Y precisamente, en mi dilecto grupo de amigas, con las que suelo ejercitar en las mañanas, nos encontramos precisamente un caso de alergia. Empezamos a notar esta alergia en ella, a inicios de la primavera, sobre todo cuando nos dirigíamos al parque de costumbre.
Cuando noté que eso ocurría, precisamente en ese lugar, se encendieron mis alarmas. Hablé con mi amiga y le dije que existía una alta probabilidad de que la alergia que estaba experimentando fuera del tipo estacional.
Conversé un largo rato con ella al regreso de nuestra caminata matutina. Durante la conversación, le detallé un poco acerca de los tipos de alergia que existen, cuáles son los síntomas más comunes y por supuesto le mencioné una serie de tratamientos naturales que poseen comprobada efectividad.
Honrando la buena disposición que siempre muestras, preparé un sencillo material partiendo de lo conversado con mi amiga. Es para mí un gran placer compartirlo aquí en mi blog, porque sé que servirá en algún momento. bien para beneficio personal o para compartirlo con alguien de alta estima.
¿Qué se considera una alergia?
Por lo general, es una alteración causada cuando el sistema inmunológico de tu cuerpo, considera que cierta sustancia es dañina. Esta reacción del organismo, se origina como una respuesta frente a las sustancias que causan reacciones alérgicas. Ellas se denominan alérgenos.
Estos signos y síntomas característicos, se producen cuando el agente causal de la alergia ingresa a nuestro cuerpo. La forma de ingreso puede ser por inhalación, por ingestión o por contacto con la piel.
¿Cuáles son los alérgenos más comunes?
Es importante tener claro, que evitar los alérgenos es la mejor manera de prevenir una reacción alérgica. Es por ello, muy importante conocerse y estar alerta a las reacciones de nuestro cuerpo.
Medicamentos
Por lo general, no es muy elevado el número de personas que son consideradas alérgicas a los medicamentos. De hecho, la mayoría de las reacciones por el uso de medicamentos, no son de carácter alérgico, se consideran más bien efectos secundarios de los mismos. A pesar que cualquier fármaco puede inducir una reacción alérgica, por lo general es más común con el uso de antiinflamatorios no esteroideos. Entre ellos, la respuesta alérgica más común la genera el ibuprofeno, representando más del cincuenta por ciento del total de las reacciones alérgicas a fármacos.
Otros medicamentos que también producen reacciones alérgicas son los antibióticos betalactámicos, es decir los que tienen una estructura química similar a la penicilina. Entre los más frecuentes destacan amoxicilina y quinolonas. Se ha determinado que los medios de contraste radiológico, causan procesos alérgicos.
Un diagnóstico de la causa de la reacción al fármaco generalmente se basa solo en la historia y los síntomas del paciente. A veces también se realizan pruebas cutáneas de alergia a medicamentos.
Alimentos
Existen diferentes tipos de reacciones alérgicas a los alimentos. Algunas están mediadas por la inmunoglobulina E (IgE), otras no y el otro tipo corresponde a las denominadas intolerancias alimentarias.
Estos alimentos, engloban el noventa por ciento de las alergias conocidas:
Leche (mayormente en niños)
Huevos
Maní
Frutos secos: nueces, almendras, piñones y nueces de Brasil
Soja
Cereales que contienen gluten: trigo, cebada, centeno y avena
Pescados
Mariscos
Insectos
Para muchos, los sitios descampados con temperatura cálida, está asociada a picaduras de insectos que pueden causar alergias. Sin embargo, algunos que no pican, como las cucarachas, son generadores de procesos asmáticos y alergias durante todo el año. Aquí, se incluyen también los ácaros del polvo, aunque ellos son arácnidos, son responsables de muchos procesos de sensibilización dentro de las viviendas. Aunque seamos alérgicos a muchas de las sustancias presentes en el polvo, son los ácaros, incluyendo sus heces, las capaces de inducir síntomas respiratorios en las personas sensibilizadas.
Dentro de los insectos que activan los procesos alérgicos, mediante picaduras se incluyen: las abejas melíferas, las avispas germánicas, los avispones, las hormigas rojas. Sin embargo, los más comunes son los mosquitos, chinches y ciertas moscas. Ellos inyectan una proteína venenosa que causa dolor, enrojecimiento, escozor e hinchazón.
Látex
Este tipo de alergia, es generada por una reacción a ciertas proteínas que se encuentran en el látex de caucho natural. Ante la presencia del látex, tu cuerpo se equivoca y reacciona como si fuese una sustancia dañina, en caso de poseer alergia a este producto. Esto produce una reacción que provoca escozor y urticaria. Por lo general se consigue látex en: guantes, globos y condones.
Moho
El moho es un detonante común. Este microorganismo es un hongo, muy frecuente en espacios abiertos y cerrados. Él puede entrar a la casa a través de puertas, ventanas, sistemas de ventilación y de calefacción, además de aires acondicionados. Es frecuente trasladarlos en nuestros zapatos, en la ropa, en algunos empaques y hasta en nuestras mascotas. Este hongo se reproduce en sitios con humedad permanente, donde hay filtraciones, en áreas de ventanas y en las tuberías. Ellos proliferan mucho más rápido en sótanos, baños y cuartos de lavandería.
Sin embargo, puede crecer en el polvo, alfombras, paredes de yeso, papel tapiz de las paredes, telas, pinturas y peluches. Ellos producen un cierto tipo de esporas que flota en el aire y causa una serie de reacciones. Entre las que destacan asma, rinitis y conjuntivitis.
Polen
Esta partícula producida por las plantas, es uno de los desencadenantes más comunes de las alergias estacionales. Es muy común denominar la alergia al polen bajo el término de rinitis alérgica estacional. Está presente en árboles, plantas con flores, arbustos, gramas y malezas. Cuando absorbe humedad, aumenta de tamaño y se vuelve más pesado, lo cual dificulta su traslado por el viento. Es por ello, que quienes son alérgicos al polen, manifiestan en mucho menor grado los procesos alérgicos, los días lluviosos.
Polvo
De acuerdo a las investigaciones, el polvo que se encuentra en los interiores de las edificaciones, especialmente en las viviendas, es la principal fuente de alérgenos. Se sabe, que es un ecosistema bastante complejo. Debido a que está formado por una mezcla de compuestos orgánicos e inorgánicos. Un estudio realizado el año 2016 y publicado en Environmental Science & Technology, mostró que el polvo que se encuentra en la mayoría de las viviendas de los Estados Unidos, contiene sustancias químicas de varias clases.
Esto es generado por los productos utilizados frecuentemente dentro del hogar. Los productos de consumo y los diversos materiales de construcción, incluyendo el mobiliario, contienen diversos productos químicos. También están presentes en equipos electrónicos, productos de limpieza y de cuidado personal, además de los revestimientos de paredes y pisos. Ellos por medio del desgaste, pueden acumularse en el polvo y esparcir gases tóxicos al ambiente.
Además de las alergias producen, toxicidad endocrina y reproductiva. Dentro de los compuestos orgánicos presentes en el polvo se encuentran también: escamas de piel humana, esporas de hongos, fibras, bacterias, virus, pólenes, insectos, derivados dérmicos de animales, restos de alimentos, plantas de interior y ácaros.
Hablemos un poco de la anafilaxia
Existe un proceso, muy vinculado a las reacciones alérgicas y es muy importante que sepamos de su existencia, pues puede representar a veces salvar la vida propia o la de otra persona. No obstante, a pesar de la alta incidencia de las enfermedades alérgicas, este proceso es muy poco frecuente, su prevalencia está alrededor del 1% de la población.
La anafilaxia consiste en una reacción alérgica extremadamente grave que afecta a todo el organismo y se instaura a los pocos minutos de haber estado expuesto al alérgeno. Podría definirse también como una reacción muy violenta o explosiva del sistema inmune hacia un alérgeno. Por lo general, es una reacción sistémica que involucra múltiples sistemas de órganos. Se asocia más frecuentemente con la exposición a alérgenos y la liberación de mediadores de los mastocitos y basófilos.
Ellos, son células de nuestro cuerpo, que han demostrado tener múltiples funciones dentro del sistema inmune. Además de su clásico rol de respuesta inflamatoria en contra de alérgenos también se les ha visto participando en respuestas directas contra diversos agentes infecciosos, como hongos, bacterias y virus. La anafilaxia puede conducir potencialmente a la muerte, aunque este no es el resultado habitual.
Las alergias a la leche pueden ocasionar anafilaxia, esta reacción potencialmente mortal, puede llegar a producir el estrechamiento de las vías aéreas y bloquear la respiración. La leche tiene el tercer lugar (luego del maní y los frutos secos) entre los alimentos que causan anafilaxia. Sus síntomas incluyen: pulso débil y acelerado, erupción cutánea, náuseas y vómitos. Otros desencadenantes comunes de anafilaxia pueden ser el látex, la ponzoña de algunos insectos y ciertos medicamentos como antibióticos y anestésicos generales.
¿Qué síntomas produce la anafilaxia?
A nivel de los bronquios: tos, asma, sonidos sibilantes o “pitos”, dificultad para respirar y dolor a nivel del pecho.
En la laringe: se produce una dificultad para hablar o tragar, acompañado de ruido al inhalar durante la respiración, además de cierta deficiencia para respirar de forma adecuada.
En nariz y ojos: estornudos, goteo nasal, escozor, picor, taponamiento nasal, lagrimeo, picor, inflamación y enrojecimiento de ojos.
A nivel de la piel y mucosas: urticaria, enrojecimiento, inflamación de la lengua, labios. Un síntoma muy típico, que puede preceder una reacción grave es el escozor en palmas de manos y pies.
A nivel de las vías digestivas: vómitos, dolor abdominal y diarrea.
A nivel de las vías circulatorias: disminución de la tensión arterial, pudiendo llegar a presentarse un shock, o una hipotensión grave. Esto puede generar: mareos, visión borrosa, pérdida de conciencia y a veces hasta episodios de convulsión. Todo este cuadro puede ocasionar generar daños cerebrales permanentes, o incluso provocar la muerte.
Tratamientos tradicionales utilizados en las alergias
Medicamentos de venta libre, la mayoría de ellos son descongestionantes.
Antihistamínicos, utilizados para bloquear el efecto de la histamina.
Medicamentos de inmunoterapia, llamadas también vacunas antialérgicas, utilizadas a partir de los cinco años de edad, hasta la ancianidad. No se recomiendan en casos de asma grave, afección cardiovascular, persona con tratamiento de betabloqueantes y mujeres embarazadas.
Gotas oculares
Corticosteroides para controlar la inflamación.
Dietas de eliminación de algunos alimentos. Es utilizado como el estándar, para facilitar el diagnóstico causado por algunos alimentos (como la dieta sin gluten o sin lácteos)
En muchas ocasiones, las personas con alergias graves, llevan consigo un autoinyector de epinefrina o adrenalina. Esto se utiliza en caso de un ataque o shock.
Antialérgicos naturales
De acuerdo a mi experiencia y a las investigaciones que he realizado, los tratamientos tradicionales, no logran resolver la causa de fondo del problema de la alergia. De acuerdo a lo que he logrado indagar, es muy importante, más allá de contrarrestar los síntomas dañinos de las alergias, fortalecer el sistema inmunológico. Esto se logra con la ingesta de ciertos alimentos vegetales, ricos en compuestos con propiedades antialérgicas, que ayudan a estabilizar el sistema inmunológico.
Tomando eso en consideración, enumeraré una serie de tratamientos alternativos, utilizados de forma frecuente en muchos lugares del mundo, con excelentes resultados.
1. Vitamina C
Este microelemento, posee un rol vital, pues actúa como un antihistamínico natural. De acuerdo a un estudio realizado el año 2018, la vitamina C o ácido ascórbico es un potente antioxidante y antiinflamatorio. Se observó además una relación entre la deficiencia de vitamina C y la presencia de alergias. Esta importante vitamina se encuentra presente en los siguientes alimentos:
Camu-camu (es el fruto con mayor contenido de ácido ascórbico)
Pimientos
Perejil
Brócoli
Melón
Coliflor
Frutas cítricas
Kiwi
Fresas
Uvas
Caqui
Tomates
Papaya
2. Bioflavonoides
Los bioflavonoides son compuestos derivados de las plantas. Hasta ahora, se han encontrado más de 5.000 flavonoides diferentes y se ha comprobado que son efectivos para el control de la inflamación y las alergias. Son capaces de aumentar la efectividad de las células asesinas del sistema inmunológico Se encuentran en vegetales, semillas, frutas y en bebidas fermentadas como vino y cerveza.
Se encuentran en las lechugas y cebollas rojas, papas moradas, uvas negras y la lombarda. Dentro de otros flavonoides importantes destaca la quercetina. Las frutas cítricas, cebollas, manzanas, perejil, té, tomates, brócoli, lechuga y el vino son alimentos naturalmente altos en este compuesto.
3. Probióticos
Se han realizado muchos ensayos clínicos, que demuestran el efecto beneficioso de los probióticos en el tratamiento de enfermedades alérgicas. Se ha observado, que los probióticos son capaces de interactuar con el sistema inmunitario y modificar la respuesta del cuerpo frente al alérgeno. Han sido muy utilizados en el tratamiento de la rinitis alérgica. Los más utilizados hasta ahora el Lactobacillus y el Bifidubacterium. Otras buenas fuentes de probióticos incluyen yogures, platos de repollo fermentado como chucrut y kimchi.
4. Hierbas medicinales
Las medicinas naturales, en pocas ocasiones generan efectos secundarios significativos cuando se usan apropiadamente y en las dosis sugeridas. Dentro de algunas utilizadas para la rinitis alérgica destacan:
Dong quai (Angelica sinensis), se emplea como antihistamínico y antiinflamatorio
Eyebright o eufrasia (Euphrasia officinalis), se utiliza de forma generalizada en el tratamiento de la congestión. Alivia la irritación de los ojos, reduce el exceso de moco y combate los estornudos
Ginkgo (Ginkgo biloba), se utiliza como antioxidante y antiinflamatorio.
Cardo Mariano (Silybum marianum), posee efectos antihistamínicos y antiinflamatorios y apoya la función del hígado
Ortiga (Urtica dioica): se utilizan como antihistamínicos y antiinflamatorios. La adenina, la nicotinamida y la sinefrina en Urtica dioica, tienen propiedades antiinflamatorias y antialérgicas. Se encontró que todos estos compuestos tenían efectos antiinflamatorios significativos. La sinefrina, es un alcaloide, se ha usado durante mucho tiempo como descongestionante nasal, de uso extendido en la medicina tradicional china para el tratamiento de alergias estacionales y otros trastornos inflamatorios como rinitis alérgica.
5, Aceite de eucalipto y aceite de incienso
De acuerdo a un estudio realizado, se encontró que los aceites esenciales de eucalipto y de incienso, poseen propiedades que aniquilan los ácaros del polvo. Los aceites esenciales, ayudan a reducir la inflamación. También ayudan a la desintoxicar los efectos causados por parásitos, microbios y toxinas dañinas que pueden iniciar procesos alérgicos.
6. Aceite de Limón
De acuerdo a los resultados de un estudio, se menciona que un aerosol nasal a base de limón ayudó en el tratamiento de la rinitis alérgica perenne y estacional. El aceite esencial de limón también puede inhibir la actividad bacteriana.
7. Aceite de árbol de té
De acuerdo a múltiples investigaciones, el aceite de árbol de té posee propiedades antifúngicas, antivirales y antibacterianas, siendo también muy efectivo para algunas alergias en la piel. Se ha encontrado, además, que, aplicado tópicamente, ayuda a disminuir la inflamación de la piel producida por las histaminas.
8. Aceite de manzanilla
La investigación realizada hasta ahora sobre la manzanilla, ha permitido revelar, que su aceite es un antiinflamatorio muy eficaz para las afecciones de la piel. Además, ayuda a reducir la inflamación de las membranas mucosas y a la mejora de los malestares causados por la sinusitis. Se sabe, que también, es utilizado en el alivio del escozor y la inflamación asociadas con el eczema.
9. Lavados nasales o irrigación salina
Este es un procedimiento milenario, por lo general, se utiliza una solución salina. Se sabe que esto ayuda a retirar las partículas de polvo y de polen, así como cualquier otro alérgeno presente en los conductos nasales. Este tratamiento funciona impidiendo que el alérgeno ingrese a las vías respiratorias.
Concluyendo
Fue muy grato para mí, determinar que el causante principal de la alergia de mi amiga, son unos árboles de álamo que se encuentran en el parque que visitamos a diario. Por supuesto, es a inicios de la primavera donde se comienza a sentir con más fuerza la presencia del polen.
Por supuesto, que ella se tranquilizó un poco al saber una serie de elementos vinculados con los procesos alérgicos. Lo que hablé con ella, en mis largas caminatas, es lo que presento en el post.
Ella, a sabiendas que el sistema inmunológico, puede ser reforzado por medio de tratamientos naturales, optó por incluir a diario el uso de probióticos y frutas cítricas. Yo insisto, nunca se pueden tener excusas inaceptables para intentar aprender. El aprendizaje otorga muchos elementos que, en su momento, podrán ser una herramienta valiosa para transitar un camino más independiente de los fármacos y sus notables efectos secundarios.
“La medicina es el arte de imitar los procedimientos curativos de la naturaleza”
Hipócrates
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Referencias:
https://www.aafa.org/types-of-allergies/
https://www.cdc.gov/mold/es/control_mold.html
https://cuidateplus.marca.com/medicamentos/2017/09/07/-ocurre-reaccion-alergica-medicamentos-144759.html
https://draxe.com/8-natural-allergy-relief-remedies/
https://www.fammed.wisc.edu/nasal-irrigation/
https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0300060518777044
https://www.liebertpub.com/doi/full/10.1089/acm.2014.0130
https://medlineplus.gov/allergy.html
https://www.merriam-webster.com/dictionary/allergy
https://www.naturopathic.org/content.asp?contentid=117
http://www.nutricionhospitalaria.com/pdf/3338.pdf