Yo soy Malala , es el título de su libro que salió a la luz el pasado mes de Octubre. Con él, viene a responder la pregunta a aquél terrorista que al subir al autobús que le devolvía a casa, preguntó: ?¿Quién es Malala??. Acto seguido, y sin darle tiempo a responder, le disparó en la cabeza, símbolo de la inteligencia. Creyéndola muerta y a modo de ejemplo a quién quisiera seguir sus pasos, los terroristas pensaron que con su desaparición terminaría su lucha. El talibán quería silenciarla a ella y a todas las niñas que defendían su derecho. Lo único que hizo fue reforzar el movimiento que intentaron acallar.
En el libro defiende los derechos de las mujeres y de las niñas a la educación, no solamente cuenta su historia como defensora de la educación y como víctima del terrorismo, habla de la historia de todas las niñas de Afganistán, Pakistán y la India, que tienen que defender su educación.
El entorno en el que vivía, especialmente el apoyo de su padre, le permitió llevar a cabo su lucha. En un país enormemente machista, su padre la apoyo con la misma fuerza y entusiasmo como lo hubiera hecho con un hijo de sexo masculino. Un claro ejemplo de dicha desigualdad es que, tradicionalmente, el pollo se repartía en función del sexo: cuello y alas a las mujeres, y la parte buena, a los hombres. En su casa se reparte con igualdad, equidad, seas hombre o mujer. Su filosofía es la de comenzar a dar ejemplo desde uno mismo para empezar a cambiar la mentalidad de las personas y de la sociedad.
Es musulmana hasta la médula y defiende los ideales reales de su religión: ésta promulga la paz, la hermandad, la amabilidad entre unos y otros, y sobre todo, el respeto por otras creencias y culturas.
Actualmente tiene 16 años pero su madurez deja muy atrás a muchos occidentales con varias decenas de años más, un acto muy grande para alguien tan pequeño. La situación socio-política que se vive en Pakistán y su lucha activa le hizo ser la candidata más joven a conseguir el premio nobel de la paz, no lo consiguió pero seguro que lo seguirá siendo en años futuros. Su trabajo y objetivo actual, tras recuperar la sonrisa que aquél terrorista le quitó temporalmente, se centra en seguir trabajando en pos de los derechos de la mujer, de los niños a la educación. Terminar con el tráfico de niños, la pobreza, los tabús, el machismo?todo, a través de un lápiz y un cuaderno, desde la escuela. Pueden disparar a una persona pero no pueden terminar con sus ideas, eso perdurará.
Quiere ser recordada como la joven que luchaba por la educación y no como la joven a quién dispararon los talibanes.
Otra arma muy potente para combatir es el deporte. El deporte femenino en Pakistán se ve afectado por la mentalidad conservadora y machista que afecta a todos los ámbitos de la sociedad, pero de manera paulatina se van abriendo posibilidades en algunos deportes, incluso en aquéllos que hasta entonces eran exclusivos de hombres como el cricket, fútbol o el hockey hierba.
Algunos iconos deportivos femeninos como la primera atleta en participar en unos JJOO, Shabana Akhtar (Atlanta, 1996), la primera piloto de las fuerzas armadas, Ambreen Gul, o, entre otras, la atleta Naseem Hameed, han contribuido en éste ámbito al desarrollo de la mujer. El ejemplo de llevar a cabo sus sueños a pesar de los obstáculos. Naseem Hameed decía en una entrevista en el 2010 para ipsnoticias.net:
¿Por qué eligió atletismo entre todos los deportes, siempre le gustó correr?
?A decir verdad, hasta los 12 años no me interesaban los deportes. Quería ser piloto porque leí una entrevista a la primera pilota pakistaní (vídeo Ambreen Gul) y fue muy inspirador para mí. Me tomaba el deporte como una clase de “juegos” de la escuela. Fue mucho después, cuando comencé a ganar y a obtener medallas que me lo tomé más en serio. Me sentía bien yendo al podio entre aplausos calurosos, que me sacaran fotografías y disfrutando de mis dos minutos de fama.
En sexto grado me eligieron para integrar el programa de atletismo. Le mandaron una carta a mis padres pidiéndoles permiso para ingresar en el club de atletismo. Estaba segura de que no me dejarían ir y falsifiqué la firma de mi madre y la entregué. En los siguientes cinco años fui la estrella de las carreras de 100 y 200 metros y en lanzamiento de peso.
Una vez mi madre fue al club y le preguntó a mi entrenador, Mohammad Talib, si yo estaba haciendo algo que valiera la pena y él la tranquilizó. También le dijo que no había nadie como su hija en el club. Esa fue la última vez que mi madre dudó de mí?.
¿Cuántas dificultades tuvo que afrontar para hacer deporte por ser mujer?
?Hubo mucha gente en mi familia que le decía a mi madre que no me dejara hacer deporte. Decían que no era apropiado ni seguro que una joven saliera de su casa, y peor, por varios días y fuera de la ciudad. Si no hubiera sido por su apoyo, lo hubiera dejado?.
¿Cree que pudo romper tabúes para que otras jóvenes puedan practicar deportes?
?Ya está ocurriendo y no sólo en materia deportiva. Los vecinos le dicen a mi madre lo orgullosos que están de mí y que se dieron cuenta del potencial de sus hijas y de que están dispuestos a darles las mismas oportunidades. Mis propias compañeras me han dicho que sus hermanos y padres les imponen menos restricciones. Me hace muy feliz haber marcado esa diferencia?.
¿Tuvo algún modelo inspirador?
?Me inspiraron muchas deportistas como Shabana Akhtar (la primera pakistaní en participar en los Juegos Olímpicos, fue en Atlanta en 1996). Pero siempre me impresionó la personalidad de mi madre y me dio fuerzas. Logró terminar sus estudios con clases particulares, aunque sólo hasta octavo grado porque no le dejaban ir a la escuela. Estaba decidida a que sus hijas pudieran cumplir sus sueños, no como ella?.
¿Cómo es la política deportiva y que ha hecho el gobierno por las mujeres en ese rubro?
?Queda mucho por hacer. El deporte no es prioritario y las mujeres apenas se destacan. Tiene que cambiar. Debe haber una política integral para ellas. Necesitamos entrenadores dispuestos a trabajar con nosotras, más fondos y seguridad laboral. Todavía no tengo un puesto permanente en el ejército al que represento?.
Ellas han conseguido ser heroínas del pueblo Pakistaní, especialmente y sobre todo, de las mujeres, pero también de aquéllos que ansían ver crecer a su país respecto a otros en materia de derechos humanos. El deporte, junto a la educación, son una potente arma para luchar contra el analfabetismo y los derechos de la mujer. Según las cifras publicadas en informes internacionales como Education for All Global Monitoring Report 2012 sobre la educación paquistaní de la UNESCO, Pakistán en el 2012 era el segundo país con más niños sin escolarizar, afectando en mayor medida a las niñas. En consecuencia, las mujeres tienen un 69% de posibilidades de quedarse fuera del mercado laboral en el país, sin embargo, si una mujer consigue formarse tiene una remuneración 95% superior que el de las mujeres analfabetas, que se ven relegadas a los peores empleos de la sociedad.
Estas mujeres, entre otras, han tenido la valentía de arriesgar su vida para romper barreras que privan las libertades de las mujeres.
Otras deportistas que consiguieron hitos importantes: Carla Khan, Ghalia Mohsin, Kiran Baloch, Kiran Khan, Rubab Raza, Rabia Qadir y Sana Mir.
Por Mary González
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