¿Por qué nos piden terapia de pareja?
Lo que plantean las parejas como motivo para acudir a terapia, no siempre tiene que ver con lo que realmente necesitan o quieren conseguir. Fíjate en los 8 motivos más habituales entre las parejas que nos consultan:
1. Los dos miembros de la pareja nos explican que su relación no es satisfactoria y que quieren mejorarla. Si esta demanda es cierta, la pareja tendrá muy buen pronóstico. La situación ideal es que los dos vean que hay problemas de pareja y que los dos estén dispuestos a hacer pequeños cambios. Sin embargo no es raro que en las siguientes sesiones descubramos algún “gato encerrado”, es decir que haya más problemas como el resentimiento o la desconfianza, de las que aparecieron el primer día.
2. En aquellas parejas que están enzarzadas en un pulso, en una guerra con su pareja que quieren ganar a toda costa, lo que nos piden a los terapeutas de pareja es que seamos sus aliados y les ayudemos a vencer. Esta situación es habitual cuando se han producido agravios o ultrajes, por ejemplo cuando un miembro de la pareja ha sido infiel y el otro está dolido y necesita de alguna forma castigarlo.
3. También me he encontrado con frecuencia parejas que acuden al psicólogo buscando un juez. Su principal objetivo no es que el psicólogo les ayude a buscar soluciones sino que decida quién tiene la culpa de todo lo que no funciona y que contribuya a través de su sentencia, a castigar al cónyuge que se ha portado mal “ya te lo decía yo, la culpa es tuya!”
4. Otro motivo de consulta se da cuando ocurre algún hecho inesperado dentro de la relación. Por ejemplo una infidelidad, que una ama de casa se ponga a trabajar o que un hombre poco activo empiece a salir con mucha frecuencia. En estos casos la demanda se puede hacer para confirmar que el cónyuge que hace “cosas raras” en realidad ha enloquecido y necesita tratamiento. Cuando alguien tiene un comportamiento que no entendemos tenemos la tendencia a atribuirlo a uno de estos dos factores: o se ha vuelto malo o se ha vuelto loco y en este segundo caso el profesional adecuado es el psicólogo.
5. Hay parejas que ya han decidido tirar la toalla pero aún así no llegan a separarse por sus convicciones religiosas, porque creen que harán daño a sus hijos o incluso por el miedo a la soledad. En estos casos la terapia de pareja se suele eternizar sin que en realidad se produzca ningún cambio ni progreso. Poco a poco hay que ir desvelando la situación real y buscar una forma práctica (con o sin separación) que permita afrontarla y mirar hacia adelante.
6. Otro caso habitual se da cuando uno de los dos miembros de la pareja ya ha decidido separarse pero no es capaz de expresarlo claramente. Para reducir sus sentimientos de culpa necesita que un experto en terapia de pareja llegue al diagnóstico profesional de que no hay nada que hacer, así que se dedica a boicotear cualquier cambio posible para que no haya otra conclusión que la que cuadra con la que realmente desea.
7. Relacionado con el punto anterior, puede ser también que el cónyuge que en su fuero interno ya ha decidido separarse pero que se sienta muy mal, culpable y asustado y que venga para pedir apoyo individual para su pareja porque cree que no será suficientemente fuerte para soportar la separación.
8. Una de las que también he vivido y que es más difícil de digerir, es cuando el motivo por el que consultan tiene que ver con que uno de los miembros de la pareja es muy celoso, cuando en relación el otro está siendo infiel y por tanto los celos son justificados. !Está claro que hay casos en los que uno de los dos juega sucio!
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¿Qué te ha parecido esta lista? ¿Coincide con lo que imaginabas? Estoy segura de que más de un punto, como por ejemplo el número 8, te han descolocado. Y es que cada pareja es un mundo y no valen las mismas soluciones para todas. Por eso te recomiendo que si no podéis encontrar soluciones por vosotros mismo, busquéis la ayuda de un especialista en terapia de pareja.
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