Gran parte de nuestras mentes pasa en la búsqueda de una posible alma gemela para compartir, de una vez por todas, una experiencia de vida plena y llena de amor. ¿Existen realmente o simplemente son un mito?
Los primeros indicios sobre las almas gemelas se mencionan en un texto antiguo llamado “El banquete” o “El simposio” de Platón compuesto hacia el año 380 a.C que versa sobre el amor.
Según la leyenda de Zeus existía un tipo de sexo llamado Andrógino (compuesto de masculino y femenino) eran almas fuertes y a Zeus le molestaba que tuvieran una fortaleza poco inusual. Por eso al encarnarse ordenó separarles y desde entonces, pasan buscándose unos a otros.
Al parecer se ha creado una confusión sobre si existen o es un mito. Sin embargo, la gran mayoría estamos convencidos de que la unión entre dos almas sólo puede tener una connotación de amor incondicional en pareja según una leyenda; realmente no es así. Todos hemos experimentado una conexión con alguien fuera de lo normal y no en un sentido plenamente de atracción sexual. Más bien, una sensación de conocer a la persona como una resonancia de otro tiempo sin saber comprender o describir esa sensación. Simplemente sabes que la conoces.
Estar en la búsqueda de tu alma gemela hace que entres en un bucle peligroso, vivir el encuentro sin expectativas abriéndonos a las infinitas posibilidades lo es todo.
Desde un punto de vista más holístico e integrador, podríamos decir que detrás de una alma gemela hay simplemente un ente, que has conocido en otro espacio-tiempo de una preexistencia antes de este plano. Ahí las almas experimentan la no dualidad. No podemos ser poseedores de la verdad absoluta de que, al encarnarse en la tierra, las almas gemelas se encuentran para un sólo fin: formar una familia o una relación entre dos personas a nivel sentimental.
Hay algo que vibra en nosotros como una herramienta que puede darnos una guía intuitiva con la certeza de que el encuentro pueda dejarnos un maravilloso aprendizaje. A tal punto que reconocer esa otra parte, se siente mucha alegría, la mirada brilla como un par de estrellas, el cuerpo cambia su temperatura. Es una atracción que va más allá de nuestras limitadas percepciones. Dentro de la dualidad se produce una unión espiritual y nuestras creencias jugarán un papel importante si pueden ser compatibles o no.
Desde el año 1998 se están produciendo encuentros entre almas gemelas como nunca. Debido al cambio electromagnético de la tierra y la evolución espiritual que estamos alcanzando, este es un momento en el que por fin nos estamos amándonos a nosotros mismos. Cada día esa resonancia aumenta entre nosotros. Sea para juntarnos como una pareja o para tener una amistad verdadera con una misión implícita.
Una alma gemela te puede hacer feliz o infeliz, dependerá de los sentimientos y creencias que tengas de ti mismo. Si no hemos llegado a un punto de amarnos a nosotros mismos, la relación del tipo que sea, será como caminar encima de brasas.
Empezar por nosotros mismos nos abrirá el camino para juntar el aprendizaje de nuestras almas.
Thábata Emo