PRIMER PASO : ser consciente de que se están sintiendo.
De esta forma aprendemos a identificarlos y a reflexionar sobre ellos. Lo único que conseguimos actuando sin previa reflexión es alejar a nuestra pareja, ya que existen dos opciones:
1- o bien, mostrarse molesto sin explicar el motivo o explicándolo a medias, lo que generará confusión en el otro.
2- o bien, enfadarse abiertamente, lo que llevará a que el otro se ponga en estado de alerta porque se siente atacado.
Segundo paso: intentar encontrar las posibles causas que llevan a que esta emoción aparezca a menudo.
Pueden ser numerosas:
1- Experiencias desagradables en relaciones pasadas
2- Divorcio de los padres debido a infidelidad de alguno de los miembros
3- Baja autoestima
4- Pareja insegura que busca constantemente la aprobación de los demás
5- Escasas habilidades personales a la hora de resolver conflictos
etc.
Tercer paso: racionalizar lo que está sucediendo y lo que estamos pensando.
¿Es cierto todo lo que me estoy diciendo a mi mismo? ¿Estoy viendo la situación de forma objetiva?
Este punto es muy difícil de llevar a cabo en el momento en que estamos experimentando los celos, por lo que mi consejo es:
” Callarnos lo que sentimos y esperar a que pase la situación de estrés para tranquilizarnos y comenzar con la racionalización de esos pensamientos intrusivos.”
Cuarto paso: hablar acerca de lo que te sucede con tu pareja.
SIEMPRE desde el respeto y NUNCA en el momento en el que se está enfadado.
Una relación de pareja funciona si la COMUNICACIÓN, el RESPETO y la CONFIANZA están presentes en ella. Si falla una, la relación NO es saludable.
La comunicación favorece que se aclaren malentendidos y que aumente la confianza.
Quinto paso: incorporar estas afirmaciones dentro de nuestro registro de pensamientos.
- Tu pareja es libre de estar a tu lado. Nadie le está amenazando de muerte para que continúe contigo.
- No deberías desconfiar de alguien que confía en ti.
- El deseo de tu pareja de estar contigo no surge de la presión, de tus celos o de tus intentos por convencerla de que sea leal a ti, sino de tus otras cualidades que te hacen una persona atractiva y deseable.
- Tu pareja es una persona y no tu propiedad.
- No vale la pena estar desgastando energía pensando si tu pareja es infiel. Disfruta de la relación y si algún día te enteras de que lo es, ya pensarás como afrontas la situación.
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