La piel que rodea nuestros ojos es mucho más sensible que la del resto de la cara, para que nos hagamos una idea y según la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV) su espesor medio oscila entre las 300 y 800 micras, o lo que es lo mismo, en torno a 5 veces más fina que la del resto de la cara, que a su vez es otras tantas veces más fina que la del cuerpo.
Es por ello que el color azulado de los vasos sanguíneos que hay bajo la misma se transparenta con mayor facilidad y del mismo modo, esa mayor fragilidad hace que los efectos de factores tales como la polución, el tabaco, o incluso el alcohol se pongan de manifiesto con mayor intensidad en esta zona. No hacen distinción entre sexos, se dan por igual en hombres y mujeres, y con el paso de los años esa superficie cutánea se daña o se hace más sensible, por lo que son cada vez más perceptibles a nuestra vista. Hay dos factores que colaboran a hacerlas más o menos visibles, son la pigmentación de la piel y el grosor de la misma.
Existen diversas causas que provocan las ojeras, y en base a ellas se establece una clasificación de las mimas. De forma más o menos generalizada en la comunidad médica, se establece que existen los siguientes tipos:
-Ojeras hereditarias:
En algunos de nosotros se da una alteración genética en la producción de hierro que termina ocasionando una concentración de pigmentación superior a la normal. El organismo genera menos hierro del necesario, los tejidos de la zona tienen una oxigenación deficiente y se producen coágulos (esa acumulación de sangre oscurece nuestra piel). Es el tipo más complicado, ya que debido a su origen, si bien en algunos casos responden de forma satisfactoria a una cirugía, por lo general no son tratables.
-Ojeras por cansancio:
Son las causadas por la falta de descanso. Si confluyen a la vez una serie de factores como pocas horas de sueño, estrés, tabaco, alcohol y una escasa ingesta de agua (hidratación), suelen aparecer de forma muy marcada y son una de las principales manifestaciones del cansancio. Teniendo en cuenta los factores que las producen, son fácilmente evitables o cuando menos mejorables, una vida sana, con descanso suficiente, ejercicio, una buena hidratación y reducción del consumo de tabaco o alcohol, sin duda producirán unos efectos positivos e inmediatos sobre las mismas.
-Ojeras causadas por la pérdida de volumen de la grasa que hay alrededor de los ojos.
La pérdida de volumen de esta grasa, conocida como periorbital, da lugar a la formación de “surcos” más oscuros, pigmenta la zona, el párpado se vuelve más laxo y da lugar a la aparición de ojeras.
-Ojeras causadas por alergias:
Aparecen como consecuencia del consumo o la exposición a algún factor alérgeno que nos provoca la congestión de los vasos sanguíneos alrededor de nuestros ojos. Incluso, aunque pueda resultar sorprendente por desconocido, pueden ser producidas por alguna enfermedad como el asma. En estos casos, la solución está en acudir al médico y “combatir” el factor que las desencadena. A título de ejemplo, si tenemos alergia al sol, la exposición al mismo nos produce un incremento de la pigmentación en la zona ocular, por tanto habremos de evitar, en este caso, que el sol nos dé directamente en la cara y si lo hace tener la protección adecuada.
LAS BOLSAS
La piel abultada bajo los ojos también puede obedecer a causas genéticas, y se forman por una pérdida de masa muscular en el músculo y la piel del párpado inferior., lo que produce un descolgamiento y adelgazamiento de esa piel (José González Vidal -línica Miestetic). En otras ocasiones son debidas a la retención de líquidos y suelen manifestarse sólo al levantarnos.
¿Se pueden prevenir las ojeras y las bolsas?. La respuesta es sí, y los principales consejos que a nivel médico se recomiendan pasan por:
-para paliar la falta de hierro, se recomienda una dieta rica en carnes rojas, yema de huevo o cítricos.
-reducir el consumo de sal, ya sabrás que propicia la retención de líquidos.
-evitar en lo posible el consumo de grasas saturadas.
-dormir/descansar de forma adecuada.
-dormir boca arriba y con almohada para que la sangre circule mejor.
-beber líquido abundante para estar adecuadamente hidratados.
- “soluciones estéticas”: aquí te vamos a dejar un “truco” que en su día hizo público María Solans, Directora de la Escuela y Agencia de Maquillaje MERY MAKE UP y que consiste en “aplicar el labial con una esponjita por toda la zona afectada y difuminarlo a continuación con una brocha de maquillaje. Después, se puede extender un corrector compacto a través de pequeños golpecitos con el dedo anular, que es el que menor fuerza tiene”.
-gimnasia facial para las bolsas:
Recomendada por María José Alonso, dermatóloga de la AEDV, consiste en “apoyar los dedos en las sienes y cerrar los párpados con fuerza durante 10 segundos, repitiendo el proceso 10 veces en cada ojo. Al terminar, cerrar ambos ojos a la vez , relajando los rasgos durante un minuto”.
Entre los tratamientos conocidos, podemos destacar entre otros (y sin recurrir a la cirugía), los siguientes, incluido alguno que podríamos catalogar más como un “remedio casero”:
-Uso de colágeno para ojeras y arrugas.
-Geles de contorno de ojos especiales para las mismas.
-Suplementos dietéticos especiales que combaten las toxinas que las producen.
-Utilizar antifaces con compresas de frío que utilizaremos cuando nuestros ojos estén hinchados.
-Aplicar rodajas de pepino o bolsas de té frío sobre los ojos cerrados, si bien has de saber que conlleva un determinado riesgo de contraer infecciones.
-Comer alimentos que sean ricos en potasio, como por ejemplo los plátanos, ya que ayudan a eliminar el exceso de líquidos en nuestro cuerpo.
-Mojar la cara y ojos con agua fría.
Finalmente comentarte que si por tu tipo de trabajo estás ante la pantalla de un ordenador más de dos horas al día, tus ojos acusarán cansancio y se verán afectados, por lo que utilizar filtros de pantalla o métodos “preventivos” similares te ayudará a que no se produzcan.
Tanto si padeces de ojeras y/o bolsas como si no es tu caso, esperamos haberte ayudado a conocer por qué se producen y cómo combatirlas.