Las llamadas “calenturas” que salen en los labios se deben a una infección viral. El responsable directo es el virus herpes simple (VHS), del que existen dos tipos. El tipo I es el responsable del 90% de las lesiones orofaciales y el tipo II principalmente de las genitales.
Una vez queda infectado un paciente, el VHS se asienta en los ganglios durante toda la vida, volviendo a reaparecer la infección cuando disminuye la inmunidad. Los factores que predisponen a sufrir un nuevo episodio de herpes o calenturas son: infecciones, exposiciones al sol, estrés, alteraciones hormonales (menstruación), fiebre, catarro…
Previa a la instauración de las lesiones aparece una sensación de hormigueo-quemazón presentándose, horas después, vesículas que rompen y forman costras, cursando con dolor. La infección de los dos tipos de herpes o calenturas se produce por el contacto con un paciente que esté eliminando el virus en una superficie con secreción por las lesiones descritas. Es por ello que se debe evitar el contacto durante un brote de infección cutánea por VHS.
En las personas sanas las lesiones desaparecen espontáneamente de forma habitual. Las pomadas antivirales han demostrado una eficacia mínima, siendo más efectivo mantener limpia la zona de cremas, maquillajes, etc. pues cuanto menos se manipulen las lesiones, menor riesgo habrá de que se extiendan o se sobreinfecten.
Para secar la calentura, evita también remedios caseros. Si fuera necesario, tu médico te aconsejará la solución secante más adecuada, siendo habitualmente el sulfato de cinc al 1/1000 aplicado en forma de fomentos 2-3 veces al día, el remedio secante más empleado en lesiones producidas por herpes.
Por último, en lo que respecta al tratamiento farmacológico, éste estaría reservado a pacientes con afecciones más complejas (con riesgo de afectación ocular), episodios repetidos de infecciones (más de seis al año) o con inmunidad comprometida.
¿Has tenido alguna calentura en los labios? ¿Qué consejos puedes ofrecernos?
Imagen: Public Domain Photos/Flickr
Fuente: Atlas de dermatología clínica (Fitzpatrick) y Guía de actuación en Atención Primaria.