Cuando piensas que todo va bien siempre hay algo que se tuerce para que no nos hagamos demasiadas ilusiones.
Te pasas medio año planeando algo porque se supone que no tienes nada que hacer un fin de semana concreto y llega lo inesperado y arrasa con todos los planes como un huracán. Y no solo los de un fin de semana, sino varios.
No hay como planear para que tengas que improvisar.