La lipodistrofia ginecoide, comúnmente conocida como celulitis, es una afección microvasculoconjuntiva de evolución esclerótica. Los depósitos de grasa de la hipodermis desorganizan el tejido celular subcutáneo conllevando trastornos circulatorios, fibrosis y dolor, entre otros, sin olvidar el aspecto estético.
En la actualidad existe una gran variedad de literatura médica dirigida al tratamiento de la celulitis cuyos objetivos van dirigidos a:
Mejorar la vascularización y favorecer el intercambio celular.
Incidir en la despolimerización de los mucopolisacáridos y degradación de los triglicéridos.
Dotar de elasticidad y plasticidad al tejido cutáneo.
Luchar contra los factores predisponentes y favorecedores de la celulitis.
Preparar los tejidos en celulitis grado IV que precisen actuación quirúrgica.
Dar a la piel un mejor aspecto.
Las técnicas de fisioterapia más utilizadas en la celulitis son:
Endermologie. El objetivo de la técnica es aspirar y movilizar el tejido hipodérmico a través de unos rodetes, de este modo la microcirculación mejora, se libera la fibrosis y se favorece la regeneración de las fibras de colágeno. En pocas sesiones la apariencia de la piel cambia viéndose más uniforme y tersa. Sin embargo, puede resultar dolorosa y puede provocar hematomas. La técnica no está indicada cuando la celulitis se acompaña de un sobrepeso mayor a 10kg.
Vacuoterapia. A través de un mecanismo de succión, en el que se genera una presión negativa, se movilizan los tejidos. La liberación de éstos por la aspiración genera un restablecimiento vascular, a la vez que la piel se torna más elástica por la liberación de la fibrosis, reduciendo la piel de naranja. Está indicada para celulitis blandas y edematosas. Al igual que la técnica anterior puede ocasionar dolor y hematomas.
Cavitación. Este método utiliza ondas ultrasónicas a 3 Mhz para romper la membrana de los adipocitos, liberar las células de grasa y ablandar la zona al facilitar la separación de los nódulos. Este tratamiento debe combinarse con drenaje linfático o presoterapia para expulsar la grasa a través de la orina y sistema linfático.
Presoterapia. Es un masaje circulatorio, en el que por medio de unas botas neumáticas se aplica compresión-descompresión desde los pies hasta el abdomen. Está especialmente indicada para la celulitis edematosa.
Masaje venoso, drenaje linfático y anticelulítico. Es una buena medida como método preventivo o como método complementario a cualquier otro tipo de tratamiento. El masaje mejora la circulación, drena los tejidos, flexibiliza los tejidos, remodela la grasa, tonifica piel y músculo y reduce la fibrosis.
Electroestimulación. Especialmente indicada en celulitis flácidas. A través de corrientes excitomotoras se produce la contracción muscular, permitiendo reducir los depósitos de grasa localizados y tonificar la musculatura, así como una mejora de la circulación. Ésta debe combinarse con ejercicio cardiovascular, como elíptica a diferente intensidad.
Iontoforesis. La técnica permite penetrar a través de la piel sustancias tópicas para favorecer la eliminación de agua, catabolizar los lípidos y mejorar los mucopolisacáridos.
Kinesiotape. Las técnicas linfáticas con kinesiotape prolongan y potencian el resto de terapias utilizadas, ayudando a descongestionar las zonas saturadas por la retención de líquidos y a reducir la fibrosis. Indicado en cualquier tipo de celulitis.
Como complemento a otras técnicas de fisioterapia puede utilizarse la termoterapia, en forma de infrarrojo, hidroterapia, helioterapia, sauna o baños de vapor para estimular la circulación y la sudoración. Debe evitarse en la celulitis con marcados trastornos circulatorios y edematosos.
Técnicas de relajación. El estrés y los trastornos anímicos son factores favorecedores de la celulitis, en estos casos el tratamiento físico debe combinarse con técnicas que aporten tranquilidad, serenidad y bienestar como las técnicas de relajación y meditación. Cabe destacar que estas técnicas generan unos cambios neuroendocrinos importantes reduciendo los niveles de catecolaminas, favorecedoras de la celulitis.
En aquellas técnicas que se deban utilizar vehículos tópicos, como en la iontoforesis, cavitación y masaje, es interesante aplicar principios activos con efectos específicos:
Venotónicos y antiedematosos: el objetivo de éstos es activar la circulación periférica, tonificar las paredes venosas, drenar los tejidos y activar el metabolismo local. Ejemplos: árnica, brusco o rusco caléndula, castaño de Indias, fucus vesiculosus, ginkgo biloba, hiedra, manzanilla, malvalisco y salvia.
Lipolíticos: estos principios están indicados para regular el almacenamiento de grasa en el adipocito, reducir la actividad de las lipasas, degradar los triglicéridos depositados en los adipocitos y favorecer su transporte. Ejemplos:
Bases xánticas: cafeína, guaraná, nuez de cola, teofilina, teobromina y té verde.
Compuestos yodados: fucus vesiculosus, monoyodamina, triyodoacetato de sodio y yoduro potásico.
L-canitina.
Rubefacientes: alcanfor, mentol, nicotinato de metilo, salicilato de metilo y tocoferilo.
Reestructurantes: éstos buscan mejorar la permeabilidad del tejido conjuntivo, facilitar el drenaje de sustancias tóxicas retenidas en él y estimular la síntesis de las fibras de elastina y colágeno, y evitar el envejecimiento del tejido conjuntivo. Ejemplos:
Despolimerizadores de mucopolisacáridos: hialonidasas y tiomucasas.
Enzimas proteolítias: carica de papaya o de ananás.
Oligoelementos: cinc, cobre, cobalto y manganeso.
Vitamina A, B, C y E.
Las celulitis grado IV son candidatas a tratamiento quirúrgico. En este caso, la fisioterapia va dirigida a preparar los tejidos para la pronta recuperación tisular. Las técnicas utilizadas son la liposucción o remodelación corporal, técnica quirúrgica compleja y agresiva con una recuperación dolorosa, en la que través de unas cánulas se desprenden y aspiran los depósitos de grasa, y el liposhifting. En este caso la técnica es similar a la liposucción, pero sin aspiración. A través de una cánula de Becker se va desprendiendo la grasa a la vez que se destruyen los tabiques fibrosos, para seguidamente modelar la zona con un rodete. Este método se usa para tratar las irregularidades del tejido tras una liposucción. En ambos casos el tratamiento pre y postoperatorio de fisioterapia debe ir dirigido principalmente a la favorecer la circulación, drenar los tejidos y mantener un óptimo movimiento tisular, añadiendo en la postcirugía el tratamiento de las cicatrices.
El correcto tratamiento de la celulitis (no quirúrgica), con el que pueden evidenciarse cambios a las 6 sesiones, debe incluir el uso de varias técnicas de fisioterapia según tipo de celulitis y ejercicio cardiovascular; combinado siempre con una dieta hipocalórica pautada por el dietista o endocrino.
Para conocer más sobre la etiolopatología y las diferentes formas clínicas de lal ipodistrofia o “celulitis” os dejamos el siguiente link: http://www.fisioterapia-online.com/articulos/etiopatologia-y-formas-clinicas-de-la-lipodistrofia-o-celulitis
Cristina Torres Pascual