A medida que las mujeres envejecen, los cambios físicos pueden provocar sequedad vaginal y afectar su vida sexual.
Los problemas urogenitales son síntomas comunes de la menopausia.
Sólo entre el 20% y el 25% de las mujeres con síntomas urogenitales buscan ayuda médica.
El 50% de las personas mayores de 70 años son sexualmente activas.
¡Algunas mujeres notan que su vida sexual ha mejorado después de la menopausia!
Durante y después de la menopausia muchas mujeres pueden experimentar problemas urogenitales, como malestar vaginal e incontinencia urinaria. Pero estos no son los únicos, te invitamos a seguir leyendo para que conozcas cuáles son los principales inconvenientes urogenitales que puedes esperar en esa etapa de la vida.
Atrofia vaginal: sequedad y dolor durante el coito
Sin la adecuada producción de estrógeno en los ovarios, la piel y los tejidos de la vulva y la vagina se vuelven delgados y menos elásticos. Esta es una consecuencia inevitable de la menopausia y la mayoría de las mujeres experimenta dichos síntomas, siendo la sequedad el primer síntoma reportado. Esto se debe a una reducción significativa en la producción de moco por las glándulas vaginales.
El adelgazamiento de la piel vaginal y vulvar continúan avanzando a medida que pasa el tiempo, lo que incrementa la vulnerabilidad de los tejidos. Es común que ocurran micro-lesiones durante el sexo, especialmente si la lubricación es pobre o hay demasiada fricción.
Otro cambio frecuente es la alteración en el flujo vaginal normal. Sin estrógenos, el pH (acidez) de las secreciones vaginales cambia y por tanto el flujo normal se vuelve más alcalino. Este pH afecta el equilibrio de los microorganismos en las secreciones naturales, suprimiendo las poblaciones de algunas bacterias “buenas” (lactobacillus). El flujo cambia en su naturaleza, llegando a ser acuoso, descolorido y ligeramente maloliente. Esto puede provocar ardor vaginal e irritación vulvar.
Cambios en el suelo pélvico y prolapso vaginal
Muchas mujeres posmenopáusicas notan cierta hinchazón o abultamiento en las paredes vaginales, una sensación de descenso del cuello uterino o incluso una sensación de arrastre pélvico generalizado. Se dice que aproximadamente la mitad de las mujeres posmenopáusicas experimentan debilitamiento de la pared frontal de la vagina (prolapso de la pared vaginal anterior), cerca de un cuarto tiene problemas similares con la pared vaginal posterior y un quinto presenta problemas en la parte más alta de la vagina.
Los músculos y ligamentos del suelo pélvico, que normalmente deben soportar el útero, la vejiga y otros órganos, también son sensibles a los cambios en el estrógeno y en el colágeno. La deficiencia de estrógenos tiene un efecto profundo sobre los mecanismos de apoyo del suelo pélvico.
Síntomas del tracto urinario inferior
Muchas mujeres sufren de incontinencia por estrés, lo cual se refiere a las fugas de orina al toser, estornudar o saltar. Todavía hay mucho debate acerca de si esto es resultado directo de la pérdida de estrógeno después de la menopausia.
Por otra parte, la incontinencia de urgencia se refiere a la dificultad para “aguantarse” una vez que se siente la necesidad de orinar. Típicamente la mujer tiene fugas y comienza a orinar antes de que pueda llegar a un baño.
Otros síntomas se asocian a una vejiga hiperactiva, cuyos síntomas incluyen necesidad recurrente de orinar y necesidad de orinar durante la noche. Algunas mujeres notan que necesitan orinar cuando en realidad ya lo han hecho hace solo unos minutos. Todos estos signos pueden estar relacionados con la actividad del músculo que rodea la vejiga.
Las infecciones recurrentes del tracto urinario
Este problema puede afectar a las mujeres de todas las edades, pero se ha notado que el riesgo de infecciones frecuentes aumenta con la edad.
Tratamiento para los problemas urogenitales
Estrógeno local: El papel del estrógeno local en el manejo de los problemas urinarios es complejo. Se ha demostrado que la terapia de reemplazo de estrógeno alivia la urgencia, la frecuencia, la incontinencia urinaria, la nocturia y la disuria (dificultad para orinar).
Ejercicios del suelo pélvico: Otras estrategias implican ejercicios del suelo pélvico, con ayuda de un profesional. Los fisioterapeutas especializados en este campo son capaces de evaluar completamente la situación de cada mujer y de enseñar técnicas de entrenamiento y fortalecimiento para la vejiga.
Cómo hablar con el médico sobre temas “embarazosos”…
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