El pie de atleta se produce por una infección de hongos ente los dedos y las plantas de los pies en personas jóvenes, rara vez en niños, que usan calzado cerrado, poco ventilado, con sudoración que crea un ambiente cálido y húmedo favorable al desarrollo de los hongos y además estos hongos se mantienen bien en el suelo de duchas y baños por lo que son contagiosas sobre todo en los gimnasios y piscinas pero también lo son en los baños de las casas. Evidentemente el pie de atleta se produce más fácilmente en países de clima cálido y húmedo y es más abundante en verano que en invierno.
Los síntomas que aparecen inicialmente son picores entre los dedos de los pies, posteriormente enrojecimiento y descamación de la piel, con el tiempo las lesiones entre los dedos, se maceran, es decir, se ponen blandas por la humedad y se producen pequeñas heridas que ya son dolorosas y seguidamente se produce una secreción de líquido que exuda de la piel. A veces la descamación de la piel es más seca y se confunde con el ezcema. El picor puede incrementarse al extenderse la infección.
Desde las lesiones de los dedos lo más frecuente es que sin tratamiento se extiendan a la planta del pie y y más raramente al dorso o empeine del pie.
Los hongos en las uñas (onicomicosis) sirven de depósitos de hongos que favorecen el pie de atleta.
Los organismos que causan el pie de atleta pueden sobrevivir largos periodos. En consecuencia, la infección puede extenderse a otras partes del cuerpo a través de sábanas o ropa contaminada.
Por último indicar que si el pie de atleta se da en personas de edad conviene comprobar la existencia de alguna enfermedad general que la favorezca como la diabetes o falta de riego sanguíneo suficiente.
PREVENCIÓN:
Séquese completamente los pies después de bañarse o nadar.
Use sandalias o chancletas en los baños y piscinas públicas.
Cámbiese los calcetines lo más frecuentemente posible para mantener los pies secos; esto debe hacerse al menos una vez al día.
Use zapatos bien ventilados y preferiblemente hechos de un material natural como el cuero. Puede ayudar el hecho de alternar los zapatos cada día, de manera que se puedan secar por completo entre puestas. Evite los zapatos con revestimiento de plástico.
TRATAMIENTO:
Una vez que se ha diagnosticado el pie de atleta tenemos para actuar sobre el varios tipos de medidas entre la que en primer lugar tenemos que destacar las medidas higiénicas consistentes en:
Mantenga los pies limpios y secos, especialmente entre los dedos.
Lávese bien los pies con jabón y agua y seque el área completamente y con mucho cuidado. Trate de hacer esto al menos dos veces al día.
El pie de atleta casi siempre responde bien al cuidado personal, aunque puede reaparecer
Existen también recomendaciones de remedios caseros que pueden ser de utilidad en los casos leves fundamentalmente.
El tratamiento con medicamentos (indicado por su médico) incluyen el uso de antimicóticos en crema y en polvo y deben de usarse de modo constante durante cuatro semanas ya que es el tiempo que tarda la piel en regenerarse completamente.
Hay muy diversos antifúngicos de acción local entre los que podemos destacar dentro de los Imidazoles: Clotrimazol, Ketoconazol, Miconazol, Econazol, Oxiconizol, Sulconizol. Alilaminas: Naftifina, Terbinafina. Naftionatos: Tonalftato. Piridona sustituida: Ciclopirox.
De igual manera se dispone de antifúngicos por vía oral cuando falla la terapia tópica o en los casos más graves o recidivantes.
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