Un nombre resaltante entre este campo es el de Otto Warburg, el cual fue el ganador del premio nobel en 1931 por haber descubierto la causa del cáncer. Así mismo, este es reconocido por su dedicación en el trabajo relacionado con los procesos de oxidación y metabólicos de los tumores.
Entre los grandes descubrimientos logrados en el trayecto de su carrera como investigador y estudiador del cáncer uno de los más resaltantes sin duda alguna fue el de conocer las 2 posibles formas por las cuales las células tumorales se abastecen de la energía que necesitan para coexistir.
La primera de ella es por medio de un proceso denominado respiración en el cual se queman los materiales orgánicos que componen el agua y el dióxido de carbono, y la segunda por un proceso denominado fermentación en la cual la glucosa es transformada en ácido láctico. Cabe destacar que al ser considerados tanto el ácido láctico como el dióxido de carbono como ácidos, se puede inferir que las células pueden coexistir y desarrollarse en ambientes ácidos.
Profundizando un poco más en la composición y desarrollo de las células cancerígenas podemos inferir que al crecer en lugares sin oxígeno se autoayudan mediante la producción de una proteína con el nombre de CHCHD4 que conlleva a la producción de vasos sanguíneos alrededor del tumor que a su vez hace que aumente su tamaño. En conclusión, podemos observar que a diferencia de las células normales del organismo las células cancerígenas no necesitan únicamente del proceso de respiración sino que estas pueden sobrevivir mediante el de fermentación también, lo cual facilita su proliferación y hace más difícil su tratado.
Con relación al concepto, al observar que este tipo de células pueden sobrevivir a la ausencia de uno de estos 2 procesos, un mecanismo efectivo para combatirlo es lograr un equilibrio alcalino en nuestro organismo reduciendo la ingesta de alimentos que contribuyan al estado ácido como lo son los lácteos, carnes rojas y azucares, mientras que por otra parte se aumente la cantidad de alimentos alcalinos que se consumen como lo son frutas y vegetales.
Adicional a este cambio en la dieta alimenticia, se recomienda tomar infusiones de té verde al igual zumo de limón con bicarbonato de sodio y tomar ajo en ayunas. Por otro lado, la práctica de alguna actividad física puede ser de gran ayuda para ayudar al organismo en el proceso de eliminación de toxinas.
Remedios caseros para alcanzar un equilibrio alcalino
En primer lugar, tenemos las infusiones de té verde:
Lo primero que necesitaras será poner a hervir 250ml de agua
Cuando esta se encuentre en su punto de ebullición retira de las llamas.
Agrega una cucharada de té verde y añade el jugo de un limón.
Cubre y deja reposar de 5 a 10 minutos antes de ingerir.
En segundo lugar, tenemos el zumo de limón con bicarbonato de sodio:
Exprime el jugo de dos o tres limones en un vaso.
Agrega media cucharada de bicarbonato de sodio.
Añade 250ml de agua a la mezcla.
Una recomendación es tomar alguno de los 2 remedios todos los días, la elección depende de ti ya que de igual forma podrás beneficiarte de estos y lograr tu objetivo de alcanzar el equilibrio alcalino para hacer frente a este problema.
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