Alimentos ricos en calcio: como semillas de ajonjolí, almendras, avellanas, espinacas, perejil, berros, garbanzos, lentejas, acelgas.
Hierro: se debe incrementar en consumo de verduras de hoja oscura, granos enteros, frijoles o guisantes, lentejas y frutas secas. Para aumentar la absorción de hierro, hay que comer también alimentos ricos en vitamina C, como la col, tomates, brócoli, fresas y cítricos. Los cereales como avena, amaranto o semillas (chía) son una fuente de energía inmediata, clave para la actividad física. Esto debido a que poseen fibra, la cual mejora la digestión y ayuda a proveer de energía por más tiempo al cuerpo. Las frutas también son importantes por su aporte de vitaminas, fibra y agua. Ayudan a mejorar el rendimiento durante el entrenamiento y se pueden consumir en néctares bebibles, incluso antes o después del ejercicio.
Vitamina B12: su bajo consumo puede causar anemia y daño al sistema nervioso, por lo tanto es recomendable ingerir habitualmente alimentos enriquecidos con vitamina B12 o tomar diariamente un suplemento de B12.
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