre una camilla colocando las piernas sobre unos estribos. A continuación, cuando la mujer se halle en la postura adecuada, el ginecólogo o, en algunos casos, el personal de enfermería introducirá con cuidado un instrumento conocido como espéculo en la vagina con el objetivo de abrirla ligeramente para así observar mejor el interior de la vagina y el cuello uterino durante la prueba y tomar cómodamente las muestras necesarias. Aunque no es lo habitual, puede aparecer alguna molestia durante y después del examen. Además, la paciente puede sangrar después de la citología, por lo que dado el caso no hay que preocuparse.
La prueba del Papanicolau además de detectar infecciones menores (bacterias, hongos...) para así poder tratarlas adecuadamente y a tiempo, tiene como objetivo principal detectar el cáncer de cuello uterino, aumentando significativamente las posibilidades de supervivencia de muchas mujeres.
Antes de la citología
Aunque es una de las preguntas más habituales al acudir a consulta y, además, los médicos tienen acceso al historial de cada paciente, es recomendable verificar que sepan todos los medicamentos que se están tomando ya que algunos de ellos, como algunos anticonceptivos orales, pueden interferir en los resultados de la citología.
Igualmente, si se ha tenido anteriormente una citología anormal o si se cree que podría existir un embarazo, habrá que ponerlo en conocimiento del ginecólogo o del personal de enfermería.
Pese a que la prueba no precisa de una preparación previa es recomendable que dentro de las veinticuatro horas anteriores a la exploración se eviten:
Las duchas vaginales.
Las relaciones sexuales.
El uso tampones.
El uso de espermicidas.
Asimismo es conveniente que, en el momento de concertar la cita para la revisión, se evite que coincida con el periodo del mes en el que la mujer esté menstruando, ya que este hecho podría afectar a la precisión del examen, asegurándose además de que este haya terminado al menos tres o cuatro días antes.
Un último consejos sería orinar justo antes de la citología.
Cuándo realizarla
La periodicidad con la que se debe realizar esta prueba depende de muchos factores y el médico será el encargado de especificarla al finalizar la consulta. No obstante, por norma general lo habitual es que la citología empiece a a realizarse a los 21 años o aproximadamente tres años después de que la mujer haya empezado a mantener relaciones sexuales. Tras el primer examen:
Deberá realizarse una prueba cada dos años.
Si la paciente supera los treinta años o si los resultados de la citología han sido negativos en el menos tres veces consecutivas, el médico puede recomendar espaciar la realización del examen a tres años.
Sin embargo, si la paciente o su compañero sexual mantienen relaciones con otras personas nuevas, entonces debe realizarse cada dos años.
Aquellas mujeres que superen los sesenta y cinco años:
La mayoría de las mujeres pueden dejar de realizarse citologías siempre y cuando hayan obtenido tres resultados negativos durante los últimos diez años y el médico lo crea conveniente.
En el caso de tener una nueva pareja después de esta edad, a pesar de haber obtenido varios resultados negativos anterioremente, deberán volver a realizarse citologías con regularidad nuevamente.
Existe un caso en el que es bastante probable que la paciente no necesite realizarse citologías vaginales en ninguna circunstancia y es tras haberse practicado una histerectomía total (extirpación del útero y del cuello uterino), sin que antes haya presentado una citología anormal, cáncer de cuello uterino u otro tipo de cáncer de la pelvis.
Fuente: facilisimo.com y MedlinePlus.
Imágenes (por orden de aparición): Mourner/Flickr, CarbonNYC/Flickr, liquene/Flickr, Highways Agency/Flickr y apdk/Flickr.