¿Qué son?
Los aceites esenciales son mayormente sintetizados por plantas para defenderse de los animales herbívoros. Aun así, hay algunos animales que también son capaces de fabricarlos.
Tienen propiedades terapéuticas, consisten en mezclas de varias sustancias químicas y son los causantes del particular aroma de algunos árboles, frutos, algunas flores, hierbas y semillas.
Son productos químicos, pues, muy aromáticos, volátiles (se evaporan rápidamente), no grasos y poco densos. Son insolubles en agua y solubles en aceites vegetales.
A estas alturas se han extraído más de 150 tipos diferentes, cada uno con su propio aroma y sus propias propiedades. Hay muchísima diversidad, y lo que diferencia cada aceite del otro es la variedad de compuestos químicos que lo integran.
Se utilizan en perfumería, en productos de limpieza, en aromaterapia y en consumo propio de forma oral o tópica simplemente para beneficiarse de sus propiedades terapéuticas.
Algunos conceptos
Es importante saber que los aceites esenciales puros son los naturales y no diluidos, y que el término aceite esencial en general, engloba los naturales pero también puede aplicarse a los sintéticos.
También debemos tener cuidado al referirnos a aceite esencial y aceite vegetal, pues son productos totalmente distintos y a veces causa dudas. Aunque los dos se extraen de la naturaleza, el aceite vegetal tiene una textura oleosa y grasienta a diferencia del aceite esencial, que no se puede considerar exactamente aceite y es mucho más líquido. La principal diferencia, pero, se encuentra en las propiedades terapéuticas del aceite esencial y las propiedades nutritivas del vegetal. Además, los aceites vegetales se suelen consumir puros y no presentan ningún tipo de toxicidad, y en cambio los esenciales suelen diluirse con los vegetales y algunos pueden resultar tóxicos, fotosensibles o dermocáusticos.
¿Cómo se usan?
Los aceites esenciales son de uso tópico y no se pueden ingerir. Aun así, hay algunos que sí pueden ser tomados internamente, pero en ese caso el producto debe llevar bien etiquetado y especificado que es seguro para uso interno.
Como el mayor uso que se le da a los aceites esenciales es tópico, os vamos a explicar cómo podemos llevar a cabo tal proceso:
En primer lugar debemos elegir qué aceite esencial queremos comprar, comprobar el envase y comprobar el quimiotipo, que nos permite distinguir un aceite esencial dentro de una misma familia botánica, y nos informa sobre las aplicaciones terapéuticas y sobre las vías de administración más adecuadas.
En segundo lugar debemos determinar para qué queremos usarlo (piel, aromaterapia, ambientador…) y para quién en caso de que se quiera aplicar a la piel o por vía oral, pues debemos considerar la edad de la persona, si la persona está embarazada o en fase de lactancia, y si la persona padece alguna alergia o es epiléptica.
Una vez hayamos escogido para qué usar el aceite y con qué uso terapéutico, debemos diluirlo.
Para la dilución del aceite esencial como uso tópico consideramos que la dosificación correcta para su elaboración es del 98% de sustancia portadora (normalmente es un aceite vegetal) y del 2% de aceite esencial. Es cierto que algunos aceites como el de lavanda, manzanilla y árbol de té son más suaves y pueden depositarse directamente en la piel de forma pura, pero el resto deben diluirse siempre.
Para la dilución del aceite esencial como uso no tópico, ya sea como ambientador o producto de limpieza casero, no consideramos necesaria la dosificación anterior, por lo que se puede diluir más o menos cantidad según la intensidad de aroma que nos guste.
En cuarto lugar debemos comprobar que el producto o la mezcla hecha no nos produzca ningún tipo de alergia en la piel.
Finalmente ya podemos aplicar el producto allí donde deseamos.
FELIZ JUEVES
Puedes encontrar aceites esenciales en Tuecobox:
Fuente:
Wikipedia
Belleza
Salud esencial
Vida naturalia
El herbolario
Saber vivir