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Las clínicas de fisioterapia han experimentado un auge sin precedentes en las últimas décadas. Aunque siempre han gozado de una buena clientela gracias a su labor necesaria, los últimos años han sido testigos de un incremento sin precedentes de los pacientes que acuden en busca de sus cuidados. Es cierto que la popularización de los precios con respecto a los de antes ha facilitado el acceso de más población a un fisioterapeuta, pero también lo es que el ritmo de vida impuesto por la sociedad moderna ha generado un aumento preocupante de lesiones y dolencias musculares en personas que ni siquiera realizan actividades deportivas.
El estrés y la tensión propia de la prisa cotidiana y las exigencias laborales han favorecido sobremanera la recurrencia de los usuarios a centros como Kinu, la mejor clínica de fisioterapia en Pamplona. Por otro lado, la inactividad física tan presente entre niños y adultos sigue provocando afecciones en la estructura muscular que requieren de los cuidados de la fisioterapia para paliar sus efectos. Contracturas, atrofias, tensiones y un largo etcétera de dolencias son las que los profesionales de las clínicas tienen que tratar con frecuencia, además de las numerosas sesiones de rehabilitación a las que hacen frente a diario.
Sin duda, la presencia de un fisioterapeuta de confianza en nuestra vida es un factor que puede mejorar holgadamente nuestra salud, y no sólo muscular y ósea, sino también mental. Para quienes no ven la fisioterapia como un hábito necesario, en este artículo les haremos ver cuáles son las múltiples ventajas de contar con la ayuda de un profesional de confianza del sector.
Evitar molestias constantes
No es necesario realizar una dosis brutal de deporte cada día para que suframos algunas afecciones como las conocidas contracturas. Hombros, piernas, espalda Poco importa, pues al fin y al cabo son molestas allá donde salgan. Los dolores provocados por la inflamación del músculo y su contracción no suelen provocar dolores de una intensidad insoportable, pero sí pueden llegar a convertirse en un verdadero incordio. Por lo general, y especialmente las que sufrimos en el tronco superior, impiden un descanso adecuado en el paciente debido al malestar muscular. Inexorablemente la falta de descanso afectará a nuestro rendimiento diario, que ya de por sí se ve afectado por las molestias de la dolencia.Por suerte, esta situación puede revertirse fácilmente con la ayuda de un buen fisioterapeuta. En los casos más graves es necesario acudir a varias sesiones, pero de manera general una o dos son suficientes para liberarnos de la molestia.